Por alguna razón, la maquinaria política-mediática que nos quería convencer que la muerte de 500 niños ucranianos (según cifras de la Fiscalía ucraniana) en año y medio de guerra era un genocidio y guardaba silencio por los niños del Donbass muertos por los bombardeos del ejército ucraniano sobre la población civil, ahora relativiza la muerte del décuplo de criaturas en sólo un mes.
Quizá la razón de ese sesgo perceptual sea la adscripción de asesinos y víctimas al bando de nuestros patrones gringos o al contrario.
Lo avanzo como hipótesis de trabajo.
Se admiten otras. Por favor, quiero oírlas. Porque, de confirmarse, querría decir que la clase política y la profesión mediática está controlada por las agencias de seguridad usamericanas y poblada por escoria de la peor calaña
Y el ritmo de asesinatos de niños no es ni de lejos la única semejanza con el tercer Deutsches Reich. La sociedad israelí está imbuida de la convicción de ser una humanidad superior (el pueblo elegido) que para construir su Lebensraum al que tiene derecho por designio divino debe desplazar o exterminar a los Untermenschen.
Tampoco nada tan diferente al modo de conducirse otros pueblos e imperios, como el British Empire (por elegir sólo un fleco de su historial genocida).
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La mirada del mendigo 
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