Chantaje I

Un ejercicio de matemáticas básicas.

PROBLEMA: Queremos minimizar la función:F(x) = (a-b)/c

Discutir las soluciones, sabiendo que a, b ó c sólo pueden adoptar valores positivos.

SOLUCIÓN: La función F(x) será decreciente para valores grandes de b o pequeños de a (numerador pequeño). También reducimos la función forzando valores grandes del numerador, la variable c.

Esto es tan evidente que hasta da vergüenza tener que explicarlo.

Pero resulta que hay un caso particular para el cual no es evidente. Si hacemos

F(€) = deuda pública relativa = (gastos – ingresos) / PIB

En este caso sólo hay una solución para hacer decrecer la deuda: recortar gasto social, reducir sueldos de funcionarios, bajar pensiones, reducir inversión pública. Es decir, la receta que es plato único del FMI para todos sus comensales. La receta de la derecha, de la CEOE, de los economistas del sistema.

Porque la matemática se quiebra al entrar en el dominio de la economía. Sus leyes inmutables tienen excepciones cuando pasa el umbral de la realidad y la variable x es el dinero.

1ª anormalidad matemática:
En España, la inmensa mayoría de la deuda es del sector privado (un 310% del PIB, entre empresas, bancos y particulares, para pagar la orgía del ladrillo).

Sin embargo, el gran problema es la intolerable y desbocada deuda pública, que amenaza con llevarnos a todos a la ruina. Nadie menciona que la deuda pública usamericana o anglosajona sea muy superior, incluso en términos relativos respecto a su PIB; y ni que decir de la deuda Berlusconiana, de eso en los medios de comunicación no se oye ni mú. La deuda pública nos la ha traído el insostenible Estado de Bienestar, anacrónico, socialista, esa quimera fallida (pero fue Noruega, y luego Alemania y Holanda los primeros países en salir de la crisis).

EEUU y UK son modelos de países serios y liberales y su deuda pública no es mala, es síntoma de modernidad. El 57% de deuda pública en España es un desatino, el 110% en Italia es algo natural. Francia y Alemania tienen deudas superiores pero no importa. El problema es España. La insostenible generosidad del gobierno español. O Heleno. Reino Unido no está quebrado, eso es cosa de los mediterráneos.
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2ª anormalidad matemática.

La forma de reducir la deuda, en el mundo de las matemáticas, es disminuyendo el gasto o aumentando la recaudación. Silencio. Menciono esto y me parece estar descubriendo el teorema de Thales. Nuestros eminentes economistas no han caído en tal posibilidad.

Una excepción: el IVA. El impuesto indirecto por excelencia, que cae como una losa sobre los pobres (que dedican mayor parte de su renta al consumo) y es suave como una pluma para los ricos (que dedican la mayor parte de sus rentas a la inversión). El impuesto regresivo por antonomasia, el favorito de la derecha cuando de tocar alguno se trata, ése es el elegido por el gobierno para recaudar más.

¿Ninguna otra idea para recaudar más?
Tic, tac, tic, tac…
¿No?
¿Qué tal recuperar el IMPUESTO SOBRE EL PATRIMONIO, haciendo pagar a los que más tienen no sólo por lo que ganan, sino por lo que ya tienen? ¿O recuperar las competencias sobre el IMPUESTO DE SUCESIONES, que las autonomías en una sangrienta competencia para ver quién lo jibarizaba más han convertido en un mero trámite?
En este país la nobleza económica se ha forrado a manos llenas durante los años de bonanza. ¿Qué menos que ahora contribuyan a sostener el edificio económico que con su rapiña han desestabilizado y socavado hasta los cimientos? Si llega la Cuaresma y hemos de ceñirnos el cinturón, que sean los que más comieron en el Carnaval los que pongan mayor freno a sus carnes. Porque el pobre no necesita de ayunos, que para él no es piedad sino costumbre y el cinturón ya le da vuelta y media.

Más opciones, que si al gobierno no se le ocurren ideas yo las tengo a puñados. ¿Qué tal subir de nuevo esos dos puntitos de regalo que le concedió el gobierno a las rentas más altas en la última reforma del IRPF?

Aunque el IRPF sólo lo pagan los pringaíllos, la clase media y media alta. Los que de verdad tienen pasta, la declaración les sale a devolver.

Señores, de una maldita vez ¿Por qué no le ponemos coto a las SICAV y demás IIC? De qué sirve que el tipo máximo esté en el 43%, si los rendimientos del capital tributan a un tipo fijo del 18%, y las SICAV al 1%.

Y puestos a buscar la cueva de Alí Baba y meterle mano a donde de verdad se encuentra el dinero…¿por qué no se dota a la Agencia Tributaria de medios para perseguir a todos los empresarios y delincuentes hasta sus madrigueras en Jersey y Guernesey, Luxemburgo, Suiza o Liechenstein?

Si el gobierno no puede meter mano a las SICAV (aunque tuviera voluntad de ello) es porque amenazan con transferir esos fondos fuera de España. Así, el gobierno se contenta con ese 1%, mejor que nada.

Con la libre circulación de capitales, los Estados soberanos están sometidos al permanente chantaje por parte de los grandes capitales de tener que bajar la fiscalidad sobre sus riquezas, bajo amenaza de llevárselas a otro territorio. Los paraísos fiscales, pseudo-estados en todo dependientes de la metrópoli (UK, USA, España…) excepto en fiscalidad, ejercen una competencia desleal forzando a la baja los tipos imponibles a las rentas altas en toda Europa. De hecho, creo que de eso precisamente va la Unión Europea; ése es su fin último: conseguir un espacio en el que los capitales se puedan mover con comodidad y sean mínimamente fiscalizados.

Como ha quedado patente estos días: unión económica sin armonización fiscal es una imbecilidad.

En resumen, en el mundo de la economía, la deuda no se puede reducir recaudando más (especialmente de quien más tiene) sino sólo recortando gasto. Esto es una verdad inmutable, que no precisa de demostración. Palabra de Dios.
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3ª anormalidad matemática

No todas las formas de recorte del gasto sirven, sólo son válidas aquellas que son lesivas para los trabajadores.

Por ejemplo, suprimir los 8,8 millones de euros que recibe UNA familia española no reduce el gasto.

Tampoco sirve para reducir el denominador eliminar el Ministerio de la Guerra (7700 M€ de presupuesto). El que hay que eliminar es el Igualdad, ése sí que sobra.

No hay que reducir la plantilla de policías en España. A pesar de ser el país europeo con más policías (maderos, picolos, pitufines, gossos de cuadra…) por ciudadano, sólo por detrás de la católica, corrupta y fascistosa Italia, el gobierno ve la necesidad de seguir aumentando la plantilla de pistoleros.

La sensación de inseguridad que crean las crónicas de sociedad de los medios amarillentos provocan esa necesidad de policías. De nada sirve que las estadísticas expliquen que en España el número de delitos es de los más bajos de la UE. La gente ve la televisión, no lee estadísticas.

Asimismo, es necesario endurecer el Código Penal, meter a todos en la cárcel. A pesar de que contamos con una población reclusa absolutamente desproporcionada, se prefiere construir nuevas cárceles a despenalizar el menudeo de droga, cuando la inmensa mayoría de los reclusos son por esta actividad. La ley seca aplicada al hachís cuesta al Estado millones en policías, jueces y cárceles, sin por ello lograr su objetivo de limitar su venta (pues a esta hora me sería más fácil pillar una china que comprar un paquete de tabaco). Jueces, policías y cárceles que mejor servirían si estuvieran dedicados a perseguir los delitos económicos, que son los que realmente han puesto de rodillas a nuestro país. En la última tanda de Marcadores conté un caso que me parece paradigmático de connivencia judicial con los ladrones de cuello blanco, pero ejemplos los hay a patadas (lo que son noticia son las excepciones).

No sobran militares, no sobran policías (ni siquiera los torturadores, funcionarios eficientes), no sobran cárceles. Porque todo ello no representa un gasto para el Estado. Lo que sobran son médicos, enfermeros, profesores, asistentes sociales…

La educación y sanidad, ese lujo insostenible que son los pilares para aumentar la productividad futura y presente de la sociedad. Bagatelas. Esos son los servicios que los sabios economistas del régimen quieren cercenar. Con que haya policías y militares que los mantengan a ralla…estamos salvos.

Por una ley inexcrutable, sólo los sueldos de los profesionales útiles, y no lesivos, a la sociedad son los que pesan sobre las cuentas públicas. Es la sostenibilidad de la sanidad o la educación pública la que es puesta siempre en cuestión, pero jamás se cuestiona la de las Fuerzas Armadas. ¿Es productivo, el Ejército de Tierra? ¿Es rentable, la Armada Española o las Fuerzas Aéreas? Sobre ellos no cabe discusión de si son o no necesarios. Pero ampliar las plazas en guarderías o geriátricos públicos es un lujo persa, inasumible para el Estado.
Cuando Concepción Arenal dijo aquello de «Abride escolas e han pechar os cárceres» estaba equivocada, qué sabría ella, mujer, de las altas instituciones del Estado. El ejército y sus desfiles, la policía, sus calabozos y sus cárceles, señas de identidad de un Estado post-fascista que se niega a dar paso a un Estado asistencial.
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4ª anormalidad matemática.

El aumento del denominador no provoca la disminución del cociente.

Porque una mente ingenua, desconocedora de los arcanos de la economía, podría pensar en su candidez que para reducir el déficit relativo, no sólo se puede hacer reduciendo el déficit, sino aumentando el Producto Interior Bruto.

Y para que aumente el PIB hay que realizar inversiones y planes de estímulo, que evidentemente causan un aumento temporal del déficit, pero las inversiones bien calculadas producen un retorno ventajoso. E invertir en las personas es una buena inversión. Pero, de nuevo, eso de los planes de estímulo sólo vale para las naciones anglosajonas. Si lo acomete San Obama es justo y necesario. Si Merkel desarrolla todo un paquete de inversiones públicas para reactivar la economía y dotarse en mejores infraestructuras para, al salir de la crisis, estar en una situación de superioridad competitiva, permitiendo producir de forma más eficiente, es que se trata del genio teutón. Pero para los gobiernos africanos como España, Portugal o Grecia, un programa de inversiones públicas se ve como tirar el dinero (aunque el plan E lo fue, exactamente tirado a los bolsillos de los empresarios de obra civil).

Para recoger hay que sembrar, sea en educación, en investigación o en infraestructuras. Pero eso es lo que piensan los ancianos. Eso no vale. Lo único que dará la prosperidad a España es bajar los salarios y abaratar el despido. Esa es la fórmula mágica para que el país florezca: el esclavismo. Es lo que quieren nuestros empresarios y no hay mundo más allá de Finisterre. Porque como la Iglesia enseña y nuestro empresariado sabe, la tierra es plana.

Y todo lo demás, sobre formación de los trabajadores, conciliación de la vida laboral y familiar, innovación e inversión en equipos, apertura de nuevos mercados…son cuentos de hadas. Donde esté el buen sistema esclavista y un buen pelotazo…y cuando todo se desmorone, se echa la persiana y a disfrutar de lo robado a la sociedad, que está a buen recaudo en Suiza.

Y las facturas a proveedores sin pagar, que se las coman con el bocata. Pringaos…

Así que, ya sabéis, niños: las matemáticas y la razón, al Sur de los Pirineos, no encuentran aplicación práctica. Porque ya lo dejó claro la propaganda franquista: Spain is different.

Y si la Ley de la Gravedad contradice a la España, Una, Grande y Libre, será Newton el que se tenga que exiliar, pues por encima está la Ley de Dios: la del embudo.
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…eppur si muove