La mirada del mendigo

28 diciembre 2023

Dilemas de la democratización en China

Filed under: Internacional,Política — Nadir @ 12:43

Hace unos días, Rafael Poch firmó un artículo que me parece toca temas cruciales para el futuro, y no sólo de China. Este autor es de los poquísimos que va más allá de las patochadas de la propaganda con la que nos alimenta el pesebre mediático.

Creo que merece la pena comentar el artículo, a la espera de encontrar el libro.

Una sola humanidad. Pensemos de forma global.

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Y para aliñar esta entrada. Recientemente se produjo una cumbre entre dos fraternales enemigos: Viet-Nam y China. Ésta es una de las imágenes de la reunión:

Curiosamente, que dos de los Estados más exitosos en lo que va de siglo XXI (exitosos en proporcionar mejores condiciones de vida a su población, como es su función primordial) sean comunistas (a los que podemos sumar Mongolia), no merece ni una apostilla en la izquierda de chirigota que tenemos, inclusive los cuatro payasos postmo que quedan en el PCE.

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29 comentarios »

  1. Ya que estamos
    hablando de un libro,
    me permito mencionar otro
    que puede aportarnos datos útiles
    para entender algo de lo que pasa por ahí:

    Pilar Bonet – Náufragos del imperio

    https://www.galaxiagutenberg.com/producto/naufragos-del-imperio/

    >>>

    Comentarios por Juan Manuel Grijalvo — 28 diciembre 2023 @ 19:29 | Responder

  2. Es más comunista España de lo que puede ser China o Vietnam. El Gasto público en China representa sólo el 33% el PIB, en Vietnam mucho menos. En China la sanidad es más privada que en EEUU, en el segundo lo desconozco aunque apostaría por lo mismo.

    Comentarios por abeixon — 28 diciembre 2023 @ 19:45 | Responder

    • En China la sanidad es más privada que en EEUU –> Esto es radicalmente falso, y no me gusta que se propaguen falsedades en este espacio. Entiendo que lo haces por desconocimiento.
      https://www.bmj.com/content/365/bmj.l2349

      Por lo demás, el gasto social no es criterio para determinar si un gobierno es comunista (más precisamente, socialista, comunista en su fin), aunque tampoco tu comentario está totalmente desprovisto de razón.

      En China, la propiedad del suelo es únicamente del Estado, empresas y particulares sólo pueden obtener una concesión temporal (aunque todo el mundo asume que, en residencial, la renovará llegado el momento). En China, la mayor parte de las empresas, especialmente las más grandes y punteras, es de capital público o mixto con mayoría accionarial del Estado (muchas veces son los municipios o las provincias los que invierten en sus empresas estratégicas). Por otra parte, en China hay un poder político que está por encima del económico, y se realiza una planificación de la economía en base a planes quinquenales.

      No, España no es en ninguna medida un Estado socialista.

      En realidad, todo es más complejo. Igual que China no es un Estado socialista puro, sino una mezcla de ambos sistemas (lo que se ha venido en llamar capitalismo de Estado, no sé si con mucho rigor), tampoco España es un sistema capitalista puro. Ningún Estado lo es, porque sería inviable, hasta la USA post-Reagan o la Argentina que pretende Milei deben tener una cobertura social para que la sociedad no estalle y acabe comiéndose a sus ricos.

      Comentarios por Nadir — 2 enero 2024 @ 10:48 | Responder

      • Efectivamente me pasé de frenada y no debí comparar dos modelos sanitarios que apenas conozco, pido disculpas por ello. Lo que pretendía decir es que el estado de bienestar brilla por su ausencia en China.
        Dicho esto, la sanidad en China es de pago, hay seguros públicos y privados. Los hospitales son en su mayoría públicos, pero si no pagas no te atienden.
        Lo explica este español que vive en China y cuya mujer está ingresada por su embarazo. Por cierto es trabajadora por cuenta propia, vaya país comunista con autónomos.

        En cuanto a que China es comunista porque la propiedad del suelo es del estado, tampoco es cierto, se lleva privatizando un montón de años. Deste el 78 el campo atravesó un proceso de descolectivización mientras se introducía el nuevo Sistema de Responsabilidad del Hogar. Dudo si hoy en día queda alguna graja colectiva.

        Haz clic para acceder a %2Fsystem%2Fpdf%2F4221%2FNLR_122.pdf

        En China llevan hablando un montón de años de la burbuja inmobiliaria, esto no tendría sentido si China fuese comunista. Muchos chinos tienen que pedir hipoteca para poder acceder a una vivienda.

        https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-58670064

        Con todo, en los países comunistas pensé que todos los medios de producción eran del proletariado. El más importante de estes factores no es precisamente el suelo, creo que el capital es muchísimo más importante.
        Es cierto que el Estado Chino tiene un montón de empresas, el sistema bancario es totalmente estatal. Una gran parte de los ingresos del Estado Chino provienen del beneficio que le reportan dichas empresas. La otra parte de los ingresos provienen de un sistema impositivo que se sustenta en impuesto indirectos, por lo que no resulta en absoluto progresivo. Me atrevería a decir que es un sistema impositivo regresivo, aunque lo desconozco.

        Por último, si es comunista no entiendo la cantidad de millonarios existentes. Una búsqueda rápida en Google es suficiente para comprobarlo.
        https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20210302-el-n%C3%BAmero-de-multimillonarios-se-dispara-en-china-pese-a-la-pandemia

        Comentarios por abeixon — 2 enero 2024 @ 23:51 | Responder

        • Muy bien, muy bien. Veo que has hecho el esfuerzo de contestar de forma informada, y eso es excelente. Así aprendemos todos.

          A ver, lo primero ¿por qué crees que la existencia de un autónomo es incompatible con un modelo económico socialista? Es un trabajador que controla los medios de producción necesarios para su actividad. No hay apropiación del trabajo ajeno. Que el socialismo que se ha implementado sea de carácter estatista no quiere decir que no haya otras formas de desarrollarlo.

          Lo de las granjas colectivas: sí esa es una forma de organización de la producción agraria muy propia de los sistemas socialistas, que está desapareciendo en China. Pero insisto, la tierra es propiedad del Estado, lo que se intercambian son derechos de uso sobre ella. Y exactamente lo mismo con el suelo industrial o residencial. Y el suelo es la forma más básica de capital.

          Pero no te quito razón en que el modelo chino no es, esto es evidente, un sistema socialista puro. Es una combinación de ambos, con mercados muy desarrollados (que dan lugar a lo que dices, una burbuja ladrillera) pero al mismo tiempo con los mandos en control del Estado (lo cual ha impedido que explote arrastrando al resto de la economía, como nos ocurrió a nosotros). Por supuesto que podemos criticarlo, porque todo es debatible, pero deberíamos tener humildad al hacerlo porque el sistema que están desarrollando está revelándose mucho más exitoso en su función de generar riqueza y distribuirla, que el socioliberalismo que tenemos aquí.

          Mira, después de demonizar a Rusia por defenderse de la expansión de la OTAN, ahora toca el turno de difamar a China. Porque es el principal objetivo, el premio gordo, y hay que preparar a la chusma para aceptar y jalear la próxima guerra. Y eso se va a vender, entre la derecha, como que son malvados comunistas que hay que derrotar. Y entre la izquierda, que no son verdaderos comunistas, que eso es un paraíso ultraliberal que merece ser destruido. Todo esto es propaganda para el consumo de la chusma. La realidad es mucho más compleja, aunque obviamente un periodista analfabeto no es capaz de percibirla, y mucho menos capaz de transmitirla. No esperes otra cosa de los medios.

          Así que, China es o no es comunista? Pues como decía Unamuno, pues si no es novela, será una nivola. Gato negro, gato blanco, lo importante es que cace ratones, y a ello se pusieron hace ya medio siglo, y les está dando muy buen resultado. ¿Se podría hacer mejor? Seguro, porque toda obra humana es perfectible, pero nuestra sociedad ha tomado la otra vía: hacerlo peor. Las condiciones de vida de su población mejoran, mientras las nuestras se deterioran. Yo primero me dedicaría a entender su sistema, y luego, muy tímida y humildemente, a plantear las objeciones.

          Comentarios por Nadir — 6 enero 2024 @ 10:33 | Responder

  3. Comentar el artículo… Está en una línea que aquí choca bastante, y que Rafael Poch mantiene desde hace muchos años:

    «Yo creo que China, aunque suene muy fuerte, es de los países mejor gobernados del mundo. Si uno atiende a las enormes dificultades que tiene el gobierno de China, dificultades objetivas de recursos, de enorme población, desde ese punto de vista es un país bien gobernado, lo cual no quiere decir que no cometan errores».

    https://www.jotdown.es/2013/04/rafael-poch-china-aunque-suene-fuerte-es-de-los-mejores-paises-gobernados-del-mundo/

    La tesis de Nadir es que los Estados más exitosos son los que proporcionan mejores condiciones de vida a su población. ¿Es su función primordial? La formulación clásica de la alternativa es:

    “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios». Mateo 4, 4 – Nácar-Colunga.

    Los gobiernos también deben tener en cuenta una serie de cuestiones que podríamos describir, con todas las comillas que queramos, como «inmateriales» o «espirituales».

    Cuando las expectativas de las personas no están limitadas por la pobreza a lo inmediato, a cosas tan elementales como conseguir algo de comer todos los días, quieren libros.

    Por ejemplo, éste:

    https://almuzaralibros.com/fichalibro.php?libro=19&edi=1

    >>>

    Comentarios por Juan Manuel Grijalvo — 29 diciembre 2023 @ 8:57 | Responder

    • Pero compañero, precisamente ofrecer mejores condiciones de vida a la población implica proporcionar un fácil acceso a la cultura.

      Comentarios por Nadir — 2 enero 2024 @ 10:50 | Responder

      • Esa palabra, «cultura»… es MUY polisémica. Creo que nadie discute que en la Unión Soviética había cultura en el sentido más… culto… del término. Ajedrez, ballet, cine histórico, documentales, espectáculos de primera categoría… en un contexto económico de privaciones. Por otra parte, ¿la cultura es compatible con la censura? Naturalmente, mi respuesta se basa en mis experiencias vividas entre 1954 y el ¿fin? de la dictadura de aquí.

        Comentarios por Juan Manuel Grijalvo — 2 enero 2024 @ 13:28 | Responder

        • Ciertamente, ciertamente, muy buena precisión. Pero realmente, la censura opera en todos los sistemas, sea estatal, empresarial, o la propia autocensura debido a que el autor no se atreve a publicar, y seguramente no es capaz de pensar, lo que desafía la sabiduría convencional o simplemente sus lectores no tienen ganas de leer.

          Por cierto, lo de que China es de los países mejor gobernados del mundo, a la vista de su progresión en los últimos veinte años, sólo lo puede negar un necio. Lo llevo diciendo desde hace años: hay gente competente en la sala de máquinas. También es cierto que al no estar expuestos al espectáculo circense de la política pop y sus elecciones, pueden reclutar gente verdaderamente capacitada y no feriantes de circo, como en «occidente». O también puede llenarse el gobierno de absolutos degenerados, de ahí la necesidad de un control popular. Es difícil el asunto, yo al menos no tengo ninguna receta mágica. Pero los chinos parecen haber dado con una buena receta, al menos para ellos, a la vista del resultado.

          También pueden permitirse una visión estratégica, sin estar sometidos a plazo de una legislatura.

          Comentarios por Nadir — 2 enero 2024 @ 14:25 | Responder

          • Um… Visión estratégica.
            Una de las razones de que la dictadura de aquí durase tantos años es que toda disidencia era reprimida con mucha ferocidad. Y otra es que podían hacer planes a largo plazo para organizar a su gusto las bases económicas del sistema sin dar cuentas a un congreso lleno hasta la bandera de opositores.
            Los ministros de Obras Públicas que designaba Franco seguían con la cartera hasta terminar lo que fuera que tenían que hacer… Sinencambio, lo que es ahora el departamento… ya me dices.
            >>>

            Comentarios por Juan Manuel Grijalvo — 2 enero 2024 @ 16:49 | Responder

  4. No se el caso de Vietnam, pero China tiene lo de comunista en el nombre del partido que maneja el poder. Igual que corea del norte lo tiene en el nombre del país.
    Por el resto es un estado que sus políticas económicas y sociales son de libre mercado de lo más salvaje. Mucho más que USA o Europa.

    Comentarios por sirdunkel — 29 diciembre 2023 @ 16:42 | Responder

    • Para no repetirme, me refiero a la contestación a Abeixón.

      Comentarios por Nadir — 2 enero 2024 @ 10:53 | Responder

  5. «Celebración de rituales electorales que de una u otra forma instauran gobiernos que acaban con los obstáculos derivados del control político de la economía y abren la situación al completo dominio del capital transnacional». Muy buena la definición de nuestro modelo neoliberal de «democracia» que da el autor del libro. Un modelo que tiene 38 millones de pobres en el Imperio Usamericano (más del 10 % de su población), 20 % de la población en riesgo de pobreza en Alemania o 28 % de tasa de pobreza infantil en España. El 22 % de la población de la Unión Europea está en riesgo de pobreza y exclusión, unos 95 millones de un total de 450 millones. Casi nada. China: 1400 millones, riesgo de pobreza 0 % (50 % en el año 2000), según Expansión. Vamos a celebrar ahora nuestra bonita democracia.

    Comentarios por mcgreg100 — 29 diciembre 2023 @ 22:07 | Responder

    • Es que se nos ha mentido, presentando el sistema parlamentario como sinónimo de democracia. Lo que es manifiestamente incorrecto, según las bases de la teoría política de Rousseau, es una oligocracia electiva, legítima en la medida en que sea representativa de la voluntad social, cosa que es dudosa con un sistema electoral sesgado y más con el control de la información por el capital, pero que no es democracia. Es más, se nos ha llevado a asumir que la democracia representativa (el mismo principio de representatividad que opera, por cierto, en un sistema de soviets) como única forma posible de democracia.

      ¿Por qué, podemos preguntarnos, al imperio usamericano le interesa promover/imponer la partitocracia (parlamentarismo estructurado por partidos políticos) como única forma admisible de gobierno? Respuesta: porque es el más fácilmente controlable para servir a sus intereses imperiales. Y, a ser posible, que sea un sistema bipartidista o bipartidista imperfecto, como el español, porque sale aún más barato. Controlar a las piezas clave de muchas formaciones políticas (y espacios mediáticos) es más caro y engorroso. El extremo indeseable para su dominio sería la democracia, democracia real, democracia que es lo que su etimología sugiere: tendrían que sobornar a cada uno de los ciudadanos. Lo cual saldría prohibitivamente caro y, llegados a este punto, incluso legítimo.

      Hablo del control tanto por la maquinaria imperial del Department of State, como por el capital local o global, cada uno imponiendo a los partidos cooptados su partitura. Desgraciadamente, hasta ahora la respuesta para escapar de ese caballo de Troya es desarrollar regímenes no participativos (China) o de un parlamentarismo manipulado (Rusia) con un partido de Estado que se asegura su reelección perpetua, y el resto de comparsas (a lo que se presta con orgullo el КПРФ, por cierto).

      Por eso mismo, me parece crucial para el destino de la Humanidad salir de esta trampa y estudiar otros sistemas alternativos posibles, en que el pueblo pueda participar de la vida política, autogobernarse, liberándose del control de las oligarquías locales o imperiales. No sé cómo enfatizar más su importancia de ese debate. Y por supuesto, habrá que realizar enfrentando al poder establecido que tratará de impedirlo, por la propaganda mediática o por la violencia de la maquinaria represiva de policías y tribunales.

      Comentarios por Nadir — 2 enero 2024 @ 11:22 | Responder

      • Es difícil clarificar las situaciones complejas. Por una parte, tanto los teóricos del capitalismo como los del socialismo nos dicen que, en última instancia, todos los sistemas sociales están fundados sobre el control de la economía. Por otra, los debates «identitarios» ponen el acento en adjetivos que, sin duda, tienen referentes en la realidad, pero todos ellos devienen superfluos cuando los platos están vacíos.
        Lo sustantivo, como siempre, es el control de los excedentes económicos. Estaremos todos de acuerdo en que la democracia sin adjetivos da voz y voto a todo el mundo para regular la economía: el contenido material del «contrato social» empieza por tener los platos llenos.
        Tengo por ahí algunos borradores de unos trabajos que vendrían a ser «parábolas» o «símiles»: circuitos económicos simplificados, que no simples, que podrían ser herramientas útiles para ver mejor unas situaciones que son complejas, pero no tanto como para que no pueda entenderlas cualquier persona–si no tiene el sensorio saturado de propaganda, por supuesto.
        Otros sistemas alternativos posibles… Seguramente los hay, pero ya nos decía Edward de Bono que «We may need to solve problems not by removing the cause but by designing the way forward even if the cause remains in place.» Puede que necesitemos resolver problemas sin suprimir la causa. Hemos de diseñar el método para seguir adelante incluso si la causa sigue existiendo. Es como reparar una avería en el motor de un automóvil, pero con el motor en marcha.
        >>>

        Comentarios por Juan Manuel Grijalvo — 2 enero 2024 @ 13:21 | Responder

        • Desde luego, con la complejidad de la economía actual, debe haber una transición suave. Porque roto el puzzle es muy complicado volverlo a montar.

          Se habla de sistemas socioeconómicos porque ambos son indisociables, un sistema económico determina un tipo de sociedad y viceversa. El feudalismo surge por el proceso de concentración de la propiedad, el paso del comercio a la autarquía y la servidumbre por deudas en el tardoimperio. Et caetera.

          Comentarios por Nadir — 2 enero 2024 @ 14:30 | Responder

          • El caso es
            que le estamos dando vueltas…
            y nadie le pone el cascabel al gato.
            >>>

            Comentarios por Juan Manuel Grijalvo — 2 enero 2024 @ 16:38 | Responder

            • Pero mi querido Grijalvo, es que no hay voluntad entre los ratones de ponérselo. Y, si algún ratón osara ponérselo, el resto se le echarían encima.

              Comentarios por Nadir — 4 enero 2024 @ 14:20 | Responder

              • En el contexto -obviamente, limitado- de los que seguimos esta bitácora es posible hacer, al menos, un ejercicio -obviamente, teórico- sobre los procedimientos para endosarle un collar al felinito.

                Comentarios por Juan Manuel Grijalvo — 4 enero 2024 @ 16:30 | Responder

                • Sin la voluntad popular, no cabe hacer nada. Primer paso, llegar a ella.

                  Pero luego tienes los grupos armados a sueldo del Estado, ejército, policía, que pararían cualquier empresa democratizadora. Para eso están, de hecho. Y son organizaciones intensamente reaccionarias, muchos de sus miembros son claramente fascistas. A esa escoria no la puedes convencer con razones, y son los que tienen el poder último, el poder real, que es la violencia.

                  Así que mejor que sigamos con nuestras vidas…

                  Comentarios por Nadir — 6 enero 2024 @ 9:56 | Responder

  6. […] cuenta de la pasada entrada sobre los dilemas de la democratización en China, en cuyos comentarios os sigo emplazando a participar, me parece oportuno revisitar estas […]

    Pingback por La democracia | La mirada del mendigo — 2 enero 2024 @ 12:03 | Responder

  7. No puede haber democracia real ni efectiva con el nivel de manipulación mediática que hay en internet, el cine y los medios de «¿comunicación? tradicionales, que a fin de cuentas son empresas capitalistas promoviendo sus intereses.

    Comentarios por 1027a — 4 enero 2024 @ 12:47 | Responder

    • No, no puede. Vivimos en Matrix, su Matrix. No sólo nos provee de información, sino que determina la cultura con la cual debemos procesarla. Por eso nos da libertad de voto en un sistema representativo, y por eso podría darnos incluso libertad de voto en un sistema de democracia directa, porque seguiríamos sosteniendo sus intereses. Al menos, una gran mayoría, que aún se creería diversa e incluso, parte de ella, contestataria, rebelde y revolucionaria versus la otra mitad conservadora. Porque es lo que ocurre ahora, vaya, que no es que tire de bola de cristal.

      Comentarios por Nadir — 4 enero 2024 @ 14:19 | Responder

      • Ahí está la cosa…

        Comentarios por 1027a — 4 enero 2024 @ 16:27 | Responder

  8. JMG es este post habla de la cultura china como una tal que ha existido durante 5 mil años:

    https://www.ecosophia.net/surviving-catabolic-collapse-a-case-study/

    Y que ha podido superar colapsos a través de «edades oscuras» y retomar.

    Es probable que la cultura china tenga un trasfondo que permite que sus sistemas de gobierno sean de mejor calidad. Mi hipótesis es que ese trasfondo es el cultivo de la «Cultura del Respeto», entendido esto último como la «aceptación del otro como un auténtico otro en la convivencia» según propuesta de Humberto Maturana.

    El Confusianismo o Lao Tse probablemente, quiza el budismo, entre otros sistemas filosóficos asentaron las bases de aspectos que podemos entender como «Respeto» dentro de la cultura china y con ello la base de un buen sistema político no necesariamente «democrático».

    A todo esto, occidente, gracias al neoliberalismo probablemente, es oligárquico no es democrático. El poder reside en unos pocos desvergonzadamente ricos.

    Comentarios por Gustavo Donoso — 7 enero 2024 @ 19:09 | Responder

  9. Acabo de terminar el libro mencionado en el artículo de Rafael Poch, y la verdad es que, cinco años después, es un libro muy desfasado e intrascendente en su planteamiento. Parte de premisas «occidentalistas» muy discutibles (la superioridad absoluta e irrebatible de la democracia parlamentaria sobre cualquier otro tipo de sistema político, la preponderancia de valores culturales occidentales como el individualismo y el libertarismo sobre otros más ajenos a nuestro mundo como el colectivismo o el confucianismo -sobre cuya toxicidad y carácter reaccionario estoy totalmente de acuerdo, eso sí-, por ejemplo). El hecho de que se base en filósofos y teóricos políticos del mundo angloamericano es ya significativo de la dirección ideológica del libro. De hecho, me parece que el eje central de este libro es el último capítulo (el de Hong Kong), escrito probablemente con anterioridad al resto del libro, que viene a ser un intento casi desesperado de justificar ese capítulo (aunque el diagnóstico psicológico sobre la sociedad hongkonesa me parece bastante acertado y sincero). Pero hay un tufillo de superioridad sofisticada y cosmopolita hongkonesa sobre el aparato ideológico de la China comunista por todo el libro. La deriva de HK y de China en los últimos años es significativa del fracaso de esta perspectiva de HK como guía de China en la entrada en el neoliberalismo parlamentario de Occidente. Es un sueño muerto enterrado por la geopolítica. Vamos a una división en bloques (el Occidental euroamericano y el sinoruso, más un buen número de países neutrales jugando a dos bandas) con conflictos graves en el futuro. China no se democratizará más porque, fundamentalmente, los Estados Unidos no se lo permitirán. Les empujarán a una conflictualidad constante (Taiwan, el mar de China, Rusia, Asia central…) y a una pelea por el acceso a recursos que sólo servirá para imponer en China un discurso nacionalista de Nuevo Imperio amenazado por el agresor occidental, otra vez. Ese imperio, y Xi lo personaliza muy bien, se basará en los ejes de raza (han) y nación, y tendrá cada vez menos de marxista (desafortunadamente) y más de ultranacionalista (creando una idea de exaltación de la China imperial y su cultura, con el confucianismo como eje cultural vertebrador, de ahí el neoconfucianismo de los discursos oficiales desde hace unos años). Respecto a la legitimidad del Partido, sí es una cuestión que preocupa y mucho, desde Deng. Pero por el momento las élites chinas han sabido construirse sobre un proyecto casi teleológico de transformación del país en la mayor potencia del mundo (y están cerca de conseguirlo), en el que a cualquiera que amenace esa visión del Partido como volcado en el desarrollo de la nación china se le elimina fulminantemente. Qué contraste tan enorme con las élites corruptas, oportunistas, cínicas y cortoplacistas de un Occidente en el que sus democracias se resquebrajan a ojos vistas. Eso no quiere decir que el PCC sea inmune a la corrupción y la cooptación de las estructuras del poder por grupos parasitarios. La política es un inmenso río en continuo flujo y el agua que lo circula cambia a diario. Las nuevas generaciones del partido, en efecto, parece que van a ser principitos crecidos en la opulencia y con un desconocimiento completo de la pobreza y la humillación del que carece de lo básico. Eso, por supuesto, va a tener un efecto importante todavía por determinar en la política y la sociedad china. Pero no es, ni de lejos, el gran desastre inevitable que prevé este libro. Esta por ver qué será, todavía. Entretanto, el mundo seguirá avanzando hacia mega estados neo fascistas y ultraneoliberales, con el complejo económico-militar estadounidense como la mayor amenaza para el conjunto del planeta. China jamás será tan militarmente aventurista e intervencionista como los norteamericanos, fundamentalmente por cuestiones geográficas e históricas: la Gran Bandeja de Sal que es el Imperio Chino siempre se ha preocupado más de defender sus fronteras de amenazas externas (los «bárbaros») que de expandirse lejos de casa. No es lo mismo tener conflictos fronterizos ancestrales y probablemente irresolubles con India, Rusia, Japón, Vietnam, Tailandia, Filipinas, etc, que tener por vecinos a Canada, México o los países del Caribe. Y lo dejo ya aquí. Lo dicho, un libro desgraciadamente obsoleto, y cuestionable en su fundamentación teórica, a las alturas del 2024. Un saludo desde HK para todos.

    Comentarios por Eduardo M. Marassa — 13 febrero 2024 @ 5:20 | Responder


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