Un pequeño apunte que me ha surgido leyendo un artículo sobre arqueología. Se comenta que el último estrato, correspondiente a 700.000 años de antigüedad, está a 70m de profundidad.
Es decir, que de media en esa localización, el suelo ha crecido a una tasa de 0,1mm al año. Por supuesto, puede variar ampliamente según las condiciones climatológicas y la erosión, pero haciendo un repaso somero parece una buena aproximación.
Insisto, los suelos crecen 0,1mm al año.
Ahora, mirad el estado de estas sierras, tras siglos de incendios, pastoreo y la erosión asociada.

Tras un incendio no sólo se puede perder la vida animal y vegetal. Eso es lo de menos. Se recupera rápido, unos años, décadas a lo sumo. Si puede. Si no se han perdido los cimientos de toda la pirámide ecológica, que son los suelos. La escorrentía tras un incendio se puede llevar por delante el trabajo de milenios de la microbiota del suelo.
Si consideramos los suelos un bien inagotable, la ganadería extensiva puede considerarse sostenible, así como otras aberraciones como los biocombustibles (pellet, bioetanol…).
Ya puestos, podemos considerar asimismo como inagotables los recursos hídricos o la capacidad de la atmósfera de saturarse de CO2, y hemos resuelto de un plumazo todos nuestros problemas. Basta con establecer las simplificaciones e hipótesis adecuadas, y cualquier insensatez cobra sentido.
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