La mirada del mendigo

24 agosto 2013

Bomberos incendiarios

Filed under: Ecología — Nadir @ 12:56

Ya estoy más que harto de los incendios.

Llevo todo el mes de Agosto sin que pase un solo día sin ver una columna de humo, si no es en oriente, en poniente, si no es en la sierra, hacia Portugal. Bueno, lo del humo hacia Portugal es ya diario, independientemente de los otros incendios. Así lo están dejando, más arrasado que Verdún.

Sí, eso lo veréis en las noticias, especialmente cuando los incendios son cerca de ciudades como estos días en Ourense. Pero lo que no os contará el puto periodista de turno, y mucho menos el politicastro, es la razón.

¿Porque alguien le prende fuego al monte, no? ¿O es que creemos que arde por combustión espontánea? Serán las meigas, no te jode…

Bueno, pues en el Mendigo sección incendios (que es ya una sección fija en este blog) llevamos años procurando despejar la incógnita de la ecuación de los incendios. ¿Quién es el malnacido que está destruyendo esta tierra? Lo que pasa es que no es una ecuación sino una matriz, y la solución es múltiple.

Hace un tiempo hablé de los camiones de pinos quemados que van camino de Santiago (FinSA) o Portugal para hacer muebles baratos. Efectivamente, las madereras explican buena parte de los incendios, en concreto aquellos que afectan a plantaciones de pinos y eucaliptos.

Buenas parte, pero no todos. Otros muchos se explican por la ganadería extensiva, por ejemplo en Sanabria donde sueltan las vacas durante todo el año en el parque natural, porque es más barato alimentarlas en terreno de todos que arrendar prados o comprar pienso. Y cuando faltan pastos, cerilla. O las ovejas en tierras bajas. Yo me doy de cabezazos cuando pienso en el desatino que es quemar todo un monte para que pasten unas pocas ovejas. Pocas, para los que seáis de las mesetas os resultará raro, pero aquí rara vez un rebaño tiene más de 30 cabezas, 50 a lo mucho. Ya no sólo por la destrucción natural, es que incluso económicamente en el corto plazo. Hagamos cuentas, una oveja cuesta sobre los 70€, así que un rebaño aquí no pasa gran cosa de 2.000€. Y para alimentarlas se organiza un incendio al que tienen que ir motobombas, personal, hidroaviones, avionetas de carga en tierra y helicópteros. Si se desmanda, ya tiene que venir maquinaria pesada, efectivos de otras comunidades… Cada hora de helicóptero en el aire sale a unos 6.000€. Ayer estaba tumbado en el río y aquello parecía Vietnam, con helicópteros y aviones yendo y viniendo de un incendio a otro.

Así que echad cuentas lo cara que sale la lana o el kilo de cordero a Galicia. Salen caras de cojones esas putas 30 ovejas, y nos salen caras a todos. Era infinitamente más barato darle una pensión al pastor y que dejara de una puta vez las ovejas.

Podría seguir la cuenta, que si los cazadores para despejar el monte, que si el fulano que quiere limpiar su finca y no le apetece pagar una tractorada (también digo lo mismo, nos sale caro de cojones el desbroce, para ahorrarse 50 o 100 ouros que le costaría).

Estad atentos los que viváis en la urbe, porque esto nunca lo vais a escuchar en la realidad paralela que os cuentan los medios.

Pero ahora vamos a centrarnos en un colectivo muy concreto, los bomberos forestales. Creo que en este caso, es mejor explicarlo con un ejemplo. Me cuentan que un chaval del pueblo por fin ha conseguido trabajo; sabía que la situación en su casa estaba muy peliaguda, con todos en paro, acabándose la ayuda de 400€ y sin visos de aparecer nada nuevo. Me alegré sinceramente.

Mi alegría se difuminó en cuanto supe de qué iba a trabajar: en las brigadas forestales, en la campaña de verano.

Mi respuesta asombrada: ¿Ése?

Para que entendáis mi respuesta, os haré una semblanza de este personaje. Se trata de un joven, que a pesar de tener veintipocos tiene un perfil bastante parecido a un odre. Ya de crío no tenía muchas luces, en el colegio repitió y repitió hasta que llegó a la edad límite y lo echaron. En los trabajos ha durado poco porque además de torpe, es en palabras suaves poco afanoso en el trabajo. Vamos, más vago que la chaqueta de un guardia. Así que trata de sacarse unos duros ofreciendo su ayuda en las labores del campo, pero hasta las viejas le dan largas porque no le cunde el trabajo y al final, como es tan torpe, se acaba haciendo siempre daño o cometiendo alguna otra calamidad.

A estas alturas deberíamos hacer una precisión. Los brigadistas de la Xunta sí que pasan por unas pruebas físicas serias, son profesionales bien preparados que formar por ejemplo las unidades heliotransportadas. Una de las pruebas físicas es una carrera de resistencia con un fardo a cuestas (lo que en condiciones reales sería la manguera).

Cualquier comparación con los tipiños que escogen los concellos es ofensiva, si esta mole de carne tuviera que correr más de 500 metros, le explotaría el corazón. Es absurdo meter a un incapaz así en labores de extinción, porque el primero en ponerse en peligro es él mismo. No es broma, en un incendio de hace un par de años, falleció otro brigadista: un cincuentón que, cuando cambió la dirección del viento, no pudo correr para ponerse a salvo porque estaba cojitranco.

Los alcaldes tratan de hacer un favor (canjeable a cambio de servilismo electoral) a este colectivo de parados de larga duración, amas de casa culonas y jóvenes sin ninguna formación, y lo que consiguen es ponerlos en peligro. ¿Os acordáis de la que se armó cuando traté el problema con los GRUMIR?

El caso es que estaba anteayer subido a lo alto de un cerro, disfrutando bajo la sombra de unos jóvenes carballos de la rala brisa que aliviaba un poco el calor, y en frente tenía, cómo no, el espectáculo del enésimo incendio. Un incendio del cual el periódico dice que acudieron dos aviones y tres helicópteros, aunque por allí sólo pasó en toda la tarde una de las avionetas de carga en tierra, dando una única pasada antes de ponerse el sol (¿para que conprobar las fuentes si es más sencillo transcribir el parte oficial?).

Con el macabro espectáculo me acordé del señor de las lorzas, y temí que en ese momento estuviera de guardia. Pero a continuación pensé ¿y si no está de guardia? ¿no habrá sido él? Un soto de castaños y carballos, lejos de cualquier pueblo, esto ni es cosa de los madereros (queman pinos o eucaliptos), ni de los pastores (queman xestas cerca del pueblo), ni de los eólicos (ahí no hay ni va a haber aerogeneradores). No es por desbrozar, así que o son los cazadores (posible, es zona de bastante caza) o ha sido algún brigadista.

Evidentemente, yo no sé si ha sido este muchacho o cualquier otro, pero lo que es seguro (porque hay detenciones y condenas) es que los brigadistas emplean los incendios como chantaje para asegurarse un puesto de trabajo el año que viene. Igual que con las ovejas, nos sale bien caro ese puesto de trabajo.

Pero ahora poneos en la situación de un joven desempleado, cuya única expectativa laboral es trabajar unos meses con TragSA o los GRUMIR apagando incendios. Igual que los clanes mafiosos, convencen al tendero de que necesita de su protección, y para eso le dan una paliza y le destrozan la tienda. ¿Censurable? Sí, pero más cornadas da el hambre. Y en la Galicia profunda hay situaciones humanas terribles, que los que diseñan las estrategias de loita contra o lume desde los despachos de Santiago ni llegan a imaginarse.

Los incendios son un negocio, una fuente de ingresos para varios miles de personas en Galicia. De hecho, como digo, son la única fuente de ingresos en todo el año para algunos hogares, el único dinero que entra además de alguna chapuza esporádica. Si Galicia, y especialmente Ourense, recuperase la normalidad española, y ya no digo Europea, muchos de esos puestos de trabajo peligrarían. No hacen más que defender su puesto de trabajo y, a la postre, su vida.

Quizá ahora entendáis un poco más por qué podéis cruzar Alemania, Francia o sin ir más lejos Navarra sin ver un solo incendio, y por qué es imposible caminar más de 10km en Ourense sin encontrarse con los restos de uno. Ya cada vez van quedando islitas de vegetación en un mar de troncos renegridos y monte despoblado de cobertura vegetal más allá de las gramíneas.

¿Exagero? Venid a Ourense a comprobarlo.

7 comentarios »

  1. […] Bomberos incendiarios […]

    Pingback por Bomberos incendiarios — 24 agosto 2013 @ 15:30 | Responder

  2. Los incendios… y el hambre, y la guerra, y las injusticias, y la pobreza, y la malaria… Cada una de estas cosas ocurre porque simplemente hay quien sale beneficiado. Así de sencillo. Ya se que los incendios son para los beneficiados pan para hoy y hambre para mañana pero… ¿acaso son capaces de pensar en mañana?

    Comentarios por Aurora — 25 agosto 2013 @ 17:33 | Responder

    • Casi nadie piensa en términos de medio plazo, mucho menos de largo. Así nos va en general.

      Comentarios por wenmusic — 27 agosto 2013 @ 19:45 | Responder

      • La cuestión es que si hoy comemos castañas o regamos con aceite de oliva la ensalada es porque hubo quienes pensaron más allá de su horizonte vital al planificar sus actos. O contemplamos la catedral de Burgos, o el puente romano de Mérida. Hoy en día, un plazo de más de 10-15 años es prácticamente futuro ciencia-ficción. Vivimos en un mundo de usar y tirar, de la inmediatez, en las acciones, en las construcciones y en el pensamiento.

        Comentarios por Mendigo — 1 septiembre 2013 @ 13:13 | Responder

  3. Acabo de llegar de Alemania… y desde el aire, camino de Oporto, daba pena mirar a través de la ventanilla… Poco quedó sin arder, lo de Portugal no tiene explicación, todo ennegrecido… en fin!

    Comentarios por Pedro — 3 septiembre 2013 @ 23:24 | Responder

    • Si Galicia es un horror, el Norte de Portugal es el infierno. El Erebo, Verdún tras la 1ª Guerra Mundial. Alucinantemente, no parece ser una prioridad en la sociedad portuguesa, en los medios o incluso en sus asociaciones ecologistas, que se dedican a cualquier imbecilidad tipo parque y jardines y no a la destrucción, devastación de su territorio.

      SImplemente, no lo entiendo.

      Comentarios por Mendigo — 4 septiembre 2013 @ 1:31 | Responder

  4. […] causantes: las madereras, los empresarios eólicos, la ganadería extensiva, los cazadores, los brigadistas, los aldeanos queriéndose ahorrar un […]

    Pingback por Medios | La mirada del mendigo — 4 septiembre 2013 @ 1:23 | Responder


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