Con permiso de Nadir, voy a intentar sacar algún post de vez en cuando, sobre temas que me llaman la atención. No serán entradas técnicas ni de expertos, sino cosas que me vienen a la mente y que comparto con vosotros para que reflexionemos y compartamos opiniones y si fuera el caso discutamos sobre ello (https://dle.rae.es/?id=DtuofiJ). Lo llamo divagaciones porque sinceramente llamarlo reflexiones sería darle una categoría que creo que los post que haré no la tienen. Aquí empiezo con la primera
¿Quién no ha escuchado, leído o visto la campaña contra el impuesto de sucesiones? Me gustaría saber quién la financia, es una buena campaña, una inversión a corto/medio plazo, solo superada por la del corredor mediterráneo (ahí sí que le han metido pasta, comunicar los puertos por tren, ole ole y ole). Supongo que todos sabréis de qué impuesto hablo, posiblemente el más conocido y odiado, vamos muy resumidamente a ver sus antecedentes. (Si queréis saber más ya sabéis dónde tenéis que buscar).
Creo que el primer antecedente de este tipo de imposición fiscal lo hallamos en Roma (¿qué raro no?). El muy y mucho rojo de Octavio parece ser que fue quien definitivamente organizó la vicesima hereditatium, extraigo de http://www.ridrom.uclm.es/documentos14/rendo14_pub.pdf
“La doctrina mayoritaria estima que este impuesto se organizó definitivamente bajo Augusto, existiendo al principio fuerte resistencia, principalmente por parte del Senado, a su implantación, si bien al final de su gobierno esta resistencia se habría superado. Este tributo fue introducido por medio de una lex Iulia de vicesima hereditatium cuya fecha se sitúa en el siglo 6 d.C., si bien la particular norma no se conserva. Las noticias que tenemos provienen de Dion Casio 56,288 y del Panegiricus de Plinio el Joven 37-409. Dion Casio narra que cuando los ciudadanos romanos estaban agobiados con el impuesto sucesorio del 5% y parecía probable un levantamiento por parte de los mismos, Augusto envió una comunicación al Senado haciendo una oferta a sus miembros a buscar algunas fuentes de otros ingresos. Lo hizo, no con la intención de abolir el impuesto, sino para que cuando ningún otro método pareciese mejor, el Senado debiera ratificar la medida, sin censura alguna. Prohibió incluso a Germánico y Druso tomar la palabra ante el Senado, para que nadie pudiera acusarlo de haber ejercido la más mínima influencia sobre el Senado. Hubo mucha discusión y algunas propuestas se presentaron a Augusto por escrito y cuando se enteró de que los senadores no estaban dispuestos a someter las herencias a ninguna forma de imposición, cambió y propuso restablecer un impuesto sobre los bienes y las casas. Sin especificar la tasa del impuesto, ni el modo de cobro, envió a los hombres en todas partes para hacer una lista de los bienes, tanto de los particulares como de las ciudades. Al temer que este impuesto -tributum soli- fuera mayor que el 5%, el Senado aceptó el impuesto sucesorio al 5% y de esta forma fue votada la Lex Iulia vicesima hereditatium, bajo el consulado de M. Aemilius Lepidus y L. Arruntis Nepos, en el año 6 d.C.”

El rojeras de Octavio
No iba a copiar tanto, pero estas historias siempre me han gustado, 😉
En España, según extraemos del mismo artículo y de otras fuentes, podemos decir que el primer impuesto estatal sobre la herencia lo estableció otro rojeras, un tal Carlos IV. Podéis leer el artículo si queréis saber los tipos impositivos, a quién afecta, excepciones, etc. La verdad que es bastante interesante. Actualmente es un impuesto en manos de las autonomías y varía mucho; su cuantía depende de cada comunidad. Aquí tenéis información
https://es.wikipedia.org/wiki/Impuesto_sobre_Sucesiones_y_Donaciones_(Espa%C3%B1a).
Bueno, después de esta introducción vayamos a la miga, al porqué de esta entrada, impuesto de sucesiones sí o no.
En primer lugar decir, que en el mundo socialista que imagino es un impuesto que no tendría cabida, ya que los bienes inmuebles no serían de propiedad privada, las viviendas solo existirían en régimen de alquiler, y por supuesto ni grandes ni medianas fortunas, y qué coño, ni pequeñas fortunas. Solo se podrían heredar bienes muebles y hasta cierta cantidad de ahorros, muy poco por cierto. Ante esto lógicamente el estado debería proporcionar lo suficiente para mantener en un nivel básico a todo el mundo. Tampoco me voy a enrollar mucho más, en resumen, el impuesto de sucesiones en mi paraíso socialista no tiene aplicación. Pero como no existe ni existirá y cada vez veo más lejos cualquier estado de este tipo hablemos de lo que tenemos ahora mismo.
IMPUESTO DE SUCESIONES: DE ENTRADA, NO

Pero que grandes…
Por supuesto que no, pero muy al contrario de lo que suponéis. No es no por las muchas chorradas que nos cuentan, como que es injusto (y el IVA, o cualquier otro sí), que es doble tributación (como que no pago IVA cuando ya pagué IRPF, o mejor pagar IVA del impuesto eléctrico, eso sí que mola), u otras gilipolleces que nos podemos encontrar aquí https://stopimpuestosucesiones.org/verdades o aquí https://stopimpuestosucesiones.org/mentiras , algunas completamente gilipollas. Al final lo que no recauden por este tipo de impuestos lo recaudarán por otro lado, quitarán patrimonio o sucesiones, y lo meterán en tasas a combustibles, en IVA o donde sea, que ahí sí que lo pagaremos todos. ¿Por qué tenemos que tratar este tipo de ingresos o transferencias de propiedades con un tributo especial? Que se aplique la figura impositiva ya existente. ¿Por qué si te transfieren un piso de un muerto a un vivo tiene derecho a pagar menos que entre dos vivos?, ¿por qué si ingresas equis dinero pagas menos si lo heredas o te lo donan que si te lo ganas trabajando?, considerémoslo un ingreso más y apliquemos IRPF. No queréis taza, pues taza y media, el impuesto de sucesiones me parece injusto, pero no pagar por una trasmisión o ingreso me parece que es el acabóse. Lógicamente, esto último todos sabemos quién lo plantea y a quién le interesa, y qué hace la izquierda: verlas venir. Desde que tengo memoria la batalla entre la izquierda y la derecha (y más aún entre sindicatos y empresarios) es como un combate de boxeo en el que uno de ellos lanza golpes sin parar a ver si da alguno, y el otro está a verlas venir esquivando o procurando que el daño sea el menos posible, pero sin lanzar ninguno. Estamos paralizados, no tenemos ningún rumbo, cosas que hace 50 años planteaban los socialdemócratas ahora son vistas como si fueran ideas soviéticas, se ha moderado tanto el discurso que al final se ha perdido lo esencial. Este tipo de cosas son una más, no somos capaces de contraatacar, otra pequeña batalla perdida, otra más, y cada vez y sin darnos cuenta nuestra gente está más a la derecha.