El pez más viejo del río
de tanta sabiduría
como amontonó, vivía
brillantemente sombrío.
Y el agua le sonreía.
Tan sombrío llegó a estar
(nada el agua le divierte)
que después de meditar,
tomó el camino del mar,
es decir, el de la muerte.
Reíste tú junto al río,
niña solar. Y ese día
el pez más viejo del río
se quitó el aire sombrío.
Y el agua te sonreía.
Miguel Hernández
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Antonio Buero Vallejo, que fue compañero de prisión del poeta, nos narra las circunstancias de este poema.
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La visión del amanuense:
Tan sombrío llegó a estar
que el agua ya no le divierte,
y después de meditar
tomó el camino del mar,
es decir, el de la muerte.
Comentarios por Juan Manuel Grijalvo — 29 junio 2021 @ 0:19 |
Yo hubiera añadido una coma, para introducir el vocativo «niña solar». Pero si el autor no la incluyó en el original, así la dejo estar.
Comentarios por Nadir — 29 junio 2021 @ 13:43 |
Lo mío sólo es presentar sugerencias.
No se trata de enmendarle la plana a Miguel Hernández,
pero no me sorprendería que las pausas de Camarón
no correspondan exactamente a las comas del original.
Comentarios por Juan Manuel Grijalvo — 29 junio 2021 @ 14:58 |
En principio prefiero respetar la voluntad del autor; pero tampoco un texto es sagrado como para no corregir un error evidente. Como ves, yo he cambiado niño por niña, porque parece ser que así era en el original y a una niña estaba dedicado.
Comentarios por Nadir — 29 junio 2021 @ 15:27 |
Tendríamos que ver el manuscrito.
Comentarios por Juan Manuel Grijalvo — 29 junio 2021 @ 23:38 |