Obsolescencia programada de la honestidad

A estas alturas ya todo el mundo ha escuchado el término de la obsolescencia programada. Viene a dar nombre a un fenómeno conocido: el artefacto que compramos no se rompe en los dos años de garantía, pero está programado para que se rompa a los 2 años y un día. Una muestra más de la pericia tecnológica al servicio del capitalismo.

Bien, pues la postmodernidad nos trae otro logro de la ética: la obsolescencia programada aplicada a la política.

Por ejemplo, veamos lo que tardó en caducar la honradez de Pedro Solbes: fichó por Enel a los 2 años y pocos días de su salida del ministerio, que era lo que la ley le obligaba a permanecer célibe. Dos años, el periodo de garantía de su honestidad. Solbes dio el visto bueno para que la eléctrica pública italiana se hiciera con Endesa.

Unos meses más tarde, también fichó por Barclays, el ministro de economía. La puerta giratoria entre política y empresa denunciada en Inside Job, también funciona a este lado del Atlántico.

Felipe entró como consejero en Gas Natural, qué sabrá el morritos de la prospección gasística o de la generación eléctrica. Aznar, como consejero de Endesa, qué consejos tendrá que darles el infame bigotudo sobre la operación de centrales nucleares. O Boyer, consejero de Red Eléctrica, qué sabrá sobre las pérdidas en transformación. Evidentemente no se les paga por sus conocimientos (como tampoco a Urdangarín Telefónica le fichó por sus nulos conocimientos en telecomunicaciones) sino por sus contactos. Y, aquí viene lo más grave, como forma de pago diferido en el tiempo por los favores recibidos. Es loable la generosidad del sector energético con los políticos comprensivos con sus intereses.

El último episodio se cumplió hace pocos días, con la noticia vergonzosa de que la exministra de economía había encontrado un subterfugio legal para ni tan siquiera guardar el plazo estipulado y fichar por la filial chilena de Endesa. Para qué guardar las formas. En este caso, debo decir que hasta me sorprende, a pesar de las enormes divergencias políticas, tenía a la honorabilidad de esta mujer en mayor estima de la que se tiene ella misma. Me gusta la gente inteligente y por tal tenía a la exministra, pero esta vez se ha pasado de lista. Y me gustan los inteligentes pero me joden los listos, los demasiado listos. Parece que la señora podrá compatibilizar, además, los ingresos de la empresa privada con el salario de exministra.

¿Por qué el sector energético es tan asiduo recompensando con generosidad a los gestores públicos con más poder?

Pues podemos coger una noticia en la prensa reciente que nos lo aclare:
Las eléctricas piden que la luz suba un 20% para atajar el déficit tarifario

Efectivamente, el sector energético, como en menor medida el de las telecomunicaciones o el financiero, son sectores regulados, en los que las decisiones del gobierno de turno, estableciendo tarifas y normativas tienen una influencia capital en la cuenta de resultados de estas compañías.

Un par de enlaces más sobre la puerta giratoria, la privatización del gobierno del Estado, la colonización de los poderes públicos, la soberanía nacional por las raíces de las grandes transnacionales:
Gobierno de España, S. A.
Escolar – España y los expolíticos

+

Y el momento musical, dedicado al delfín de Fraga, relegado al Ministerio del Justicia (divina) desde el cual quiere hacer méritos con la caverna para no perder su condición de eterna promesa. Un vídeo adecuado para el Día de la Mujer. Mujer explotada, humillada, relegada por una tradición religiosa que, como en el discurso del señor ministro, la rebaja a la posición de infrahumano, intelectual y moralmente indefenso, cuya libertad debe estar tutelada por el patriarcado para que ella misma no se haga daño, en su íntima relación con el Maligno.

Y como no me quiero repetir:
Las linces
El aborto
Los ventrilocuos