Llevo un tiempo en que apenas paro por casa, así que me disculparéis por no poder ni siquiera escribir unas líneas. Ahora hago un alto para extender mi advertencia de la entrada pasada: mucho ojito con lo que os intentan colar en el banco.
Si un banco español necesita capital, puede:
a) acudir a los mercados internacionales, que le piden un 6,37% de interés para cubrir el riesgo que tiene asociado (y da gracias, hace un año directamente no le quería prestar nadie). Eso, el Santander, que chiringuitos como el Popular o el Sabadell siguen siendo considerados como apestados en los mercados de capitales. Es que lo son.
b) captar depósitos entre sus clientes. Sin embargo, el BdE ha puesto en suspenso la libre competencia y ha fijado unos topes máximos en la remuneración de los depósitos. Por lo tanto, si le prestas tu dinero al banco, con suerte lograrás un poco más del 1%.
En otras palabras, nos obligan a financiar a una banca quebrada, y además hacerlo a bajo coste. El pasivo barato por decretazo es otro rescate, que se viene a sumar al resto de los actuaciones con las que se intenta salvar a la banca con dinero público, hundiendo para ello al resto de la economía, al Estado y a toda la sociedad: deuda avalada por el Estado, créditos fiscales avalados por el Estado que cuentan como capital, SAREB para limpiar balances con cargo a las arcas públicas, los famosos 100.000 millones que Europa presta al Reino de España para que recapitalicemos la banca, cajas vendidas por 1€ después de sanearlas con miles de millones de dinero público y blindar sus beneficios con un esquema de protección de activos…
Pero es que la banca aún tiene una opción c) para conseguir dinero, aún más rentable que recabarlo de sus clientes al 1% y mucho más que acudir al mercado y pagar el 6%. Chupar de la teta de papá-Supraestado: efectivamente, el BCE mantiene abierta la barra libre de liquidez (un night-club sólo para banqueros, la economía productiva sigue con el grifo del crédito cerrado) a un tipo del 0,25%. Y se trata de una barra libre ilimitada, por la necesidad de capital cualquiera que esta sea.
En estas circunstancias, no es de extrañar que muchas entidades ni siquiera se acerquen a los máximos impuestos por el BdE en sus depósitos. Para qué, ya están ahítos.
Y aquí viene la trampa, y donde quiero que pongáis atención. Como las rentabilidades de las IPF son tan miserables que ni siquiera sirven para cubrir la inflación (la real, la percibida, el IPC lo dejamos junto a Caperucita y Los Tres Cerditos), la gente es más propicia a moverse a otros productos de inversión que prometan mayor rentabilidad. ¿Y quiénes son? Pues fundamentalmente son gente mayor, los que al final de su vida laboral han conseguido hacerse con un más o menos modesto capital.
Tales fueron las víctimas principales de la masacre de las preferentes y subordinadas, y ahora les vuelven a atacar con planes de pensiones, fondos de inversión variopintos (como el de renta fija que me ofrecieron, referenciados a un índice, a un sector…), depósitos estructurados, seguros de ahorro, unit-links, cocos…y demás historias. Mi encarecido consejo: manteneos lejos de toda esa mierda. Como las tragaperras del casino, están llenas de lucecitas y colorines, pero dentro tienen una fría maquinaria ideada por profesionales para desplumaros. No seas idiota: no vas a ganarle a la banca. Si te aconseja un fondo que invierte en X, es que el banco sabe que existe una probabilidad mayor de que X fracase que el suceso contrario, y por lo tanto podrá justificar esa merma en tu patrimonio argumentando «quién iba a decir que X iba a quebrar, pero no es nuestra culpa…».
Ellos saben mucho más que tú de inversión. No apuestes contra la banca. Las cartas están marcadas. Y si consideras que lo que te da el banco por tu dinero es una mierda, que lo es, sácalo y llévatelo a casa. Por menos del 1% no compensa asumir el riesgo de que cruja la banca y caer en un corralito (no, no te vayas a Argentina, tenemos el ejemplo de Chipre mucho más próximo en el espacio y el tiempo).
La banca quiere tu dinero como otros parásitos viven de la sangre del huésped, pero robártelo mientras esté en un depósito a plazo fijo es muy difícil. Saben que como haya una quita a los depósitos (para salvar por enésima vez a la banca) se puede liar parda, la gente tiene muy claro que ese dinero es sagrado. Por ello, tratan de conducir a la gente (como dijimos, principalmente gente mayor, los de mi generación tenemos un patrimonio por lo general, colosalmente negativo) fuera de la seguridad del redil de los depósitos. Para, de esta forma, poderlos desplumar sin que rechisten. Asumirán la pérdida como una jugarreta del destino, o una falta propia, al no entender la mecánica interna de la ruleta y las leyes de probabilidad que rigen su funcionamiento y determinan su resultado. En vez de salir a la calle armados de cacerolas o de algo más ofensivo, se quedarán en sus casas avergonzados, mortificándose por un error que asumen como propio, cuando en realidad fueron conducidos hasta el borde del desfiladero y empujados por ese señor tan simpático del banco.
Esta es la situación:
– En un caso, si resistes la tentación que te ofrecen (como todo timo, los vendesartenes intentan excitar la codicia del pardillo) e insistes en una IPF, sabes que estás financiando a la banca, casi gratis (en términos nominales; en términos reales, descontada la inflación, le estás prestando tu dinero completamente gratis).
– Y si dejas que te engatusen con fondos y demás marranadas, estarás exponiéndote no sólo a prestarles de balde tu dinero, sino además a ver cómo cuando lo quieras retirar, le falta un buen bocado.
Es importante que seas consciente de su voracidad, como te defenderías del mordisco de una vívora. La banca española aún no ha cerrado el boquete en su balance que le dejó la explosión de la burbuja (de hecho, cada vez es más grande, se le adjudican más viviendas de las que consiguen colocar en el mercado, y el precio del m² continua bajando inexorablemente). El dinero público no es suficiente para restañar la brecha y ahora van a saco a por tu dinero. Directamente.
Estás avisado. Mucho cuidado cuando entres en una sucursal bancaria: echa mano a tu cartera o lo puedes lamentar el resto de tus días.
NO firmes nada que no hayas leído.
NO contrates nada que no hayas pedido.
NO inviertas en nada que no entiendas.
NO te dejes asesorar por alguien que cobra precisamente para engañarte
Y, por último, insisto:
NO permitáis que personas vulnerables de vuestro entorno, como ancianos, jóvenes o personas sin una mínima cultura financiera acudan sin compañía a una sucursal.
De haber seguido estos sencillos consejos, decenas de miles de familias españolas no se habrían arruinado estos últimos años con los sellos, las participaciones preferentes y deuda subordinada de las cajas quebradas, las acciones de Bankia, las cuotas participativas de la CAM, el fondo Optimal Estrategical (vaya nombre, eh?) que comercializaba Santander y que resultó ser parte del timo del tito Madoff… et caetera.
COMENTARIO: Notad que yo mismo he entrado inconscientemente en su juego al emplear la forma impersonal reflexiva «se habrían arruinado». Como si hablase de un fenómeno meteorológico. Pero conocemos el complemento agente ¿por qué omitirlo? No se han arruinado: han sido desplumados, estafados, engañados, robados, truhaneados…por individuos muy concretos, que actuaban siguiendo indicaciones de otras personas también perfectamente identificadas y con la connivencia de unos terceros de los que también sabemos nombres y apellidos que teniendo el poder y el mandato de evitarlo, no lo hicieron o incluso lo facilitaron.
Hay víctimas, y hay culpables. Lo que no hay es justicia.
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Venga, vamos a animar un poco esto, que estoy hasta el nabo de cuestiones serias, sesudas y enjundiosas.
A ver quién acierta primero el nombre y título de este personaje:
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Y para ponerle algo de color a la entrada, un pedazo de mi juventud que me encontré el otro día perdido en mp3; de cuando huía a la menor oportunidad del pueblerino Madriz, gomina y castellanos, para salir por el efervescente Vigo de los ’90.
Silvia, la cantante, es una preciosidad viguesa que narcotizaba a los críos (también presentaba un programa infantil en Telegaita) con su físico y ademanes de estrella del porno.
Aunque puede que os suene más este homenaje al género gore (sonaba en un anuncio de cierto infecto mejunje carbonatado…no, ese no, el otro).
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