La mirada del mendigo

3 marzo 2012

Estrategia

Filed under: Política — Nadir @ 22:17

waterloo

Sobre estas líneas, el planteamiento táctico de la célebre batalla de Waterloo. Supongo que esto es lo primero que viene a la cabeza cuando hablamos de estrategias, pero estrategias hay en todos los campos del conocimiento humano, e incluso podríamos decir que somos humanos porque podemos adoptar estrategias. Una estrategia es una concatenación de operaciones simples, ninguna de las cuales es determinante para alcanzar un objetivo, pero todas juntas y debidamente relacionadas y moduladas, conducen a él.

El resultado de una operación es obvio, pero no siempre el de una estrategia: requiere planificación y estudio. Ejemplos miles: el mate de una partida de ajedrez se empieza a gestar en el primer avance de un peón. En la papiroflexia, cada uno de los dobleces que le hacemos al papel pareciera no tener sentido hasta que tiramos y…¡oh, una pajarita!

Hay estrategia en la guerra, pero también en las lides amorosas. Se puede hablar de estrategias de inversión, estrategias de ventas, estrategias de marketing… y estrategia de movilizaciones, en un conflicto social.

Lo primero que debemos preguntarnos es qué objetivo queremos conseguir y si, realmente, queremos conseguirlo. Quiero creer llegados a este punto que todos los actores de la clase obrera persiguen, con sus acciones, una defensa de los derechos e intereses de clase. Queremos recuperar el terreno perdido, iniciar una reconquista que dure algo menos que la peninsular (famosa frase de Ortega, una reconquista de 600 años no es una reconquista).

Bien, parece evidente que ninguna acción aislada, por sí misma, va a llevar a este objetivo. Una huelga general, incluso con mayoritaria participación, no reconducirá el rumbo de las agresiones del capital si es un hecho aislado. Es más, se da por descontada. Lo primero que hemos de tener en cuenta es que el gobierno tiene estrategas y estrategia, y el gobierno es una pieza de una estrategia más amplia del capitalismo internacional.

Por lo tanto, si la mayor fuerza que los trabajadores van a ser capaces de oponer es una huelga general aislada, conmigo que no cuenten. Y aunque sea un día aquí, y dentro de unos meses otro… No puedes presentar batalla dejando claro que tus esfuerzos van a ser limitados. Se acude al campo de batalla explicitando la convicción de llegar hasta el final, de desarrollar todos los esfuerzos necesarios para prevalecer. El campo de batalla es la hierba de un estadio de rugby, es el asfalto de un circuito, el tapete verde sobre una mesa de bar en una partida de tute. Para tener alguna opción de victoria frente a un oponente hay que confiar en nuestra voluntad de obtenerla. Si ya planteamos retirarnos de la mesa en cuanto nos canten las cuarenta, para eso, joder, ni se baraja.

Y aquí tenemos la primera debilidad del bando obrero: nadie, ni los más optimistas, confían hoy día en la victoria. Las manifestaciones son poco más que un «día del orgullo sindicalista», con menos colorido y música que las carrozas del último fin de semana de Junio. Nadie podría en su sano juicio creer que con marchas y manifestaciones se va a torcer la voluntad del capital. Anular sus efectos es tan sencillo como no asomarse al balcón, cuando pase la comitiva: ignorarla. Las manifestaciones son poco más que un desperdicio de energías, para saciar la vanidad de los líderes sindicales: cargar un cañón con confetti.

Porque, antes de nada, hemos de dejar claro que esto es una confrontación. Existe una antítesis de intereses entre trabajadores y capitalistas, existe un enemigo que nos está venciendo, ganándonos terreno, sumando poder al recortarnos derechos. Un enemigo que cada día se queda con más parte de la riqueza producida, a costa de nuestra parte de ese pastel que amasamos y horneamos. Si todo er mundo é güeno, yo me quedo en casa. Si la lucha obrera se concibe sin enemigos a vencer, es tanto como sin objetivos a conquistar, y para eso no caigo en el esfuerzo baldío que, como recordaba Javier Ortíz, conduce a la melancolía. Esto no significa en modo alguno agresiones de carácter personal. Si yo quiero ver a Emilio Botín trabajando para ganarse la vida, por ejemplo, de zapatero remendón como sugiere su apellido, no es nada personal. Tampoco él me jode la vida por una cuestión personal, ni tan siquiera me conoce, él símplemente defiende sus intereses. Y lo hace muy bien. Ya me gustaría que Toxo o Méndez vigilaran nuestros intereses (que no son los suyos) tan bien como Botín vigila los intereses de los accionistas de su banco (intereses que sí que son comunes).

Tampoco es algo personal cuando el empresario te despide, acogiéndose a la reforma laboral con los 20 días por año trabajado. No se trata de odio a las personas, sino de identificar y defender los propios intereses, tal y como hace, de forma exitosa como es evidente, la burguesía. Por ejemplo, en mi círculo de amigos y conocidos, hay algunos empresarios. Muy buena gente (por eso son mis amigos) e, incluso, alguno mucho más de izquierdas que montones de obreros fascistoides que desgraciadamente también he tenido que conocer. No es nada personal, es sólo lucha de clases. Ya no pido ni solidaridad, ni altruismo, ni siquiera una pizca de abnegación. Me bastaría con que todo el mundo fuera egoísta y tuviera un mínimo de inteligencia para identificar sus intereses, para que la abrumadora mayoría social de la masa asalariada se impusiera sin tan siquiera mover un dedo.

Por lo tanto, existe una oposición de fuerzas, toda vez roto el equilibrio (de hecho, podemos decir que esta guerra no la empezamos nosotros, sino que fue el capitalismo el que quebró los acuerdos alcanzados e inició hostilidades). El daño que el mundo del capital hace al obrero es concreto y muy real, es una guerra que se cobra sus víctimas. El arsenal de que dispone el empresario es variado y mortífero, y con la última reforma laboral aún más dañino. Del bando obrero sólo cabe una resistencia pasiva, que sólo si es coordinada tiene sentido: negarse a aportar su riqueza, el trabajo. Es decir, la huelga. Y hemos de blandir este arma con el propósito declarado de hacer el máximo daño posible. Insisto, si seguimos con el buenismo idiota, y sólo pensamos acudir al campo de batalla para disparar una andanada y después, replegarnos de nuevo a nuestro puesto de trabajo, para eso mejor no se lucha. No se puede pedir a los trabajadores que sacrifiquen un día de salario y arriesguen mucho más, a cambio de nada, para conseguir nada (más que salvar la cara de la cúpula de las grandes centrales).

A la guerra se va a hacer daño, el máximo daño posible recibiendo a su vez el menor desgaste, para conducir a la capitulación del bando contrario cuando comprenda que la prosecución de las hostilidades conducen inevitablemente a su derrota, cuando reconoce que se debilita a más velocidad que su adversario.

Y esto nos lleva al problema de los suministros. Todo estratega sabe que las guerras no se ganan en el frente, sino en la intendencia. Si logras conservar tus líneas de suministro, permitiendo mantener tus tropas operativas, a la vez que cortas las del enemigo, tienes por segura la victoria. Existe un problema: no jugamos en terreno neutral, estamos tras las líneas enemigas, ya que el campo de batalla, que son las calles, pero también el entramado legal, pertenecen al gobierno, seguro aliado del capital. Pondrá jueces y antidisturbios para cortar estas líneas, ahogar la resistencia. Es por ello que el primer paso sería empezar a preparar la batalla, establecer redes de solidaridad entre los trabajadores, sugerirles que ahorren dinero para una campaña que se presume larga.

Permitidme que continúe con las analogías bélicas. Mi gusto por las militarancias es escaso pero el paralelismo es demasiado evidente para no usarlo.

Se atribuye al gran Julio, ese sagaz genocida, la frase divide et impera. Todo estratega debe comenzar por establecer alianzas para presentar un ejército lo más nutrido posible sin merma de operatividad, de unidad de lucha a la par que busca romper la cohesión del bando contrario, para enfrentar menos fuerzas y no bien avenidas. En este caso, es evidente por dónde se puede resquebrajar la unidad empresarial: enfrentando a los que se benefician de la situación de aquellos empresarios, pequeña empresa que ve como se cierran a la vez el mercado interno y el acceso a la financiación, que están pagando duramente este proceso de empobrecimiento de la masa obrera. En el empresariado existen intereses muy diferentes según la escala de empresa e incluso el sector en que se encuentre. La financierización de la economía que detrae recursos de la economía real, la lumpenproletarización del trabajador que hunde el mercado interno, está conduciendo a la ruina a muchas empresas, la mayoría, que además contratan a la mayoría de los trabajadores. Sería inteligente explotar esta diferencia de intereses en el bando contrario y, si no es para pasarlos a nuestro bando, al menos que no formen un frente único.

Otro aspecto del que a menudo hago referencia en este espacio es el carácter supranacional de esta guerra, del cual los trabajadores no nos acabamos de percatar o, al menos, no somos capaces de responder de forma unitaria. La reducción de derechos, tanto laborales como ciudadanos; la primacía de las rentas del capital sobre los salarios; la destrucción del modelo de bienestar es una estrategia planificada de forma detallada y que afecta a todo el mundo. El capitalismo va golpeando, por turnos, a las distintas naciones para obtener su supremacía. Y en esa lucha, es la clase obrera frecuentemente sujeto y objeto de su chantaje (si no trabajas más por menos, nos llevamos la producción a X). Es necio querer enfrentar una agresión global, a escala nacional. Sería tan estúpido como si los aliados hubieran hecho cada uno la guerra por su cuenta ante el avance de la Wehrmacht. Lamentablemente, mientras la clase obrera siga anteponiendo sus diferencias culturales (cada vez más difuminadas) a sus intereses de clase, me temo que en este punto clamo en el desierto.

Sólo una reflexión al respecto; a veces me imagino un experimento. Juntar a una viejecita castellana de una aldea perdida con una viejecita china de otra aldea remota. No hablarían el mismo idioma, pero estoy seguro que se comprenderían. A través de las abismales diferencias culturales, una y otra comparten la misma condición y los mismos ciclos naturales. Podrían llegar a entenderse. Lo que sería imposible, inmiscibles como aceite y agua, sería juntar a esa misma viejecita castellana, con una mujer de la nobleza financiera madrileña. A pesar de hablar el mismo idioma, jamás lograrían entenderse ni aceptar la presencia o compañía de la otra. Culturalemente, una mujer china es casi de otro mundo. Pero socialmente, una mujer joven, urbana y acaudalada es de otra galaxia para una anciana de cualquier aldea de la Meseta.

Hasta aquí lo que considero necesario, perentorio. A partir de esta línea, es sólo una sugerencia, un esbozo de lo que podría ser una estrategia para obligar a gobierno y capital a hincar la rodilla y derogar la reforma laboral (sí que pienso que se podría mejorar el marco laboral, añadiendo flexibilidad y movilidad pero mejorando, y no debilitando, la protección al trabajador). Lo primero, debe haber un objetivo claro, un territorio a conquistar y por el cual nos partiremos la cara hasta tenerlo. Retirar la reforma del PP$O€ (considero que el PP no hizo más que cerrar los puntos que el P$O€ abrió en su reforma, una vuelta de tuerca en la misma dirección) me parece un objetivo demasiado poco ambicioso.

– Jornada laboral máxima de 30 horas para distribuir la carga de trabajo equitativamente, es absurdo que mientras hay 5,3 millones de desempleados, a los que conservan su empleo se les fuerce a aceptar jornadas sobrecargadas
– SMI acorde con nuestros socios europeos, mínimos salariales para cada categoría profesional, topes máximos para las retribuciones del trabajo y del capital
– Inclusión en la Constitución de un articulado que vede las pensiones, la sanidad y la educación a la empresa privada, como servicios públicos universales que aseguran la igualdad de oportunidades entre los ciudadanos.
– Nacionalización de los sectores estratégicos, banca, energía, transporte y telecomunicaciones, como prerequisito esencial para tener un sector productivo competitivo, sin que las fallas de uno de estos sectores puedan arruinar al resto de la economía (como ocurre actualmente con la banca) y sin la cesión de soberanía que supone perder el control de estos sectores, en manos actualmente de inversores privados que atienden sólo al beneficio personal e inmediato.
– Reforma de la Constitución para establecer la estricta proporcionalidad directa entre votos y representantes, con la circunscripción electoral única. Absoluta transparencia de todos los organismos públicos, desde administraciones a partidos políticos y sindicatos, con obligación de publicar en internet sus cuentas detalladas hasta el último céntimo para ser fiscalizadas por los ciudadanos, únicos monarcas. Participación cada vez más profunda de la ciudadanía en decisiones de gobierno.
– Inclusión en dicha Constitución de la tutela efectiva del derecho a una vida digna por parte del Estado, asegurado por una renta mínima o como prestación pública de los bienes más básicos, alojamiento, alimentación de forma universal. Aquí no sobra nadie, no se deja en la cuneta a nadie.

¿Demasiado ambiciosos, estos objetivos? A decir verdad, es un programa de mínimos, habida cuenta que los trabajadores somos la abrumadora mayoría y, a pesar de que no tenemos capital ni armas, tenemos el poder. Sólo con un requisito: darnos cuenta de ese poder y actuar de unidos.

Y aquí va mi plan de batalla, podría y ciertamente sería mejor cualquier otro, que personas más entendidas que yo quisieran dibujar. Pero como nadie propone nada, puedo asegurar que, el mío, de momento, es el mejor:

Como dije, hemos de procurar hacer el mayor daño posible al capital, sufriendo el menor desgaste posible. El arma nuclear, una huelga general indefinida, causa estragos en ambas filas, y pudiera ser que nuestra formación aguantase peor los rigores de esta estrategia. Debemos ser más inteligentes.

Una idea es sostener un conjunto de huelgas intermitentes, pero de carácter indefinido. Los lunes deja de trabajar el transporte de mercancías; los martes, los servicios; los miércoles, los trabajadores de planta, los jueves, los transportes de viajeros…una semana deja de trabajar el metal, a la siguiente, las refinerías, a la siguiente, las eléctricas. La mayoría de los procesos industriales hoy en día se realizan just-in-time, minimizando los stocks (reducir el inmovilizado). Una ruptura en esa cadena detiene la producción. Por otra parte, son procesos complejos que necesitan del concurso de insumos de sectores muy diferentes y del trabajo de empleados de todo tipo. Una maquinaria muy compleja a la que no es necesario romper todas sus piezas para que se detenga: basta con ir gripando un día una, otro día otra, para que se pase meses enteros detenida, o funcionando a capacidad reducida.

En este caso, alternando los días de huelga, programándolos con inteligencia, los trabajadores soportan sólo unos días al mes de reducción de salario, pero el empresario soporta un caída continua en la actividad. Por este camino, rápidamente el empresariado entenderá que lleva las de perder, pues los trabajadores tendrán más aguante en esta situación. Una de las ventajas de poseer el arma nuclear, la huelga total, es que puedes conseguir la victoria sin necesidad de usarla, basta con amenazar de forma creíble. Es evidente que con las actuales directivas sindicales, tal amenaza no es creíble, con lo que obliga a una sangría.

¿Cuánto tiempo podría aguantar el capital una paralización de la producción? Un día de huelga general, seguro. Lo que pierden en producción lo ganan en rebajas en las nóminas. Tres, cuatro huelgas generales salteadas, la mayoría de las empresas los aguantan sin despeinarse. Pero ¿y una parada de la actividad de dos o tres meses, teniendo que además asumir el pago de salarios de buena parte de la plantilla que, además, está de brazos cruzados porque no llegan las materias primas? Eso no hay empresa que lo aguante. Sin embargo, cualquier trabajador puede permitirse dejar de cobrar una o dos semanas, no es excesivo esfuerzo. Y si no cree que pueda permitírselo que se vaya preparando, porque puede que sea el próximo que pase a dejar de cobrar su salario de forma permanente. Ante este riesgo, la certeza de quince días, un mes sin cobrar parece buena inversión, si se confía en la victoria.

Otra cuestión: hemos dicho que en esta guerra, deberíamos reclutas al mayor número de efectivos. ¿De qué forma pueden ayudar aquellos que no tienen un trabajo que negarse a hacer? Seis millones de parados son una fuerza tremenda, y muy motivada. Estudiantes que tienen temor por su futuro o jubilados que temen que se entregue al casino financiero la caja única de las pensiones (que lo mejor que se podría hacer con ella es romperla, usarla para crear empresas públicas, e incluir las pensiones, remachadas en la Constitución, como una prestación universal del Estado, que cubrirá con toda la panoplia de impuestos, diluyendo la Seguridad Social en el resto de obligaciones en los Presupuestos Generales del Estado; al no haber hucha, no la podrán robar los bancos como ocurrió en Chile).

Vuelvo al tema: ¿cómo podrían participar estudiantes, desempleados, pensionistas en esta lucha? De nuevo, con inteligencia. Con acciones bien planificadas de boikot, resistencia pasiva y desobediencia civil. Tan simple como cortar las vías de acceso a una gran ciudad, por carretera y ferrocarril, con sentadas. Es sólo un ejemplo, o la ocupación de edificios oficiales, o… Por supuesto, llegaría policía a retirarlos. Todo debe transcurrir sin la más mínima violencia a las personas; toda la violencia, el máximo nivel de violencia, debe ser exclusivamente económico (hay que golpear donde le duele al enemigo, no plantear batalla donde somos vulnerables). Esto, por supuesto, supondrá soportar la agresión de los perros del capital. La respuesta ¡jamás! puede ser la violencia, cuando no se puedan soportar los golpes, se retira uno de la sentada y ya se volverá a convocar en otro punto a otra hora. Faltan efectivos policiales para cubrir simultáneamente un estado en llamas. Si hay una huelga del naval en Galicia, se desplazan lecheras de Madriz para apoyar a los efectivos aquí destinados. Si hay protestas en todas partes, al mismo tiempo, simplemente se ven desbordados y queda patente su abrumadora inferioridad númerica. En ese momento los jefes policiales tendrán que decidir, o emplean armamento letal contra la multitud pacífica, provocando una masacre, o se retiran de la escena sin provocar altercados.

Debo insistir en este punto, porque es fundamental. La resistencia debe ser siempre pasiva, nunca activa. Una sola foto de un manifestante encarándose con un gorila de la policía, un sólo contenedor incendiado mermaría fuerzas dentro y fuera de nuestras fronteras. Al subnormal que le de al enemigo esa instantánea, ese balón de oxígeno, ese espacio de legitimidad habrá que untarlo de brea y plumas, y correr a patadas por imbécil (o traidor, quizá infiltrado).

Por el contrario, la foto de unos matones de la policía, nerviosos, liándose a golpes con un nutrido grupo de abueletes, o de quinceañeras con sus mochilas, sentados en la pista de aterrizaje de un aeropuerto, sangre de ciudadanos indefensos por el empeño en mantener a toda costa el orden, la actividad capitalista….en un mundo como el actual, volcado en la imagen, es una instantánea de las que mueven conciencias y tumban gobiernos.

Todos los puntos anteriores y más, están a nuestro alcance: sólo hace falta desearlos. No es un imposible, podemos cambiar la Historia, sólo necesitamos unidad, algo de inteligencia y una pizca de organización.

De acuerdo, no tenemos nada de eso. Odio construir castillos en el aire y, de hecho, lo que siempre pido es una aplicación inmediata y práctica de todas las palabras con que se embelesa la izquierda. En las líneas anteriores he intentado dar una estrategia concreta para obtener objetivos concretos en un plazo inmediato. Nada de sentarse a esperar que el capitalismo caiga por sus propias contradicciones, porque a la vista está que antes de caer, nos desollará vivos.

Pero también es propio de un buen estratega ser realista con las propias fuerzas, saber de qué unidades se dispone y no contar con aquellas que no están disponibles para la lucha. De acuerdo. Muchos trabajadores no comparten estos objetivos, bien porque no se sienten incluidos en la clase obrera y no logran identificarse con sus intereses (pero capitalistas no son, así que a ver qué es alguien que obtiene de su trabajo la parte principal de su sustento), bien porque aceptan su posición servil, o porque han aceptado la ideología de su amo.

No nos engañemos, son muchos, votan masiva y fielmente a la derecha, son personas a las que se les ha inoculado durante décadas el odio cerval hacia la lucha obrera. Cuarenta años de dictadura fascista, y treinta de dictadura del capital en solitario, con el monopolio de la información, de las ideas, de las conciencias es evidente que tienen un resultado. Hay sectores enteros que no apoyan, nunca lo han hecho, la lucha obrera. Pienso por ejemplo en los trabajadores de la banca, tan identificados con sus patrones, que hasta venden su conciencia por colocar su mierda entre clientes que confían en su impecable traje y sonrisa. Todo porque su jefe de área esté contento. En ninguna huelga general de las que he vivido he visto una sucursal bancaria cerrada, excepto cuando bajan la persiana cuando llega la manifestación. El apoyo que podemos esperar de este sector, por ejemplo, es muy minoritario (no inexistente, pero sí irrelevante).

¿No quieren apoyar? ¡Magnífico! La huelga debe ser un derecho, una aspiración. Si no quieren ir a la huelga, no les convocamos. Es que realmente, en las huelgas generales hay unos sectores que se rompen el alma (metal, naval, transporte, minería…) y otra enorme masa de trabajadores que se apunta a las conquistas obtenidas sin haber perdido un día de trabajo y habiéndole caído bien al jefe. Esto es injusto y debe terminarse.

Hay países en los que los beneficios de una negociación sindical sólo abarcan a los afiliados (los que han seguido la disciplina de lucha). En esos países la tasa de afiliación es muy alta. Para coger peces hay que arremangarse.

Yo propongo algo similar: convocar sólo a los sectores que se muestren dispuestos, mayoritariamente, a ir a la huelga. El mismo calendario propuesto anteriormente, pero sólo con aquellos sectores que muestren su disposición a la lucha. En este caso habría que deponer las demandas políticas (que deben ser para todos los ciudadanos) y centrarse sólo en demandas laborales. Estas demandas serían exclusivamente para los sectores que participaron en la lucha. De esta forma, se establece una relación causa-efecto entre el esfuerzo en el combate y la recompensa de la victoria, eliminando el efecto desmovilizador de los que se apuntan a las conquistas sin haber participado en la lucha. Si, por ejemplo, un trabajador del metal consigue la jornada de 30 horas mientras que uno de la construcción tiene que seguir echando las 45 de rigor, puede que se piense que a lo mejor no fue tan listo acudiendo a trabajar ese día. Si los profesores consiguen un aumento salarial mientras el personal sanitario ve como le siguen bajando la nómina, la próxima vez serán los primeros en llamar a la huelga general. Los sectores mencionados deben tomarse a título meramente de ejemplo.

De esta forma, además, se facilita que el gobierno ceda a las reivindicaciones, ya que no afectan a la generalidad de los trabajadores, con lo que minimizan los daños (peor sería que tuvieran que firmar la capitulación general, ante todos los trabajadores). No lo harán por el talante conciliador del gobierno, sino porque los mismos empresarios del sector le forzarán a que accedan, desesperados viendo que se hunden sus empresas y esfuman sus inversiones. Hay que llevar a esos empresarios al abismo, que vean las fauces de la destrucción total, aplicarles una dosis de su medicina de shock.

En Francia, con la participación de unos pocos sectores clave (hincapié en las refinerías y distribución de hidrocarburos) hicieron mucho daño a la producción, amplificando los efectos de la huelga. No necesitas del concurso de todos los sectores para parar completamente un país. Se puede ganar una huelga general indefinida tal y como la he planteado más arriba, sin la colaboración de algunos sectores. Pero quien no luchó, no recibirá. Esto servirá de incentivo para no quedarse atrás. Y la próxima, será masiva.

Es posible. Todo lo anterior, si se quiere, es posible. Ahora hace falta imaginarlo y desearlo, de forma general, para hacerlo realidad.

Sí que hay esperanza pero debemos estar todos, o la mayoría, a una. Sin ello, aislados, no somos nada, no valemos nada. Como sabía todo soldado romano, todo hoplita ateniense, antes del combate.

casco hoplita

Edito: Paseando por los cielos – ¿Huelga!

115 comentarios »

  1. Hay otro arma que podríamos utilizar: el boicot económico. Además de trabajadores, somos consumidores, y eso puede suponer una potencia de fuego brutal.

    A día de hoy me parece imprescindible que los PIIGS dejemos de comprar productos alemanes pero de forma radical. Que consuma la Merkel su productos, en vez de vendernoslos a crédito, que es lo que, indirectamente, han hecho estos últimos años. Estamos en crisis, no? así que toca apretarse el cinturón y no gastar….fuera de casa.

    (Esa si que es para mi la «regla de oro» que de verdad deberíamos haber puesto en la constitución: deficit cero, si, pero en la balanza comercial)

    Hace tiempo, leí en algún blog una propuesta para responder a las alzas concertadas de precios de carburantes: boicotear a las petroleras. Como de todas formas necesitamos la gasolina, se trataría de boicotearlas POR TURNOS mensuales a sorteo (ponderado por número de gasolineras; el sorteo lo haría la ONLAE, …vamos, que según el resultado de la primitiva del último día del mes anterior y una fórmula predeterminada). Este mes toca no comprar repsol, el que viene a cepsa, …. El que proponía la idea (siento no recordar quién ni donde) decía, con bastante lógica, que una bajada de las ventas, aunque sea sólo mensual, podría hacer mucho daño a la compañía (incluso aunque el mes siguiente vendiera más), si la cosa era aleatoria y encima se repetía varias veces al año,

    Cosas así se pueden plantear en otros sectores de consumo, Telefonía, centros comerciales, etc…

    Comentarios por santi — 4 marzo 2012 @ 2:59 | Responder

    • Es cierto lo que propones de la fuerza como consumidores, pero cuidado, si boicoteas nuestros productos alemanes entonces… tampoco os compraríamos vuestras hortalizas… Alemania no es responsable de que os volvierais «locos» aceptando créditos, consumiendo muy por encima de vuestras posibilidades, montado absurdas burbujas inmobiliarias que intentaban disimular la falta de un sistema productivo sólido y vuestros gobernantes dilapidando inútilmente los fondos de cohesión…
      Lo de boicotear gasolineras por turnos (blog «las reglas de la economía han cambiado» del gallego Tomás Iglesias) fue una gran tontería (disculpable por su ignorancia en Sociología).

      Comentarios por Karl Baden — 4 marzo 2012 @ 20:43 | Responder

      • A ver, Kart, amigo, no te rayes. En realidad, no me gustan los biocots, ni soy antialemán, ni nada parecido (al contrario, más bien me dais envidia).

        Pero la cosa es la siguiente: España es un país pobre. Es triste, pero es así, pobre. ¿Y porqué es pobre? Bueno, eso es algo que nos debería interesar principalmente a los españoles, y mucho, e incluso entiendo que os interesen también a los alemanes desde un punto de vista académico; puede ser por las razones que tú apuntas (que estamos locos, que somos dejados, ineficientes, absurdos, manirrotos, derrochones….) u otras que se te puedan quedar en el tintero.

        Pero qué más da. Lo que importa es que somos pobres, que nos encontramos: a las puertas de la ruina.

        Cuando uno está así, tiene que apretarse el cinturón, contener gastos, mirar mucho el dinero. “No se puede gastar más de lo que se ingresa”: es pura lógica (casi me atrevería a decir que germánica, aunque el principal propagandista de esta idea es un gallego de nombre Mariano).
        Aplicándolo a un país, resulta que “lo que se ingresa” es principalmente lo que se cobra por las exportaciones, y “lo que se gasta” es, entre otras cosas, lo que se paga por las importaciones. Por lo tanto, apretarse el cinturón significa intentar ingresar más, si se puede (y nosotros no podemos, recuerda que somos ineficientes, vagos, etc.), e intentar gastar menos. Claro que no podemos dejar de comprar fuera, necesitamos un mínimo de alimento para el metabolismo del país (petróleo, por ejemplo), pero sí limitar al máximo los gastos suntuarios, los caprichos, las cosas prescindibles. Por poner un ejemplo al azar, los Mercedes.

        También parece justo y razonable que las restricciones de gastos suntuarios se orienten principalmente a los mercados en los que somos más deficitarios,. Por eso decía Alemania, no por otra cosa, no vayas a pensar mal.

        Por supuesto, eso significa que pudiendo comprar un producto hecho por una empresa de Mataró, o por una de Francfurt, no nos queda más remedio que optar por la primera. Al fin y al cabo, ese dinero no se gasta fuera, queda dentro de España, por lo tanto nos nos empobrecemos más.

        Entiendo que puestas así las cosas, os planteéis dejar de comprar nuestras hortalizas (de hecho, ya os adelantasteis el verano pasado con los pepinos ¿te acuerdas?). Y tristemente, eso hará disminuir aún más nuestros ingresos, con lo que tendremos que apretarnos más el cinturón y reducir aún más las importaciones. Por otra parte, serás muy consciente de que eso sería un contrasentido económico: ¿qué interés tendría Alemania en vender cosas a un cliente que ya le debe un montón de dinero, y que no sabe si va a poder pagarlo? Lo lógico es que quiera cobrárselo, y si se le da la opción de cobrar en especie (aunque sea en pepinos), con las dificultades que tenemos para pagar en metálico, sería de tontos negarse.

        En resumen, que no podemos permitirnos seguir gastando, porque no tenemos dinero, apenas nos llega para pagar lo que debemos (que lo debemos porque ya se sabe, somos manirrotos, dejados, ….), y menos aún desde que somos pasto de los especuladores de la deuda, gracias, entre otras cosas, a haber desmantelado nuestro banco central para pasar a depender del BCA, que, como puede fácilmente comprobarse, tiene otras prioridades.

        Lo mismo que a España, lo dicho puede aplicarse a Portugal, Grecia, Irlanda o Italia, por supuesto. Todos ellos, ya se sabe, países manirrotos, dejados, burbujistas, incumplidores, etc, etc.

        PS: Tengo que corregirte un cosilla. La burbuja inmobiliaria no fue un absurdo intento de “disimular la falta de un sistema productivo sólido”. En realidad fue un gigantesco TIMO. Como todo timo, el timador se aprovecha de la ignorancia y de la codicia del timado. En nuestro caso, te invito a que pongas nombres a timados y timadores.

        Comentarios por santi — 5 marzo 2012 @ 18:01 | Responder

      • Bueno, a lo mejor nosotros no somos responsables de la imperiosa necesidad de Alemania de conceder esos créditos, o Alemania no tendría una industria tan próspera si la hubiesen condicionado a eliminarla para entrar en Europa, o no sacaría tanto pecho de no haberse perdonado su sangrienta deuda histórica, o todo sería distinto si la construcción europea hubiese supuesto la superación de toda la inquina internacional acumulada en lugar de consistir en la puesta en práctica de cuarto reich.

        Por cierto, enhorabuena por su conocimiento del español.

        Comentarios por HugoMM — 6 marzo 2012 @ 14:57 | Responder

      • Me niego a seguir la estúpida discusión de «los alemanes esto» y «los españoles lo otro».

        Ni yo he montado, ni he tenido ninguna participación, en ninguna burbuja inmobiliaria, ni ningún alemán que yo conozca (unos cuantos) ha prestado a ningún español dinero para sostenerla. La inmensa mayoría de los trabajadores se han limitado a seguir las líneas impuestas por sus burguesías. Y a los trabajadores alemanes les ha tocado TRABAJAR, con los salarios congelados, para crear unos excedentes de capital que han sido invertidos en los PIIGS. Y a los trabajadores españoles les ha tocado TRABAJAR, soportando una terrible inflación no reconocida en su totalidad en el IPC y, por lo tanto, perdiendo poder adquisitivo, para que una minoría acaudalada se hiciera de oro vendiendo y revendiendo propiedades inmobiliarias.

        Si sacamos las banderitas a pasear en este discurso, NO ENTENDEMOS NADA DE NADA.

        Comentarios por Mendigo — 7 marzo 2012 @ 0:03 | Responder

    • Santi, tronco, es que la lucha no es nacional… La lucha es entre la población (trabajadora) y los capitalistas, tengan el pasaporte de donde lo tengan. La potencia de fuego como consumidores es una puta mierda. El capital nos va ganando tan abrumadoramente porque ha conseguido meternos en la cabeza que somos algo así como «consumidores» y que existe algo así como la «soberanía del consumidor».
      Y está cojonudo que esto lo pueda leer un alemán (Mendigo, eres un crack!) y te conteste adecuadamente (más o menos, también con su propia carga de caca nacionalista bien difundida por el capital).
      Leete bien lo que dice el Mendigo, y verás que, si somos nosotros los que lo PRODUCIMOS TODO, no tenemos porqué luchar sólo con las armas que nos deja el patrón: nuestra asignación como «consumidores» que nos llega como salario, y que desde luego es una mierda comparado con el total de mercancías que, insisto, hemos producido todas nosotros, los trabajadores.

      Mendigo, siempre chapó, pero hoy te has salido.
      Mis respetos hermano, 100% contigo.

      TRABAJADORES DE TODAS LAS NACIONES, UNÍOS!

      Comentarios por escaiguolquer — 4 marzo 2012 @ 22:35 | Responder

      • Ya lo sé, esta lucha es de clases, no de paises. Pero yo no me fiaría mucho de la «clase» trabajadora. No por nada, sólo me remito a los hechos recientes.

        No creo que el arma del consumo sea tan mala como dices, por lo menos, es tan (in)eficaz como las huelgas generales. Pero aunque lo fuera, es una bala más en la recámara. Hasta una bala de fogueo te puede sacar de un apuro (incluso hay quien atraca joyerías con pistolas de juguete).

        Somos productores, somos electores, somos consumidores. Y parece que no valemos nada en ninguna de las tres categorías. ¿O sí?

        Comentarios por santi — 5 marzo 2012 @ 18:12 | Responder

        • Sólo una opinión: yo no me fío de la clase trabajadora, pero menos de la posibilidad de un drogadicto de superar su adición. Es muy difícil superar la adición al consumo (de artefactos tecnológicos, de energía, de banalidades…), no basta con una voluntad, hay que reorganizar toda la vida, haciéndola girar en torno a otro eje (y a otra velocidad). A mí me ha llevado, me está llevando, años. Y, no nos engañemos, el infraconsumo (voluntario o no) genera rechazo social. Yo estoy convencido, y hasta me divierte pensarlo, que la mayoría de la gente que me rodea debe pensar que estoy a un paso de la indigencia, cuando, realmente, gozo de una posición económica bastante estable (producto precisamente de no desear por encima de mis posibilidades).

          Por lo tanto, a los boikots de consumo les concedo bastante poca credibilidad. Es más fuerte el fenómeno de las restricciones de consumo porque a la fuerza ahorcan, vamos, que no hay dinero para más.

          Pero, efectivamente, es una bala más en la recámara y no hay razón para no emplearla. Cualquier daño que se le haga a la burguesía es bueno, y sería por otra parte ridículo dejar de trabajar y seguir consumiendo sus productos. Es mucho mejor que se ahoguen con sus stocks (el cual es capital inmobilizado, que genera gastos y se deprecia rápidamente).

          Mucha razón en la última frase. Somos productores, consumidores y electores, y tenemos que explotar todas nuestras posibilidades en las tres categorías. Un ejército usa todas sus armas, no por entrar con la infantería abandona la caballería o la artillería.

          Comentarios por Mendigo — 7 marzo 2012 @ 0:12 | Responder

          • Ese «desenganche» que supongo que es parecido a las «teorías del decrecimiento» pero en plan individualista, siguiendo las consignas del «granito de arena» no es que sea dificil, es que es absurdo y casi REACCIONARIO.
            Como decía el poeta «no es hacia abajo, ni hacia atrás, la vida»
            El consumo no es malo, no es el enemigo. El capitalismo no fomenta el consumo, sino al contrario. De hecho, cuando los marxistas decimos que destruye las fuerzas productivas, que las constriñe y no las deja desarrollarse, lo que decimos es que, no sólamente excluye (criminalmente) a parte de la población (el «sobrante» en forma de desempleados) de la sociedad productora-consumidora, sino que además se están restringiendo las posibilidades reales, concretas, aquí y ahora, de que esta sociedad pudiera producir más y por ello consumir más. Por supuesto, «producir y consumir» se refiere tanto a bienes privados como a bienes públicos.
            Desengancharse del consumismo adquiriendo conciencia de que el consumo no da la felicidad es muy positivo, especialmente para la salud mental de cada uno. Pero de ahí a pretender producir y consumir lo menos posible, como intentando apartarse de la sociedad actualmente-capitalista y fragmentarla, y volver a un individualismo casi cazador-recolector es seguir el camino contrario: no se trata de negar la sociedad existente, separarse de ella y pretender regresar a épocas superadas.
            Al contrario, se trata de pretender producir y consumir en la medida de las (enormes) posibilidades actuales, socializar aún más la producción y el consumo, más racional y más democráticamente, y avanzar en la historia.

            Comentarios por escaiguolquer — 13 marzo 2012 @ 11:17 | Responder

            • Mi madriña, estás abriendo la caja de los truenos.

              La cuestión es que las posibilidades no son enormes, sino bastante reducidas. Lo que debe avanzar es el conocimiento, no necesariamente la producción de bienes. Que, por cierto, es sólo una pata de la economía, otra es la prestación de servicios. Podemos hablar de reparto, pero también de demografía, de control de la natalidad, de acceso de la mujer a mecanismos de planificación familiar.

              No se trata de volver a un mundo de cazadores-recolectores, pero sí de comprender que el sistema económico es sólo un subsistema imbricado en el Planeta Tierra, limitado, finito. No existen esos enormes recursos disponibles, muchos lo son a costa de la explotación de los ecosistemas y de los pueblos. Sin esa explotación, moralmente detestable, los artículos de consumo serían mucho más caros, y no sería tan sencillo para un ciudadano del primer mundo, por ejemplo, cambiar de móvil cada año. Si puede hacerlo es debido a las transferencias de riqueza Norte-Sur, que deprimen las rentas en los países productores, creciendo en los países consumidores. China está actuando muy inteligentemente y revirtiendo esos flujos, pasando a ser acreedor e inversor neto.

              Comentarios por Mendigo — 13 marzo 2012 @ 13:14 | Responder

              • AAaarrRRggghhh !!! cierto, me colé, dije «bienes».
                Debería haber dicho bienes Y SERVICIOS. De hecho en servicios es donde hay más (mucha más) tela que cortar.
                Queremos y podemos producir a reventar:
                -educación, incluidas visitas guiadas a esto y lo otro, cuenta cuentos y cuenta historias, inventadas y reales, …
                -investigación, libre, compartida, democrática, pertinente…
                -sanidad, incluidas vacunas y medicamentos pro-paciente (no pro-cuenta de resultados del laboratorio), educación para la salud, prácticas saludables…
                -arte, cultura, libre expresión, COPIA , mejora, difusión…
                -viviendas decentes, eficientes, confortables, bonitas…
                -redes de transportes y comunicaciones suficientes (no sobredimensionadas) eficientes…
                -SERVICIOS personales y domésticos de calidad y eficientes. Estoy harto de limpiar y planchar en casa. Pero en cambio no me importaría currar como profesional de limpieza y plancha. Un profesional eficiente que (como todo) a base de división del trabajo y mecanización se zumbara en una jornada (8, 6, 4 horas?) como media tanto trabajo doméstico como 20 o 30 fulanitos (¿o 300 por qué no?) que lo hicieran para sí mismos.

                …y tan largo (e inimaginable) etcétera que no vale la pena que os aburra más.

                Tan sólo pensad por un momento en un par de ejemplos de porqué nos cuesta tanto imaginar lo que os sugiero:
                1. ¿cómo se imaginarían los que vivieran en una economía medieval (españa s. XIX) que sería posible que hubiera un mogollón de obreros dedicados -junto con una montaña de bienes de capital- a fabricar montañas de mercancías manufactureras? ¿quien iba a darles de comer?¿quien cultivaría y cuidaría al ganado?
                2. ¿cómo se imaginarían los que vivieran en una economía atrasada y medio industrial (ciertos puntos de españa s.XIX) que pudiera haber un mogollón de trabajadores dedicados -junto con una montaña de bienes de capital- a prestar SERVICIOS? ¿quien iba a fabricar «de verdad» las necesidades «reales» de la vida, víveres y herramientas?

                Así pues, no estoy hablando de arrasar los recursos naturales, estoy hablando de repartirlos entre mejores «producciones» de las que hacemos hoy, y de repartir esas producciones entre todos los que trabajemos en ellas. Por supuesto, eso significa dejar aparte a cualquier capitalista que, aparte de no trabajar, decide (por todos) que hay que producir cosas inútiles (publicidad, automóviles de 400 Cv, jets privados, casas unifamiliares de 5000 m2 construidos…) Por cierto, que esto sí que arrasa con los recursos limitados, y mientras algunos se retiren al campo a «decrecer», el capitalismo, a sus espaldas, va a seguir haciéndolo, y el Planeta es uno y el mismo para todos.

                brazos

                Comentarios por escaiguolquer — 13 marzo 2012 @ 14:41 | Responder

                • Pero tronk, el aumento de la productividad derivada de las dos revoluciones industriales es lo que posibilitó liberar fuerzas para la industria. Pero esas fases están terminadas, ahora estamos en plena informatización, y no existe un sector al que dirigir la enorme masa laboral sobrante.

                  Primero, no deberíamos esperar en el mundo desarrollado grandes avances de la productividad (y esto implica dificultad para hacer frente a la deuda contraída, que sólo se puede pagar con más crecimiento). Si no se crece mediante productividad, se debe hacer mediante producción bruta, pero es que los recursos no lo permiten.

                  Un ejemplo: la productividad agrícola creció mucho con la introducción de la primera maquinaria y los fertilizantes inorgánicos (a costa de empobrecer y extenuar los suelos). Después de la Green Revolution vino ahora la revolución de la biotecnología (OGM, transgénicos…). Ha contribuido a aumentar la producción, pero de forma muy modesta (a costa de endeudar a los productores, engrosar las cuentas de la industria y empobrecer la biodiversidad). Y ya no hay muchas más vueltas que darle para sacar más producción de cada hectárea. No te digo que sea imposible, pero no esperes milagros, sólo se podrá arañar un poco más de rendimiento, porque ya está casi al límite. De hecho, lo que debemos esperar es que caiga el rendimiento de las tierras en muchas zonas del planeta, sobreexplotadas durantes estas últimas décadas. Estas tierras tardarán siglos en recuperarse.

                  Podemos decir lo mismo de la energía: podemos ser más eficientes, pero ya no mucho más. Y las reservas de hidrocarburos se agotan inexorablemente. Decrecer no es una opción de cuatro giligaitas que se van al campo. Es que VAMOS a decrecer, por pura y simple imposición física, por cojones. La cuestión es cómo vamos a decrecer, cómo vamos a administrar esa escasez. Distribuimos y racionalizamos, o nos matamos por los últimos pedazos, y que sea el más fuerte el que se apropie de ellos?

                  Apertas, compañero!

                  Comentarios por Mendigo — 13 marzo 2012 @ 16:01 | Responder

                  • bueno, esto nos está quedando muy estrechito, pero está tan interesante…

                    El tema es ese, mendi: NO NECESITAMOS MÁS PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS: YA PODRÍAMOS COMER TODOS. En cambio, podríamos repartir eso mejor repartido y hacer otro tanto con la producción industrial, y destinar ejércitos de trabajadores a los servicios, que todos estaríamos dispuestos a recibir y consumir (y producir) con gusto.

                    No espero mejoras de productividad (en sectores maduros en el capitalismo, como la electrónica de consumo) pero probablemente sí en sectores «nuevos» liberados de la necesidad de generar ganancia para el capitalista: servicios personales, a la comunidad, etc.

                    no te parece?

                    …y lo de decrecer, como dice mi profe Arrizabalo: ya estamos decreciendo: más de uno estará contento (cierto, maldad mía, pero es que es así)

                    Comentarios por escaiguolquer — 13 marzo 2012 @ 17:12 | Responder

                    • Espera, que esos anuncios de la FAO de que podrían comer hasta 12.000 millones de personas tienen truco: podrían comer todos los días…unas gachas de avena, lo suficiente para mantener viva a toda la Humanidad. Y da igual, porque si no actúan los mecanismos automáticos de regulación demográfica (y entre otras, las religiones y otras costumbres lo están impidiendo), también pasaremos de esos 12.000 millones de habitantes en unas pocas décadas. Habrá que buscar más tierras para roturar, a costa de hacer retroceder la frontera natural, empobreciendo de nuevo los ecosistemas.

                      Esos 12.000 millones de personas necesitarán energía, aunque sólo sea para cocinar: causa primera de la deforestación de bosques primarios en África. Y así…

                      Por supuesto que en el sector servicios cabe aún mucho que hacer, estamos de acuerdo. Pero lo principal es reconocer que:
                      1) tanto las fuentes como los sumideros tienen una capacidad, más allá de la cual el sistema es insostenible. Muchos de unas y otros ya han sobrepasado su tasa de reposición
                      2) con el aumento de eficiencia, si no existe un reparto de la carga de trabajo, cada vez más gente se quedará fuera del sistema económico, o al menos de la economía formal. O creamos un sistema que incluya a todos, o vamos a sobrar buena parte de la Humanidad, que no tiene nada que aportar, no le dejan, al sistema productivo (5,3 millones de españoles SOBRAN, a día de hoy, mañana probablemente seis).

                      ¿Qué hacemos, los gaseamos, para que no molesten, para que no consuman recursos? O creamos un sistema en el que no tengas que demostrar tu utilidad para poder recibir sustento, o esto va a ser una carnicería.

                      Comentarios por Mendigo — 13 marzo 2012 @ 20:18

                    • Creo que fue V el que lo dijo: hay que distinguir entre crecimiento y desarrollo. El decrecimiento va a llegar si o si. Ahora, a día de hoy ya lo estamos viendo 😦

                      El problema es que está siendo caótico, con algunos que decrecen mucho, otros poco, algunos crecen, algunos se forran en el interín. Vamos, que esto va a parecer la ley de la selva.

                      De lo que se trata es de decrecer ordenadamente, corrigiendo de paso los desequilibrios que hay actualmente, si se puede. Se trata de decrecer sin subdesarrollarse. Por eso, aún alegrándome de diversos aspectos de ese decrecimiento (por ejemplo, que dejen de hacerse urbanizaciones «para invertir», inundando el territorio) no, no estoy nada contento.

                      Pero de todas formas, aunque la crisis tiene un trasfondo de escasez de recursos a la vista, esa no es esa la causa directa. Esta crisis tiene su propia dinámica. La causa es de naturaleza «contable», de imputación de la riqueza a una u otra cuenta, de como se reparte, o se acapara, lo que hay.

                      Durante unos cuantos años, se ha hecho crecer la tarta a base de inflarla de nata montada , y los de siempre, los que ejercían de «altos reposteros» se repartían jugosas porciones, a pesar de lo cual, parecía que hubiera para todos. Pero de pronto, la nata se ha «desmontado», dejando a la vista lo que había debajo, migajas, trozos escuálidos, y mucho humo.

                      Y los de siempre, los que manejan el cotarro, los «altos reposteros», ya se han reservado las porciones con menos nata, que no son tontos, y ahora están repartiendo el resto (para lo que quieren que quede por repartir; no les hace falta pala de repostero, les basta con unas pinzas). Y nos lo venden diciendo que la tarta es más pequeña que lo que parecía, que si el horno falló, que si causas técnicas, que si comemos mucho ….. Que hay que apretarse el cinturón, trabajar más y comer menos (por nuestro bien, que estábamos engordando mucho). Lo que sea, con tal de que sus porciones (las de ellos) y sus barrigas no se reduzcan.

                      Comentarios por santi — 13 marzo 2012 @ 22:46

                    • Vale, pues entonces estamos todos de acuerdo: derroquemos cuanto antes la «democracia» burguesa y expropiemos al capital. Prohibamos el trabajo asalariado.
                      O lo hacemos así (cuanto antes) o el decrecimiento seguirá siendo caótico (obligado por la destrucción del planeta entero) y seguirá habiendo carnicerias para eliminar físicamente a la población humana sobrante.

                      ¿O alguien se cree en serio que en el régimen que vivimos hay la más mínima oportunidad de evitar todo eso que estais exponiendo?

                      Comentarios por escaiguolquer — 14 marzo 2012 @ 10:26

                    • De momento, y para empezar, me conformo con meterle el hacha al sistema financiero.

                      Volver a las viejas buenas ideas, como por ejemplo que la riqueza son los bienes y los servicios producidos, no el dinero (que no es sino un simple «pagaré» que se cobra de lo anterior, si es que hay fondos).

                      Luego, ya puestos, empezamos a hablar de la distribución de la tarta, que hay mucho que cortar (para hablar con propiedad, hay que hacer muchos cortes, porque cada vez somos más, porque lo que es tarta, cada vez habrá menos).

                      Comentarios por santi — 14 marzo 2012 @ 13:12

                    • el dinero es, en sí mismo y como institución social, una viejísima y magnífica idea. Y no es riqueza pero REPRESENTA RIQUEZA. Esa es su función, y va a seguir siendo, si nos gusta más como si nos gusta menos.
                      Nos podemos conformar con lo que queramos, en nuestra inocencia, pero el caso es que hasta que no afrontemos la superación del capitalismo nos tendremos que comer todas sus consecuencias: NO SE PUEDEN SOLUCIONAR LOS EFECTOS SIN ATACAR A LAS CAUSAS.

                      Comentarios por escaiguolquer — 14 marzo 2012 @ 13:29

                    • Contesto al primero de este grupo de Santi

                      Bonita analogía, muy acertada. Pero la cuestion es que los reposteros no puede crear otro pastel como han hecho simpre (burbujas) porque ya no podemos crecer más y la contabilidad es la de siempre unos manejan las cuantas y otros no y como bien dices el decrecimiento es desordenado igual que era el crecimiento porque las cuentas las siguen manejando unos pocos y para que sea más ordenado se han de repartir esas cuentas(nacionalizar, expropiar, distribuir….) pero para hacer esto hay que desordenar inicalmente mucho más ya que los que tienen las cuentas no se van a dejar.
                      Pero seguiremos teniendo el problema del decrecimiento, que cada vez irá más rápido y será aun peor sus consecuencias.
                      Y como bien decís está aquí, por lo tanto el pensar en crecer cosa que el Mendi es un apasionado de que ahora no toca decrecer como si nosotros pudiesemos jejeje.

                      Y lo del decrecimiento no va a ser solo dejar de construir, no, va a ser mucho más desagradable, va a ser excluir a gente, hablamos de un 20% de población en riesgo de pobreza ahora, va a ser mucho más paro, va a ser tener problemas de suministro y potalización de agua,…..
                      Vamos a ver cuanta industria queda pero nos vamos a ir a niveles de los años 70 en breve (5 años) pero con 15 millones de personas más.

                      Y estamos en transición hacia una caída abrupta, ver a grecia es ver lo que nos va a pasar a nosotros y cuanto antes seamos conscientes antes pondremos remedio y estos remedios pasan por aceptar que vamos a tener que vivir con muchísimo menos Todos y no solo unos pocos.

                      Comentarios por Karkos — 14 marzo 2012 @ 13:46

                    • para el paseante:

                      estamos de acuerdo 🙂

                      El dinero representa riqueza, pero NO es la riqueza. De hecho, es la promesa de riqueza. Pero para que esa promesa se materialice, hace falta producir esa riqueza. Por eso, todo este discurso económico basado en la idea de que «no hay dinero» es una patraña.

                      Un país con cinco millones de parados produce menos riqueza, da igual el dinero que tenga (dinero que, en el mejor de los casos representa riqueza producida EN EL PASADO y aún no consumida, en el peor, puro latrocinio).

                      Si el dinero da derecho a poseer, adquirir, consumir…. riqueza (en bienes y servicios), en justicia, sólo debería obtenerse por haber producido, vendido, prestado… a cambio otra riqueza equivalente (en bienes y servicios). Por tanto, no debería obtenerse por haber jugado con el propio dinero, quien no produce no puede exigir derechos de consumo. El sistema financiero en su mayor parte no produce nada. Nada produce el trader electrónico, nada el especulador, nada el prestamista. En conclusión, el interés es un robo. El sistema financiero es el crimen organizado.

                      Comentarios por santi — 14 marzo 2012 @ 13:49

                    • Escaigulquer
                      Según tu es el capitalismo en si mismo la causa no?.
                      Puedo estar de acuerdo. Pero no es el capitalismo en si mismo es el crecimiento, todos los sistemas económicos tienden a crecer, o podríamos decir que todos los sistemas económicos se basan en el crecimiento. Con lo que al final todos llegarán a sus limites y se hostiarán.
                      Unos más lentos que otros tal vez, pero todos van en el mismo camino.

                      un saludo

                      Comentarios por Karkos — 14 marzo 2012 @ 13:53

                    • mirad, arrizabalo lo explica mejor que yo (su respuesta a esto a partir del min. 23:20 más menos) : se trata de que tendemos a hacer las cuentas tal y como nos salen en el capitalismo.
                      Con un control democrático de la producción, y sin el despilfarro capitalista, las posibilidades serían muy MUY diferentes. Probablemente no podemos ni imaginarlas. Y NO ES UNA CUESTIÓN TÉCNICA, DE «PRODUCTIVIDADES».

                      Por otro lado, como él dice, si hay que decrecer, se decrece, pero lo importante es lo mismo que en el discurso del crecimiento: decrecer (o crecer) ¿cómo?¿en qué productos?¿con qué técnicas?¿con qué repartos territoriales, temporales, personales…? Si no se habla de esto, el discurso «abstracto» sobre decrecimiento, así, absoluto, es tan ridículo como hablar de crecimiento absoluto, abstracto. Es decir: ¿crecimiento sí o no? «Pues hasta que no me den más detalles no puedo contestar»

                      brazos pa tos

                      Comentarios por escaiguolquer — 14 marzo 2012 @ 22:53

                    • Para mi el crecimiento o el decrecimiento, no son teorías o decisiones o políticas o algo abstracto, son hechos. La humanidad lleva creciendo desde siempre y sobre todo en estos últimos 150 años.
                      Por lo tanto independientemente del sistema político, democrático o no, socialista o comunista, tendemos a crecer y el crecer implica consumo de recursos con despilfarro o no.
                      Somos más y simplemente del hecho de ser más hace que consumamos más. (Jevons)

                      Con un control democrático vas a intentar crecer hasta que no puedas y te veas obligado a decrecer. Asi de simple. Y ahora nos vemos obligados a decrecer.
                      Como se decrece? yo que se, en que sectores es mejor yo que se. Pero si te digo que el sector transporte será uno de los primeros en hostiarse y por su culpa el resto, y dentro del transporte el primero el aéreo y luego el transporte privado. (Ya se ve todos los problemas que hay no creo que haga falta poner links de compañias aereas con problemas o la caída de consumo de las gasolineras así como las refinerías ect)

                      Y la pregunta es porque se crece o porque se decrece??? Por política?? Por economía?? no por recursos tienes para crecer creces, no tienes? Decreces.

                      Sobre el video que has puesto el ponente más mayor miente cuando dice que es la asunción del capitalismo por parte de rusia el que hace que se vive peor. Se vive peor porque Rusia colapsó porque quiso crecer a ritmos que sus sistema no podía y no se ha recuperado del caos que se generó. De hecho sigue decreciendo. Y eso puede ser un ejemplo más de lo que nos espera.

                      un saludo

                      Comentarios por karkos — 15 marzo 2012 @ 0:14

                    • «el Mendi es un apasionado de que ahora no toca decrecer»

                      No Karkos, el Mendi, que ya empieza a peinar alguna cana a pesar de su tierna edad, evita entrar en ciertos debates por considerarlos inoportunos. Porque se parecen demasiado a la retórica de «hay que apretarse el cinturón». Porque en este momento, resignarse a vivir con menos es la medicina que nos están recetando los mercados. Y no quiero que mi mensaje ayude ni un mínimo, se confunda ni por asomo, con el terrorismo económico neoliberal.

                      Si echas un vistazo atrás, verás que llevo años diciendo que hay que vivir de forma mucho más frugal, que el consumismo era la trampa para privarnos la libertad, la deuda era el lazo con el que la aristrocracia económica domesticaría a la clase trabajadora. Pero ahora, yo no puedo hablar de decrecimiento cuando la peña está haciendo regates para llegar a fin de mes. Hoy, ahora mismo, el problema principal es de REPARTO de la riqueza. Santi ha mencionado la clave, la creación de dinero de la nada D-D-D, que no está respaldado por riqueza, pero dinero exactamente igual al que tú y yo ganamos a fin de mes. Y por lo tanto, con el mismo poder de compra. Se están divirtiendo recursos hacia el sector financiero, que no llegan a la economía real. Los bancos centrales están imprimiendo dinero, lo cual nos empobrece a todos, y ese dinero se queda en la economía de casino.

                      Es de esto de lo que hay que hablar ahora. Es cuestión de prioridades. El agotamiento de los recursos y de los sumideros no es un problema de hoy ni de ayer, llevamos décadas creciendo por encima de las capacidades de regeneración del planeta. Tranquilo, dentro de unos años seguirá estando hecho una mierda. Pero ahora, toca luchar por la gente que se está cayendo en la miseria, ya no en Níger o en Bangladesh. En nuestras mismas calles.

                      Mira, te pongo un ejemplo: échale un ojo a un gráfico de la distribución de rentas. Y mira qué parte de la población es la que lleva un ritmo insostenible. Al final, luchando por la igualdad, estamos también haciéndolo por un modelo más sostenible.

                      Comentarios por Mendigo — 15 marzo 2012 @ 1:32

  2. No se si conoces esto:
    http://www.nodo50.org/moc-carabanchel/documentos/cambiar_marea/cambiar_marea.htm

    En esta página se especifican objetivos para la defensa del sector público; más en concreto de los servicios públicos:
    http://leolo.blogspirit.com/archive/2012/02/01/el-sector-p%C3%BAblico-espa%C3%B1ol-en-la-encrucijada-propuestas-en-po.html

    Y los empresarios que crean que este sistema también va a llevarlos al desastre a ellos pueden empezar a practicar la economía del bien común. El siguiente enlace es una conferencia de un economista austriaco llamado Christian Felber. Es un poco larga pero merece realmente la pena. Comienza en el minuto 19.
    http://www.attac.tv/2012/02/17239

    Comentarios por HugoMM — 4 marzo 2012 @ 12:49 | Responder

    • Gracias por los enlaces, Hugo.

      Me quedo con el segundo, tiene una compilación muy buena de datos muchas veces repetidos.

      El vídeo son dos horas, a ver si este fin de semana encuentro tiempo para verlo. Pero si no lo veo yo, lo verán otros. Bienvenidos sean todos los enlaces interesantes (eres un pozo de información).

      Comentarios por Mendigo — 7 marzo 2012 @ 0:16 | Responder

  3. Bien por, al menos, proponer cosas concretas y dichas abiertamente. Pocos lo hacen a día de hoy.

    Mi duda es: ¿existe la inteligencia suficiente y la conciencia de clase necesarias en este país para poder algún día aspirar a esto? ¿Tienen las personas de este país la mínima dignidad necesaria para poder urdir una estrategia como esta?

    Como bien dices, 40 años de dictadura fascista y más de 30 de gobiernos títeres de centro-derecha algún efecto tienen.

    Comentarios por wenmusic — 4 marzo 2012 @ 14:20 | Responder

    • Eso pretendía, plantear objetivos concretos, y acciones concretas para conseguirlos. Estoy harto de hablar por hablar. Esto no puede ser una tertulia de bar, hemos de llegar a algo. Sólo con protestar no logramos nada, hay que empezar a hacer daño.

      Comentarios por Mendigo — 7 marzo 2012 @ 0:27 | Responder

  4. Hay que planificar la batalla mirando como hacer daño al enemigo, no enviando un gran número de tropas al sacrificio. El quiz está en paralizar el sistema en sus puntos neurálgicos, hay que inmovilizar los sectores estratégicos y para ello se necesita también el apoyo general. El que el tabernero abra la cantina no afecta gran cosa, lo que afecta es que los que se están tomando la cerveza en la cantina sean los que deberían estar manteniendo sectores como la energía, la industria, el transporte, las telecomunicaciones. No es usar la violencia, es bloquear sus leyes violentas.

    Lo de ser egoista hay usarlo entrecomillado, yo prefiero ser comunista porque el bien común es mi propio bien, que es otra forma de ser «egoista».

    Tus propuestas son realistas en mi forma de ver, lo malo es que para que causen miedo a la clase dominante tienen que ser asumidas por la mayoría de la clase asalariada y ahora esta última tiene mas miedo que vergüenza.

    Hasta Franco estaría saltando de júbilo por el monstruo que creó.

    Comentarios por Javi — 4 marzo 2012 @ 17:06 | Responder

    • Bueno, cuidado que el bien común no siempre es el propio bien, y hay que ver quién decide cuál es el bien común. Llevamos hablando sobre ello desde Sócrates y Platón. Había una novela que lo reflejaba muy bien, el Cero y el Inifinito, de Koestler. Donde pone Estado, puedes poner Dios y también sirve para las religiones y teocracias.

      Bueno, que me voy de tema. Efectivamente, Javi, habrá que movilizar a la gente. Pero date cuenta que en el último párrafo, cuento con emplear la gente más movilizada para iniciar los paros. No me invento nada, no quiero sentarme a esperar a que la mayoría de la población secunde la huelga. Con las tropas que tenemos, se puede empezar la guerra. Y según vayan cayendo los éxitos, ya se irán apuntando más unidades…

      Comentarios por Mendigo — 7 marzo 2012 @ 0:32 | Responder

  5. Creo que has desarrollado una idea de forma impecable, pero como apunta wen, nos falta tropa con conciencia de clase dispuesta a dar batalla. Creo que recientemente has desarrollado otro apunte que comenzaba «Cautivo y derrotado el ejército obrero…» No estamos, aún, lo suficientemente machacados para reaccionar, seguimos creyendo que somos clase media, y que saldremos de esta en no mucho tiempo. Pero su avaricia es nuestra victoria. Todo llegará, y entonces propuestas como la tuya tendrán su máximo valor.

    Comentarios por picapiedra — 4 marzo 2012 @ 21:51 | Responder

    • Qué gran placer leerte, aunque sea de tanto en cuanto! 😉

      A ver, sigo diciendo que ni blanco ni negro. Es cierto que mucha gente está desmovilizada. Pero hay que observar que el grado de movilización en los sectores productivos es muy distinto. Empecemos la guerra con lo que tenemos. La revolución cubana empezó con sólo una partida escabulléndose en las sierras del ejército de Batista, inmensamente superior en número. Sustituyamos el número de efectivos y capacidad de fuego por inteligencia.

      Por otra parte, concuerdo totalmente con el puto espejismo de la clase media. Echo espumarajos por la boca cada vez que se cita. Trabajadores, coño, trabajadores! Trabajadores con iPad y endeudados hasta las orejas ¿cambia eso algo su condición? Aún más esclavos que nuestros padres! Y más débiles, también.

      No quiero esperar, creo que hay que plantar guerra ahora. Mañana será tarde, y puede que, cuando la situación sea desesperada, quien plante cara al capitalismo sea cualquier fascismo con nuevos ropajes.

      Comentarios por Mendigo — 7 marzo 2012 @ 0:37 | Responder

  6. El artículo está muy bien argumentado. Pero no propone nada nuevo. Es un somero ejercicio de reflexión, que al faltarle los detalles muy concretos en la realización, induce a falsear su posibilidad de éxito. Al estudiar las grandes huelgas del siglo XX (por ejemplo, un año de huelga de los mineros y la Thatcher), al hablar con «ancianos idealistas» que en el siglo pasado, se han «dejado la piel» y «arruinado sus vidas» en las huelgas «serias» -con obreros muertos-… huelgas para conseguir arrebatar algunas «migajas» y como el Capital+Estado ha ido manipulando todos esos esfuerzos, entonces….
    Problemas:
    1) La sociedad está MUY fragmentada (se fomentan la competencia/rivalidad despiadada a todos los niveles (sociales, culturales, regionales, etc.)
    2) La «precariedad material» (desgraciadamente, lo único importante para la mayoría) no es tan acuciante para forzar al individuo a la lucha abierta. El acuerdo tácito Capital/Estado es precisamente que el primero disponga de las «máximas» facilidades para «reproducirse» mientas el Estado mantiene el «CONTROL SOCIAL» por las buenas (ayudas, empleos inútiles, etc.) o por las malas (violencia legislativa, policial o militar).
    3) El egoísmo ¡Sálvese quién pueda!, el hedonismo, el infantilismo, el miedo, … ¡ Su abundancia es abrumadora!
    Se requiere un cambio de paradigma: Superar el esquema capitalista-empleado (y su conflicto subyacente: Capital-Riesgo-Beneficio máximo-explotación laboral máxima).
    Se necesita un cambio de «valores» y eso NUNCA lo ensañaran en las escuelas, ni saldrán en los medios culturales y de manipulación de masas… El Poder hace enormes gastos por mantener a las masas alienadas (y actualmente estas carecen de organización o ideología relevante)… y sin personas «con calidad ética»… ningún CAMBIO SIGNIFICATIVO es posible.

    Comentarios por Paulo — 4 marzo 2012 @ 22:31 | Responder

    • Lamentablemente, Paulo, tienes mucha razón.
      Pero, en el fondo, lo único que hace falta poner en estos comentarios ¿qué es? Pues, simplemente, rellenar la encuesta:
      ¿Estás con nosotros? (y, en este caso, si no estás con nosotros, ESTAS CONTRA NOSOTROS, ESTO TAMBIÉN HAY QUE TENERLO CLARO)
      Estoy seguro que en todos los que han comentado algo aquí la respuesta es SÍ.
      Entonces, no estamos tan lejos… El 15-M, con lo absurdo que es (y precisamente por ello) es una demostración de lo que digo.

      Salud

      Comentarios por escaiguolquer — 4 marzo 2012 @ 22:40 | Responder

      • Muy cierto. Yo aún era un crío melenudo cuando leí una frase: o formas parte de la solución, o eres parte del problema.

        Efectivamente. Puedes estar equivocado, puede que tu esfuerzo sea minúsculo, pero si al menos intentas cambiar las cosas, no formas partes del enorme dique humano de indiferencia, puedes sentirte satisfecho.

        La indiferencia, la inacción mata. Yo no quiero cargar sobre mi conciencia con la culpa de no haberlo intentado.

        Comentarios por Mendigo — 7 marzo 2012 @ 0:40 | Responder

        • Hoy tenía tiempo y me he puesto a repasar comentarios, suele valer la pena por las muchas cosas interesantes que caen; tú mismo has dicho en ocasiones lo satisfecho que estás por la gente «muy leída» que te sigue. Pero eso no quita que a veces te dejen algún zurullo, es normal. Lo que me ha extrañado es que tu te hayas revolcado con gusto en él.
          «si no estás con nosotros, ESTAS CONTRA NOSOTROS»
          y tú versión fisna:
          «o formas parte de la solución, o eres parte del problema»
          Esto es maniqueo con menosprecio y agresividad hacia el que piensa distinto. Esto son expresiones propias de mentes TOTALITARIAS (así, en mayúsculas, igual como se ha puesto arriba).
          No quiero pensar que yo, porque a veces no estoy de acuerdo contigo, ahora quedo encuadrado como «parte de tu problema» y que «estoy contra vosotros» ¿Quienes sois «vosotros»?.

          Sería una lástima que este bonito taller de discusión acabara reconvertido en checa revolucionaria.

          Comentarios por Josep — 26 marzo 2012 @ 0:32 | Responder

          • Ya me estaba extrañando que no hubiera comentarios al respecto (perdón por la maldad jejeje)
            Efectivamente, el asunto requeriría más explicación y más atención, pero desde luego lo he dicho y lo mantengo, no desde posiciones maximalistas, sino desde un análisis de la dinámica de las cosas: la clase trabajadora tiene sus intereses, y sus modos de defenderlos. «Defenderlos» por que esos intereses son atacados, a veces más y a veces menos, por los enemigos de los trabajadores.
            Los enemigos de los trabajadores, no se definen por ser personas malas, ni demonios con forma de personas. Ni mucho menos. Se definen porque atacan los intereses de los trabajadores. Y ¿porqué hay quien ataca los intereses de los trabajadores? No por maldad, sin duda, sino porque sus propios intereses son contrapuestos a los de los trabajadores (capitalistas y una muy numerosa tipología de «rentistas»)
            Junto a ellos se alinean a menudo otros porque equivocadamente creen que sus intereses son contrapuestos a los de los trabajadores (incluso hay muchísimos trabajadores en este grupo! y también otros grupos o clases -pequeños burgueses son el mejor y más extendido ejemplo).

            Dicho esto, solo nos quedaría por definir «trabajadores», y es bastante sencillo, AUNQUE A MENUDO OBJETO DE ERROR: Trabajadores son todos aquellos que, como clase, dependen para su subsistencia de la venta de su fuerza de trabajo. (esto incluye a los descendientes de los trabajadores, a los pensionistas, a los trabajadores enfermos, a los trabajadores parados e incluso a los trabajadores que, por depender su trabajo del gasto del ingreso y no del capital, en ocasiones no se ven a sí mismos como trabajadores -aunque, bueno, esto ya es un poco técnico).

            Hoy por hoy, dicho sea de paso, esos intereses se ven atacados mientras que la clase está muy muy muy débil para intentar defenderlos (y no es que sea muy relevante el estado puntual de la correlación de fuerzas entre trabajadores y sus enemigos; es que, en general esa es LA CUESTIÓN RELEVANTE).

            Por supuesto que esto es solo una pincelada y requeriría más discusión, pero valga como muestra de que lo que se afirma arriba no es resultado de una postura dogmática (por definición, la que aplica recetas extendidas para otras situaciones-coyunturas o incluso otros asuntos).

            En ese sentido y en ese contexto, quienes no colaboran en el éxito de la huelga van en contra de los intereses de la clase trabajadora y se sitúan, por lo tanto, con sus enemigos. Aunque por supuesto que la casuística fina, y las realidades concretas de la poliédrica realidad son infinitas, y que no están los tiempos para desuniones ni guerras intestinas.

            Abrazos sinceros (y, si, revolucionarios) a todos los que piensan que otro mundo es posible (imprescindible mejor dicho)

            Comentarios por escaiguolquer — 26 marzo 2012 @ 12:18 | Responder

            • ¿?

              Cuando me puse a contestar, juraría que no estaba este comentario…

              Juder, sí que me enrollo.

              Pues me gustaría poder disentir, aunque sea por entretenernos discutiendo. Pero ya van varios comentarios tuyos de los que no puedo tirar de ningún hilo, están bien cerrados todos los cabos. Ya te pillaré… 😛

              Comentarios por Mendigo — 26 marzo 2012 @ 13:27 | Responder

              • Por supuesto que me pillarás, pero estaré preparao. Y en este es que te he ganado por la mano (y por 22 minutos 😉

                Por cierto, espero que no se te olvide que me debes una contraréplica (sobre como explicar que la escasez valorice algo….)

                brazos maestro

                Comentarios por escaiguolquer — 26 marzo 2012 @ 14:07 | Responder

                • La tengo como marcador pendiente, tronk. Lo sé, lo sé y lo siento. Le he dado vueltas al asunto, incluso he garabateado un gráfico para ver cómo evoluciona el valor a través de un proceso productivo, hasta el deshecho o la recuperación del producto. Pero no consigo aclararme. Creo que, simplemente, me faltan conocimientos, profundizar más en el tema.

                  Pero no me escaqueo, eh? A ver si antes del finde me pongo e intento, al menos, aportar algo a la discusión.

                  Unha aperta, compay!

                  Comentarios por Mendigo — 26 marzo 2012 @ 14:22 | Responder

          • Nas Josep!

            Una checa revolucionaria? Creo que soy lo bastante ecléctico o heterodoxo, no creo que me case, ni a mí ni a este sitio, ese cartel. Por ejemplo, si alguien me lee defendiendo la energía nuclear, el fin del funcionariado, el hartazgo que me produce el chavismo o el apoyo a la intervención de la OTAN en Libia me calificará de neocon. Si leen otro artículo en el que digo claramente que, algún día, el trabajo asalariado, la propiedad privada de los medios de produción, será abolido como la forma de esclavitud que es; o reclamo la preservación, cerrojazo absoluto, de la mitad del territorio para preservar la biodiversidad; o más recientemente, la guerra económica total y absoluta, hasta quebrarle los pies a la patronal y al gobierno, humillaros y acatar la voluntad de los trabajadores, pensará que soy un…¿chequista?

            Simplemente, soy yo. Intento pensar por mi cuenta y contarlo de la forma más honesta posible. Como no me creo en posesión de la verdad absoluta, abro los comentarios para que cualquiera pueda dar su opinión. Algunas respuestas son más o menos valiosas, pero suelo respetar todas. No sólo las tuyas, que a pesar de disentir frecuentemente tengo en muy alta estima (y creo que sabes que no es lisonja), las del empresario explotador de Marcostonhin, las del profeta del Apocalipsis que es Karkos, el ciberactivista chiflao de Manolox, el friki de Wen, la pillá de Nyna, el idealista de V…

            Si sólo admitiera los comentarios con los que estuviera de acuerdo, sólo dejaría comentar al puto burgalés (que es tan túzaro como yo).

            No sólo yo soy muy heterodoxo, es que creo que vosotros sois también terriblemente heterogéneos, lo cual enriquece enormemente el debate. Por ejemplo: Marcos es empresario, y sin embargo es de los comentaristas que más aprecio. Eso no obsta para que deje de echar pestes por la boca de los empresarios, cuando así lo creo conveniente. Él tiene los comentarios abiertos para aportar, a su vez, su opinión. Nunca te he impedido expresarte, pero tampoco lo voy a hacer con escaiguolquer (al que, obviamente, soy políticamente mucho más afín). Se ve que lo vuestro ha sido amor a primera vista. Si os queréis dar de hostias, por mi encantado. Hombre, preferiría que usaseis elegancia y buenos argumentos, para generar un debate del cual podamos aprender todos, pero vamos, que tampoco me voy a echar las manos a la cabeza si el debate acaba en refriega. No le tengo miedo a las palabras.

            En cuanto a las frases que te molestan, son enunciados distintos. Yo respondo por la mía: la solución del problema no es una, puede ser una solución coral. La cuestión no es enfrentar diferentes alternativas, salidas o soluciones, muchas de ellas compatibles (ya hace tiempo que me sigues, y te habrás dado cuenta que es difícil encasillarme incluso en las dos corrientes principales de la izquierda, el socialismo y el anarquismo, en ambas encuentro aspectos interesantes). Eso sí, aquellos que no reconocen que existe un problema de injusticia y desigualdad, o reconociéndolo lo asumen como algo inevitable (así es el mundo, así los quiere Dios…), esos son parte del problema, son la masa humana que actúa de muralla humana para que la injusticia se perpetúe.

            No critico pues a quien busca una alternativa más justa por otros caminos, sino a quien no busca ninguna. Ellos son parte del problema.

            En cuanto al enunciado de escai, bueno, prefiero el mío, pero también puedo suscribir el suyo en unas circunstancias muy concretas, como las que él se refiere. Ante una huelga cabe posicionarse. Existen mil corrientes ideológicas pero sólo dos posturas ante una huelga: o trabajas o haces huelga. Y quien acude a trabajar, rompiendo la unidad de lucha de los trabajadores (aunque no estés de acuerdo, como yo no lo estoy, con la convocatoria), está agrediendo al conjunto de los trabajadores. Es evidente que una huelga (general, sectorial o de una sola empresa) sólo triunfa si el seguimiento es masivo. Pero si parte de los empleados acuden a trabajar, esta acción no tiene efecto, o tiene un menor efecto. Le salvan el pellejo al empresario y dejan sin valor la acción, el esfuerzo, el sacrificio de sus compañeros. En estas circunstancias, el esquirol es, ciertamente, un enemigo de clase. Como también lo es el empresario, pero éste, como dije, cumple su papel. El esquirol es mucho peor, es un traidor a su clase. Con el chivato y el cipayo, lo más bajo, lo más despreciable en que puede caer un ser humano.

            Al menos, es mi opinión, si tienes otra ya sabes que tienes los comentarios abiertos.

            Pero eso, no me parece justo que taches de totalitario o chequista a este espacio. ¿Revolucionario? Eso sí, sin duda.

            Venga, a ver si se acaba el recreo y dejáis de meteros el dedo en el ojo, que esto parece el patio del colegio.

            Un abrazo, tocayo!

            Comentarios por Mendigo — 26 marzo 2012 @ 12:40 | Responder

            • Gracias por lo de idealista hombre…( al menos no me has llamado chiflado, ni friki, ni pillao… así que he salido bastante bien parao 😉 ). La verdad que lo que más agradezco de ti es eso, el que no te cases con nadie, el que expongas tu propia visión sobre las cosas. Te equivocarás muchas veces( como todos, la verdad absoluta no existe), pero al menos siempre eres crítico con la realidad y no aceptas ningún juicio a priori. Algún día podrás incurrir en esto, o ya haberlo hecho, pero se te perdona tio :).

              Respecto a lo que comentáis… yo no diría ni tanto ni tampoco. Es decir, yo no llamaría enemigo a aquel trabajador que se niegue a acudir a la huelga. Tendrá sus motivos, censurables o no, pero no se le puede obligar( ése no es el camino). Pero también es verdad que si el poder de la clase obrera está en la unión, esa separación produce un menoscabo letal. Ningún trabajador vale más que otro, se podría decir, y eso es un arma de doble filo.

              Comentarios por V — 26 marzo 2012 @ 22:31 | Responder

              • Claro, no se le puede obligar…porque está en su derecho de trabajar ¿no? Cierto, además odio la coacción. Pero por otra parte, él sí que te puede forzar a ti, que sí que estás haciendo huelga, a hacer el ridículo, puede anular el valor de tu protesta, pisotear la alfombra de flores que estás construyendo. Porque si unos paran, pero otros mantienen la producción en la empresa, la huelga ha servido de una mierda. Es muy jodido el asunto. La decisión de acudir o no a la huelga es particular, pero las consecuencias son colectivas. Por ejemplo, tú tienes la decisión de pegarle fuego a tu piso. Pero coño! Es que tu libre decisión, es tu piso, afecta a los vecinos! No se te puede impedir que les jodas con tu acción?

                No es cuestión de enemigos. Hay una enorme casuística, desde el fulano que está aterrorizado ante la idea de perder el trabajo, y va a currar a regañadientes, al payaso que va a de superior, porque esto de las huelgas es de pobres, hasta que el día menos pensado está en la puta calle comiéndose los mocos. Cada cual tendrá que tomar la decisión, ahora bien, con su decisión también me están agrediendo. Igual que si votan a un partido que me agrede. Como hace tiempo, que dejé bien claro que no quería votantes del P$O€ en esta página. Con sus votos, me agredían. Con sus votos sostenían un sistema represor, que me causaba daños reales, concretos (nada más concreto que un moratón por una agresión policial). Con sus votos se perpetuaba un sistema económico que devalúa mi trabajo y me conduce pasito a pasito a la esclavitud por deudas. Claro, tú vota lo que quieras, pero es que tus acciones tienen repercusión sobre el resto de la sociedad.

                Si con tu acción individual me estás metiendo el codo en las costillas, pues coño, me enfado. No es ponerle de enemigo, pero desde luego no le voy a tratar como un amigo. Cada cual ha de ser responsable de sus acciones, y de las consecuencias de sus acciones, especialmente aquellas que tienen trascendencia social. Ir o no a la huelga es una de ellas, el voto es otra, el participar de alguna forma en la revolución que tenemos pendiente, o no hacerlo, es otra.

                Comentarios por Mendigo — 27 marzo 2012 @ 2:04 | Responder

                • Ecce el problema. Y es aquí donde se hace precisa la aparición de lo que hablabamos en mi blog: el sentimiento de unión. El actuar de una forma determinada, sabiendo que decida lo que decida influirá sobre un todo. Es decir, hacerse conscientes de que no estamos solos en el mundo, de que somos muchos y estamos unidos para bien y para mal. Por eso decía lo del arma de doble filo, ninguno es más que otro y por eso ninguno puede obligar a otro. ¿La solución? Crear conciencia o sembrar, como a ti te gusta decir.

                  Comentarios por V — 27 marzo 2012 @ 17:43 | Responder

                  • Ya, pero es que el capitalismo tiene su propia «sembradora» mecanizada, que es toda la industria de la información y el entretenimiento, que adoctrina en los antivalores (hedonismo, egoísmo, codicia…). Cómo competir con semejante monstruo!?!?!

                    Pero sí, habrá que sembrar…

                    Comentarios por Mendigo — 1 abril 2012 @ 13:15 | Responder

                    • Lo importante no son los medios de difusión sino el mensaje. Y si una vez transmitidos nuestro mensaje al común de la población, vemos que no surte efecto, entonces, deberemos de asumir la estupidez como cualidad sobresaliente del género homo.

                      Un saludo!

                      Comentarios por V — 4 abril 2012 @ 16:16

                    • Si has despertado de un letargo de varios siglos te admito la respuesta.
                      Das por válido un axioma manteniéndote al margen de la sociedad actual y su repercusión en lo que a todos nos afecta … y te quedas tan tranquilo.
                      Si el mensaje no llega no es por los medios.
                      Si el mensaje es claro y no llega no es por los medios.
                      Ergo si el mensaje es claro y no llega no es por los medios sino por la estupidez humana …

                      Lo siento. No sólo discrepo sino que, y siento mucho esta expresión, te ubicas en una «sobre-posición» un tanto clasista que, en la simplificación, me parece cuasi insultante o desconocedora de la realidad social.

                      Comentarios por pedro — 4 abril 2012 @ 21:48

                    • de acuerdo con pedro: el medio TAMBIÉN importa.
                      Y no niego la mayor, pero quiero añadirle un matiz: el mensaje tampoco es claro. Para eso necesitaríamos, en primer lugar, UNIDAD (democrática y disciplinada) en nuestras filas, y los poderosos han conseguido que estemos a un millón de años luz de conseguirlo.

                      brazos

                      Comentarios por escaiguolquer — 5 abril 2012 @ 10:24

                    • Bueno, a decir verdad, no hace falta que los poderosos consigan nada. En la izquierda nos apasiona escindirnos y a su vez escindir las escisiones. Somos de chiste. Dos progres naufragan en una isla desierta, fundan tres partidos, y juran que jamás votarán por el traidor y vendido del otro.

                      Frente al borreguismo de las personas de derechas, en la izquierda tenemos un excesivo afán de protagonismo, un ego sobredimensionado (el ejemplo de libro es Equo…y parió la burra).

                      Comentarios por Mendigo — 5 abril 2012 @ 14:21

            • Bueno, buenoooo, dos contra uno y en campo propio, que valientes… pero descoordinados, vaya tropa revolucionaria 🙂 A ver si me desahogo antes de que empiece la huelga, a la que me apunto religiosamente (“= por fe en el dogma”).
              A ver. Mendi, la colleja que me das (“esto parece patio de colegio”) parece una bien merecida invitación a que me calle ya de una vez, pero como todos somos una panda criaturas y aquí no hay autoridad, te voy a responder con otra colleja por haber dicho antes que te encanta ver como nos zurramos mutuamente:

              ¿Quién se beneficia de las recesiones?


              Como veo que nos va la marcha y el espacio se estrecha, podrías poner una entrada permanente titulada “patio de colegio” o “gallinero” para las peleas, y así dejamos libre de pelos y plumas las demás entradas. 😀
              Dejo aquí mi discurso y luego haced lo que os de la gana.

              Mendi, una pequeña crítica-aperitivo es que a veces lees y respondes con precipitación, es normal porque quieres atender a todos y no puedes dar abasto. Yo no he dicho que esto sea una checa, sino que no me gustaría que acabara así, y no me refiero a ti ni lo que tú dices, sino a las dinámicas que se generan. Ya las vi hace unos años en otro interesante blog de discusión que acabó mal (comentarios cerrados) y supongo que desarrollé anticuerpos ante la detección de ciertos rasgos característicos de personalidades de riesgo para el debate civilizado. El tuyo sigue siendo un bonito taller de discusión aunque últimamente te han manchado las paredes. Tú sabrás lo que quieres en tu casa, a mi francamente me molesta que otros utilicen argumentos ad hominem de forma sistemática (“no tienes idea de lo que dices”, “tienes prejuicios”…). Y más que a mi, pienso que a tí debería molestarte que aquí se empleen tonos amenazantes: (“ni se te ocurra pensar que”, “te pones enfrente de tus compañeros”, “esto es la puta guerra”, ”te conviertes en un enemigo”, ”si vas a trabajar revientas la huelga, aplastas (sic) a la clase obrera y el piquete tienen la OBLIGACIÓN de impedírtelo por todos los medios”… puajjj!) Esto huele a checa, ¡abran las ventanas!. Por mi, a tu lista de apodos de comentaristas puedes añadir al “estalinista”. Por cierto, y hablando de los apodos que has citado, un saludo a Karkos, me sabe mal haber sido el culpable de que haya quedado bautizado como el “apocalíptico”, la verdad es que me cae muy bien el colega.

              En el debate sobre la huelga yo dije que me apuntaba, que no me cambien lo dicho.
              En los comentarios ha aparecido un amplio abanico, desde el que no piensa hacerla hasta el que la defiende como una obligación de vida o muerte. Pero entre tanta variedad me parece enormemente significativo que haya dos rasgos comunes: todos creemos que no va a sevir para nada y todos hacemos planteamientos dentro de un marco de parámetros marxistas. Esa es nuestra formación, nos condiciona aún sin ser conscientes de ello y nos lleva a subdividirnos para poder discutir. Creo que nos hemos agrupado en dos bandos: los marxistas activos enfocados a la lucha de clases, con argumentos basados en la confrontación (principalmente tú y el innombrable) y los postmarxistas (V, Paulo, karkos…) Quizá me equivoque, ellos dirán, pero creo que los de este lado vemos superado el análisis marxista porque desde el S.XIX el mundo ha cambiado, el concepto derecha-izquierda ha sido alterado, los instrumentos de lucha –como la huelga- han perdido su eficacia e incluso su sentido, y los conceptos trabajo, valor y clase social son otros. Y ante todo, una humanidad enfrentada a los límites del crecimiento debe redefinir con urgencia la idea de progreso. En esto último el marxismo es incapaz de aportar ninguna solución. A pesar de ello, vosotros los marxistas seguís creyendo en el progreso basado en el crecimiento, ya sea por dogma, o como en tu caso mediante ilusiones varias, tales como la fábrica de billetes. Por otro lado, la notoria afinidad que mostrais vosotros los marxistas presenta una incompatibilidad esencial: mientras uno es doctrinario, el otro es lo opuesto, con una clara tendencia anarquista. Esto te marca en un aspecto importante: tu resistencia (¿voluntaria o incapacidad?) a toda clase de conducta organizada. Por ello me sorprende tu activismo en el sentido de que todos debemos ir juntos a la huelga y a lo que sea, la unidad de los trabajadores como valor fundamental. No sé si recuerdas que antes de las elecciones generales escribí aquí diciendo que ante las escasas posibilidades de la izquierda deberíamos votar todos a un mismo partido, el que fuera. Hice una propuesta pero dije que votaría a lo que dijéramos. Como era de esperar, no hubo acuerdo (¡somos de izquierdas!), y tú el primero en ir a tu bola. Aquello, el voto democrático, era una posibilidad baja pero real de conseguir algo. Esto, la huelga general, es una posibilidad aún más baja de conseguir algo. En aquello propuse unidad y tú pasaste del tema. ¿Ahora pides unidad? No tienes derecho a reclamármelo. En tu descargo digo que al menos no haces como Escai, exigiendo a los demás todo lo que él cree. Pero por favor, no me vengas con que la huelga es por nuestros hijos, y por los que fueron y por los que serán y por la dignidad y por las alfombras de flores y por toda esa patética demagogia. ¡si todos decimos que no servirá para nada! ¿No teneis ojos en la cara para ver el resultado de las últimas huelgas? ¿a qué jugamos engañándonos con películas? ¿Qué cojones me contáis de la unidad de la clase obrera? Por si no lo sabeis, la mayoría de trabajadores NO van a ir a la huelga-paripé, ahí está la real unidad de la clase obrera, y los demás sois los que van a la contra de esa mayoría, gritando que todos ellos son “unos mierdas” (tus palabras). A ver si resultará que también sois “el enemigo” de los trabajadores.

              Me parece de risa que alguien me diga cuándo puedo ”hacer jejejiji” y cuando no puedo hacerlo. Pero más risa da cuando dice que el análisis marxista es el único válido. Marx, ese contemporáneo de Napoleón, sigue siendo muy interesante para la historia de las ideas, igual que lo es Platón. Por cierto, vuestra larga discusión sobre el valor de las cosas era Platón puro (¿las cosas valen por lo que son o por lo que creemos que son?).
              Me zumba mucho la gente que dice “yo SÍ he dado argumentos” cuando acaban de hacerse una paja mental. ¿Acaso debemos presentar bibliografía para opinar en un blog? Desde luego si a alguien no le gustan mis opiniones no pasa nada, yo las dejo para quien le interese, no obligo a comer nada.
              Si hace falta se ponen argumentos y hasta bibliografía en plan serio, no enlaces a mindundis.
              Para criticar a Marx podría utilizar al otro Marx, Groucho, cuyos trabajos de crítica social fueron desarrollados con mayor conocimiento práctico por efectuarse en una época – los años 30- con una crisis del capitalismo muy parecida a la actual. “¡Más madera!”, la acertada metáfora premonitoria de nuestra crisis (“¡más deuda!”). Pero temo que no me lo vais a tomar en serio, así que recurriré a un filósofo algo más reciente, víctima del nazismo y buen conocedor del capitalismo y del marxismo. Y además judío, para que Escai no me acuse otra vez de tener prejuicios antisemitas.
              Walter Benjamin en su “Tesis de filosofía de la historia” (1940):
              “… Nosotros partimos de la convicción de los vicios profundos que mantiene la política de izquierdas. Y, de estos vicios, denunciamos tres principales: La confianza ciega en el progreso; una confianza ciega en el acierto y en los reflejos de las reacciones que se generan en el seno de las masas; una confianza ciega en el partido”
              El último punto, a falta de partido, lo podemos sustituir por el seguimiento ciego de las consignas sindicales, y nos queda un retrato perfecto del marco de esta huelga y las discusiones habidas en este blog sobre el progreso.
              Toda esta ceguera no la podeis aceptar, por un motivo muy simple. Pero como a mi no me vais a hacer caso, os traigo a vuestro invitado favorito para que os lo explique. Espero que ahora Escai no me vuelva a acusar de no tener ni idea de Marx:
              Marx, en “El 18 de brumario de Luís Bonaparte” (1852):
              “Los hombres construyen la historia, pero no la construyen según su arbitrio, bajo circunstancias escogidas por ellos mismos, sino bajo las circunstancias en las cuales se encuentran directamente, que existían y les transmite el pasado.”
              Es decir, estamos condicionados, vemos la realidad según estructuras mentales preestablecidas y eso nos impide un análisis objetivo. Creemos en la huelga porque nos hicimos adultos creyendo en la huelga, y aunque todo cambie, seguiremos autojustificándonos hasta el fin, hasta quedarnos gritando solos, o peor, hasta hacer el ridículo. El grado al que se llegue ya no depende tanto de la inteligencia de cada uno, sino de su rigidez (fanatismo) o de su flexibilidad mental. Solo ésta nos puede llevar, a través de la decepción, hacia el cambio.
              Saludos y feliz huelga. Vaya panda de jodidos idealistas somos…

              Comentarios por Josep — 28 marzo 2012 @ 23:00 | Responder

              • Pues nada hombre no te preocupes por mi apodo, que por cierto dio mucho juego en mi entorno, me han llamado cosas peores como postmarxista o idealista. Manda guevos. ajjaja

                Sobre tu comentario solo quería decir que por lo menos yo solo juzgo ideas no a las personas y cuando entro en discusión mi familia es de plástico y en la pelea vale todo desde la demagogía barata hasta los más curradas exposiciones. De eso se trata de pegarte en todos los terrenos siempre que la gente no se lo tome de forma personal que es lo que suele ocurrir.

                un saludo Josep.

                Comentarios por karkos — 29 marzo 2012 @ 7:22 | Responder

              • Josep
                El innombrable (que supongo que soy yo), está hasta los cojones de que tú y cuatro como tú, posmarxistas o como os querais llamar me acuseis FALSAMENTE de doctrinario utilizando una forma de argumentar completamente doctrinaria.
                mendigo, tu, rajoy y hasta bob esponja somos todos «postmarxistas», en el sentido de que somos posteriores a la muerte de marx. No conozco otro sentido del término «postmarxista» y de hecho creo que es la primera vez que lo veo.
                Por supuesto, será mi ignorancia, pero en ese caso te agradecería que me iluminaras, como trato de hacer yo cuando comento algo. Porque también puede ser que el problema no sea mi ignorancia, sino la puta manía que tienes tu y otros del «pensamiento líquido» término que también aprendí por aquí) de arreglarlo todo con poesía: usais bonitas palabras (para vuestro gusto) que creeis que «funcionan bien» para la ocasión, pero que no tienen nada detrás. Son términos zombies que no significan nada. Resumiendo, que combatís los conceptos que no os gustan con simple palabrería. Es (huelga decirlo) mi opinión, pero es que me encantaría que, no ya me demostraras que no es así, sino que al menos lo intentaras, porque te aseguro que es muy decepcionante estar aportándote una opinión (insisto, equivocada o no) y que no me contestes a los argumentos ni aportes otros distintos, sino que te limites a descalificar ad personam. Da la sensación de que me desprecias como interlocutor o que tu mismo no eres un interlocutor válido; cualquiera de las dos posibilidades es muy decepcionante.

                «Uno es doctrinario y el otro anarquista», dices. Esto es una incomprensión MUY profunda de lo que se está diciendo. Doctrinario es quien no analiza el asunto en discusión, porque a todos los asuntos y en todas las circunstancias aplica «el dogma». Se puede ser anarquista doctrinario (hay muchos)Lo contrario de doctrinario no es anarquista, sino más bien crítico, científico, o analista, o algo así… De hecho, desde mi humilde punto de vista, «marxismo» significa, sobre todo, un método, y precisamente un método crítico = antidoctrinario. Por eso, desde mi punto de vista, el stalinismo es ANTImarxista porque es ANTIcrítica.
                Pero lo malo no es que tengas una incomprensión muy profunda, sino que me da la impresión de que te da igual, que piensas que no necesitas profundizar en las consecuencias y en la base de lo que dices.
                Precisamente todos tus comentarios hacia mí y hacia el marxismo, son DOCTRINARIOS DE LIBRO: acusas, descalificas, insultas, sin aportar un puto argumento. Te basas sólo el TUS PREJUICIOS: «el que no es pacifista, o mantiene que un piquete tiene obligación de procurar que triunfe la huelga por todos los medios a su alcance, o mantiene que una vez convocada una huelga es imprescindible la unidad, es un estalinista». Bueno, pues eso no es cierto, y no voy a intentar demostrártelo porque eres tu quien para acusarme de estalinista deberías demostrarlo, o intentarlo al menos.
                Por otro lado, al doctrinario (no a mí) le gusta descalificar aquellas discusiones en las que no quiere o no puede entrar, por supuesto SIN ARGUMENTAR EN ABSOLUTO. Al menos, eso entiendo yo cuando llamas «platónica» a la discusión sobre la teoría del valor (siendo Platón un gran -no el único- idealista es curioso que lo compares con Marx, un gran -no el único- materialista, que es lo contrario de idealista). Resulta que la teoría del valor, una teoría del valor,se haga explícita o no (que es lo habitual en la economía convencional), es la base de la teoría económica y, por ello, de la explicación de la economía capitalista. ¿Tú te crees que puedes despreciar así el conocimiento de los fenómenos de la economía sobre bases científicas? Puedes criticar lo que aportamos (por supuesto), pero despreciarnos por aportar a esa discusión te califica a tí mismo.

                Resumiendo, que aunque os lo hayan grabado a fuego en el cerebro, iros quitando de la cabeza que podéis insultar (doctrinario, estalinista, intolerante y parecidos) a todo el que mencione ciertos términos que os han convencido de que son tabú (dictadura del proletariado, clase obrera, lucha de clases, etc etc). No vale decir «¡ha dicho lucha de clases!» como los niños cuando dicen «ha dicho culo!». Hay que ARGUMENTAR.

                Pero en esta ocasión sí has incluido argumentos (se agradece). Vamos a ello:
                He reconocido un «inicio» de crítica al marxismo como método de análisis: dices

                «vemos superado el análisis marxista porque desde el S.XIX el mundo ha cambiado, el concepto derecha-izquierda ha sido alterado, los instrumentos de lucha –como la huelga- han perdido su eficacia e incluso su sentido, y los conceptos trabajo, valor y clase social son otros»

                Algo es algo. Pero cuando venía lo más interesante no sigues para explicarnos lo importante de eso que solo insinuas:
                a) en qué aspectos concretos y RELEVANTES a nuestra cuestión ha cambiado el mundo y, sobre todo, CÓMO afectan esos cambios al análisis, las causas, las conclusiones, las líneas de acción
                b) cómo (y, sobre todo, con qué consecuencias) se ha alterado el concepto izquierda-derecha
                c) porqué y en qué sentido han perdido su eficacia los «intrumentos de lucha» y, lo más importante: ¿hay otros mejores?
                d) cuáles son ahora los conceptos trabajo, valor y clase social.
                A esto exactamente me refiero: no argumentas, no discutes, no analizas. Sólo «echas» palabras. ¿A donde quieres llegar con todo eso que dices? ¿Donde hay un solo argumento que no sea una simple aseveración tuya? ¿Donde apoyas tus puntos de vistas, en qué datos, en qué alternativas teóricas?. Nos ha jodido el fino análisis que consiste sólo en decir «el mundo ha cambiado desde el s.XIX». ¡Tócate los cojones! ¿Y de verdad te crees que los marxistas no lo hemos notado? ¡Ahora hay iPhone!

                También nos aportas unas citas. Se agradece, aunque lo de argumentar lo buenos que son «tus» autores y lo «mindundis» que son los citados por los demás es típicamente doctrinario. Lo de citar está muy bien para ahorrar palabras, pero un crítico, un no-dogmático (un marxista) no queda paralizado por una cita, que siempre es discutible (¡todo es discutible, hasta que la asamblea decide, claro, a partir de ahi hay que disciplinarse democráticamente -aunque se siga discutiendo).
                El Sr. Benjamín critica los vicios de la política de izquierdas y, la verdad, incluso podría estar de acuerdo. Pero es que eso no me vale para nada prque la política de izquierdas es sólo una herramienta. La política de izquierdas es un método para pasar de un mundo que la teoría de izquierdas analiza y encuentra basada en la explotación, a otro en el que no exista explotación. Que la política de izquierdas no es chachi piruli me dice muy poco, a mi y a todos los que creemos (por el análisis, no por la doctrina) que es necesario cambiar el mundo, porque para eso necesitamos una herramienta, un método, una política. De izquierdas, por supuesto. Y si no nos gusta la política de izquierdas que tenemos, tendremos que pensar en otra, pero que este señor me diga que la politica de izquierdas no le pone me suda la polla! ¿Te das cuanta de lo que estamos hablando? Me estás trayendo una cita que, si no añades más, algo constructivo, algo positivo, nos está diciendo: «no entro a discutir si hay explotación, si hay injusticia, si hay barbarie en nuestro mundo; solo digo que los que quieren cambiarlo tienen 3 confianzas ciegas» Bueno, pues sea eso verdad o no, no me sirve para nada, y a falta de otra «política de izquierda» seguiré apelando a la existente porque ESTE MUNDO NO PUEDE SEGUIR ASÍ: HAY QUE CAMBIARLO. Eso sí, te prometo que a partir de hoy nunca más tendré ninguna confianza ciega.

                Conste que, aunque me irrita profundamente tu actitud hacia mí, hacia lo que digo (me irrita TU ACTITUD de desprecio, no que opines lo que quieras), sigo siendo consciente de que tu estás del mismo lado que yo, y no n el lado contrario.

                Y por último sobre tu cita de Marx, hay mil citas sobre el «materialismo histórico» como la que citas acertadamente, pero a los que como tu acusais a marx de tener una concepción mecanicista de la historia hay que recordaros que no consiste en eso. El materialismo histórico no niega que haya iniciativa y elección en la conducta humana; niega que se produzca en el vacio, sin condicionantes sociales y mantiene que esos condicionantes determinan, porque limitan, dirigen condicionan las elecciones, las iniciativas que se pueden tomar y que se toman, y poco a poco incluso la visión del mundo, y hasta los gustos, las creencias, las esperanzas más íntimas. Pero en ningún caso como un proceso mecánico.
                Es el economista vulgar (convencional, ortodoxo) el que trata al hombre como homo economicus, robotizado y predecible absolutamente en sus «decisiones» propias de una supercomputadora.

                salud

                Comentarios por escaiguolquer — 29 marzo 2012 @ 11:13 | Responder

                • Pero. ¿tú no defendías la huelga? Vaya forma de dar ejemplo, aquí trabajando duro… como te vean los piquetes… 😀

                  Comentarios por Josep — 29 marzo 2012 @ 11:31 | Responder

                  • cierto, pero esto es por gusto… espero que me sirva como atenuante

                    Comentarios por escaiguolquer — 29 marzo 2012 @ 16:09 | Responder

    • Pero Paulo, si ya sé que no he inventado la sopa de ajo. Lo que digo es vergonzosamente evidente, pero coño, como nadie lo propone, quería hacerlo yo desde mi modestísima posición (no me hace caso ni mi gata, bueno, esa menos que nadie).

      Lo de los detalles, sin embargo, no estoy de acuerdo con que me lo recrimines. No he querido entrar en detalles de cómo podría ser el plan de acción, porque es absolutamente prematuro. Ni tan siquiera sabemos con qué fuerzas contamos!!! Eso es lo de menos, lo importante es la voluntad de plantear batalla. Si la hay, al menos por una parte de los trabajadores, entonces habrá que analizar de qué formas se puede hacer más daño al rival sufriendo el mínimo desgaste. Este trabajo, técnico, habrá de ser una obra colaborativa entre personas que conozcan los diferentes sectores económicos. Yo podría ayudar, pero en modo alguno esperes que salga de mi genial cabeza un plan completo porque excede con mucho mis conocimientos y capacidades (y probablemente de cualquiera, como digo tendrá que ser fruto de la inteligencia colectiva, no hay nadie que sepa de todos los sectores económicos).

      1) totalmente de acuerdo, mucho y MUY BIEN fragmentada. Hay amplias capas de la población que comparten (de forma más o menos real) los intereses de la burguesía (capitalismo popular). Han hecho muy bien su trabajo. De hecho su fallo es estar castigando a este sector de la población que siempre les ha sido fiel.
      2) No sólo se va a la guerra por desesperación. De hecho, en la historia podemos ver que los pueblos y clases que viven en la absoluta postración no tienen fuerzas físicas ni morales para presentar batalla. En el caso de una huelga, la tendrán que hacer quienes tienen trabajo legal, y estos no son, desde luego, los que están en peor situación.
      3) valores. Hay que llegar a la sociedad con otros valores. Durante los últimos 30 años la izquierda se ha sentado en la butaca esperando que la ciudadanía llegase a ella, en vez de ella ir al encuentro de la ciudadanía. Hay que transmitir el mensaje, hay que promover otros valores. Sin embargo, el capital tiene los medios para dictar la música y la letra del discurso, es muy dificil. Pues habrá que trabajar con más ahínco.

      En cuanto a personas con calidad ética…las hay, lo que pasa es que los partidos políticos, también las organizaciones de izquierda, están diseñados para que sean los más viles los que medren. A un puesto no se llega por méritos intelectuales, académicos o profesionales, sino por características como la fidelidad perruna y la habilidad tejiendo redes de confianza-dependencia-clientelismo.

      Si creamos una máquina que selecciones a los más lameculos y bocazas, luego no podemos sorprendernos que los que estén ahí sean unos bocazas y lameculos.

      Comentarios por Mendigo — 7 marzo 2012 @ 0:54 | Responder

      • Deduzco que estás prácticamente de acuerdo conmigo… Quienes hayan estado en sindicatos «auténticos» o en partidos «revolucionarios» sabéis lo difícil que es desarrollar estos movimientos de cambio y que perduren en el tiempo (ganar batallas no es ganar una guerra). Quienes hayan vivido, incluso en SIMPLES enfrentamientos trabajadores-patronal en una empresa grande, en los que las reivindicaciones y metas son muy claras y sencillas… la disparidad de criterios, la compra de voluntades, la fragmentación del «enemigo», los distintos niveles de miedo, etc. etc. complican la probabilidad de éxito enormemente… en asuntos socioeconómicos genéricos el «reto» parece titánico…
        Para mi, hay dos niveles claramente diferenciados: bastantes personas (1 millón de adultos españoles) pueden despotricar (oral o por escrito) contra algunos aspectos de este Sistema pero cuando hay que «ir a la ACCION con TODAS sus consecuencias» nos quedamos en 10.000, dispersos por todo el país (200 por provincia, vilipendiados por los medios de manipulación de masas como «AntiSistema») (y ni siquiera con ideas homogéneas) Es cierto, que si se cosecharan éxitos, bastantes más se apuntarían… (por eso es fundamental para el Poder controlar la «masa crítica» y evitar la «reacción en cadena».
        No te pido «un plan completo», supongo que ya está escrito en cientos de artículos, libros, etc. de la «izquierda revolucionaria» porque miles de personas han dedicado su vida a la misma cuestión en los últimos 150 años (aunque, pienso que los esquemas antiguos sirven poco porque el Sistema ha cambiado mucho en ese tiempo).
        Hay un hecho sociológico «curioso»: precisamente los que peor están, los parados (que «parece ser», son millones) ( y a cierta edad, sin casi esperanzas) nunca han «plantado cara». No tienen la fuerza de la huelga pero «no tienen nada que perder» y tienen la fuerza como ciudadanos de pleno derecho (por ejemplo, exigirle al Estado, ya que se ha apoderado de territorios y sus riquezas, la parte alícuota que les corresponde -si esto se cumpliera, por ejemplo, un guineano debería recibir del Estado miles de euros al año de los ingresos nacionales del petróleo- No olvidemos que es ¡¡ OBLIGACION constitucional que el Estado proporcione los medios para poder tener una vida digna !! y si el Estado no es capaz ¡ Que devuelva todo lo que se ha apoderado por ley !
        Una vía interesante, poco explorada y que no separa gente con trabajo y sin trabajo, es la desobediencia civil.
        Puede haber bastante gente que se ha vuelto inactiva (entre los que me incluyo) no porque acepten el Sistema, sino porque no encuentran un numero suficiente de gente «seria» para empezar a luchar para obtener cambios realmente profundos…
        Animo, ánimo ¿ Pero cómo ?

        Comentarios por Paulo — 7 marzo 2012 @ 20:54 | Responder

        • Una idea, por si te sirve:
          Dices (y me parece bien) «que [el Estado] devuelva todo lo que se ha apoderado por ley!». Esto hace surgir otra pregunta inmediatamente: «que se lo devuelva ¿a quién?¿quién se hará cargo de eso?»
          Como esa pregunta genera más inquietud que respuestas, creo que hay otra alternativa mejor a tu propuesta: «apoderemonos del Estado y, a través de él, apoderémonos de todo lo que cuatro sinvergüenzas se han apoderado para disfrutarlo ellos».
          A mí me parece el mejor camino, pero por supuesto que el debate afinará la estrategia. (Por cierto, desgraciadamente, no podremos apoderarnos del Estado sólo con desobediencia civil: harán falta políticas activas)

          salud

          Comentarios por escaiguolquer — 26 marzo 2012 @ 14:04 | Responder

  7. No comprar a multinacionales, romper tarjetas de crédito, sacar el dinero del banco, y por supuesto no votar. Pequeño empresario hasta los cojones de sindicatos, oligarcas, banqueros y políticos.
    Donde más duele es en el consumo, si hacéis un consumo inteligente y restringido, ganaréis la partida.U/S.

    Comentarios por Rsoros — 4 marzo 2012 @ 23:18 | Responder

    • para nada, tío. Te has colao.
      Nos hablas en segunda persona («ganaréis») y eso ya lo dice todo: no eres de los nuestros, o al menos tú lo consideras así (y a mi me basta). Estamos hablando de nuestra guerra por la supervivencia contra el capital, y tu vienes aquí a hacer promoción de tu cuenta de resultados… pffff Nos traes un discurso tan retrógrado, tan nostálgico, tan antiprogresista…. Es indistinguible de «con Franco estábamos mejor». Había menos multinacionales, cero tarjetas de crédito, menos bancarización del dinero, y lo de votar nada. Sindicatos y políticos no pintaban nada, y de todo lo que nos lloras sólo había oligarcas y banqueros (y más previsibles que los actuales).
      Que nadie se equivoque de trinchera!

      No somos consumidores capaos. Botín es un consumidor de verdad. Yo no, a su lao soy tan mendigo como todos los de este blog. En cambio, somos productores de todo lo que se produce. Ahí Botín NO ES NADIE.

      Comentarios por escaiguolquer — 5 marzo 2012 @ 0:27 | Responder

  8. Por principio de conocimiento de la realidad efectiva: dos cositas distintas a tener en cuenta.
    A saber: Comunicación y Táctica.
    La estrategia no tiene ningún fallo genérico teórico (sólo la puesta en práctica). La táctica no es la estrategia.
    No me refiero a la comunicación como desplazamiento de mercancías, bienes o suministros. Me refiero al «trato, correspondencia entre dos o más personas y transmisión de señales mediante un código común al emisor y al receptor».
    Como bien analizas: transporte (que está en gran medida en manos de pequeñas empresas subcontratadas y autónomos), suministros energéticos (si no aislados, fuertemente custodiados) y bienes de subsistencia (que son los bienes «de consumo» de primera necesidad y que revierte en los propios grupos de movilización).
    Analiza en mayor detalle una acción invasiva: control de las comunicaciones, control de los estados «habituales» de actividad (movilidad, abastecimientos, …), suplantación de la autoridad asumida por la población …. se «suplantan» cosas que la población cree que tiene en derecho y propiedad (más allá de que sean reales esas libertades).
    El miedo a «lo diferente» es de tal magnitud que produce contestaciones casi incontroladas y fuera de toda lógica.
    La preparación de todo ello lleva tiempo (más allá que parezca que apareció de la noche a la mañana) y mucha conciencia del colectivo con objetivos comunes. 40+30 años de no pensar da mucho de sí.
    Tiene que existir un proyecto ilusionante (con lo cual primero tiene que aparecer como ilusionante para el colectivo) que induzca (o se le provoque) a una acción para conseguirlo.

    Hay que salvar unas décadas de desmovilización estudiantil primero (que ya parece que empieza a cambiarse), una llamada a la actividad social de los desempleados (que bastantes hay en el mercado negro en realidad y del que se siguen aprovechando parte los empresarios) y pensionistas y rematar con las paralizaciones del sistema productivo.

    Pero vuelvo a advertir sobre las características de las actividades productivas españolas: pequeña y mediana empresas con organización socio-sindical escasa.

    Lo de anular el consumo externo por voluntad de la ciudadanía ni lo veo ni me parece factible: en caso de las distintas paralizaciones ocurre por sí solo.

    Lo realmente importante es el principio: LA COMUNICACIÓN (y por internet no es igual que por los altavoces mediáticos, en todo caso sirve para encender focos de información)
    Una sola e ínfima pincelada de lo que ocurre: http://www.contralaapatia.org/2012/03/04/sin-descanso/

    En la práctica, siempre se intenta ver el día después de cada acción (con distintos escenarios posibles) y se intenta saber si son asumibles y qué estado de convicción del proyecto quedaría tras día después.

    (por cierto, es preferible a la entrada de los aeropuertos … en las pistas podría ser sedición)

    Comentarios por pedro — 5 marzo 2012 @ 1:52 | Responder

    • Mi madriña, Pedro! Estaba esperando tu respuesta, pero me has dado dos docenas de ellas, sólo tocándolas ligeramente.

      La táctica no es estrategia, como nos enseñó Benedetti. Bien cierto.

      Transporte (de mercancías): cada vez quedan menos autónomos y pequeñas empresas, las grandes de logística les están echando fuera. Quizá el problema sea otro: muchos conductores son ahora extranjeros, sobre todo en las líneas internacionales, con muy poca gana de meterse en problemas. Habrá de todo, por supuesto.

      Los suministros energéticos, tanto eléctricos como de hidrocarburos, distan mucho de ser intocables. Las refinerías son procesos contínuos, que si falta personal tienen que parar (por ley, problemas de seguridad). Pueden poner el ejército para que no quememos una refinería, pero si los trabajadores no van… Y ya ni te cuento una central térmica o nuclear. Como tengas que parar una nuclear las pérdidas son demenciales (se contamina el combustible y se tardan días en volverla a poner en marcha). Igualmente, la distribución, especialmente en el caso de hidrocarburos, también cuenta con muchísima mano de obra y, por lo tanto, es extremadamente sensible a una huelga.

      Y ya no quiero ser malo y hablar de sabotajes en las líneas de alta tensión o en las grandes arterias de fibra óptica de RENFE. Extremadamente sencillas de realizar. Si no hay personal que las repare, sin suministro eléctrico tiene que parar prácticamente todo el país.

      Sí que tienes mucha razón en una cosa: ¿Cómo reaccionaría buena parte del país ante un conflicto así? ¿De qué lado se pondrían? Quizá parte de la ciudadanía pidiera un estado de excepción… Tema muy a tener en cuenta (no puedes ganar una revolución contra la propia gente).

      Sobre el delito de sedición en cuanto a una sentada en los aeropuertos, la ley es lo suficientemente ambigua para que pueda ser de aplicación o no, en función del arbitrio y las presiones del juez (que pertenece a una clase social muy determinada). Que sea en las puertas de entrada o en las pistas no cambia absolutamente nada.

      Si quieres seguir comentándonos cosas, creo que tenías algunas ideas de cómo podría llevarse a cabo acciones efectivas.

      Comentarios por Mendigo — 7 marzo 2012 @ 1:17 | Responder

      • No, Mendi, no. No se trata de dar la respuesta correcta sino de buscarle las fallas para cerrarlas.
        El Transporte no está en manos de grandes multinacionales (el negocio sí) de hecho esa es una de las graves situaciones del sector. No es un sector homogéneo y, de hecho, dichos trabajadores se sienten su propio empresario (es por tanto la vía de captación de empresarios menores la idónea: recuerda las huelgas patronales del transporte por la subida de carburantes). Lo que siempre será es servicio básico (nosotros siempre hemos dicho que una huelga del transporte es una huelga general).
        Los suministros energéticos … no creas que es tan fácil. Y eso que ya tienen unos niveles de subcontratación que dan miedo, con lo cual es la llegada de los trabajadores a su destino lo más factible (para la parte del sabotajes empiezan a hacer falta maquinas no muy flexibles y saltarse algún que otro control y un conocimiento de detalles importante, absoluta colaboración)
        Las acciones efectivas son aquellas en las que participa el mayor número de personas posible (no por los actos en sí, sino por el apoyo social y por tanto la continuidad).
        Sedición o no, es más efectiva la incomunicación aérea física por «sitio» que por invasión.
        Y es así. Como lo planteas: comunicaciones, transportes, suministros energéticos …. y sacar a la gente a realizar su actividad fuera del sistema productivo-económico controlado. Al tiempo que impides la actividad económica planteas la alternativa como muestra de control del sistema productivo.
        No hay que enseñar a nadie cómo «hacer» su trabajo, sino darle «la cobertura» necesaria y suficiente.
        Hay que convencer de que es necesario y hacer perder el miedo. Pero lo más importante es señalar claramente el objetivo y hacer que se comparta.

        Comentarios por pedro — 7 marzo 2012 @ 1:53 | Responder

        • ¿Pero cuál es el objetivo? La negociación que plantean las dos grandes centrales?

          UGT y CCOO están asumiendo la retórica neoliberal de que para crecer hay que reducir los salarios, y sólo tratan de reducir la intensidad de este ajuste. Si aceptas las premisas del enemigo, ya has perdido!

          Por favor, que me expliquen entonces cómo los países del Norte, con mayores salarios, una fiscalidad mucho más dura sobre las rentas del capital y las grandes fortunas y un Estado del Bienestar mucho más desarrollado…cómo es que no están quebradísimos. Es más, cómo estos países, con una sociedad mucho más cohesionada e igualitaria, han resistido mejor la crisis y ahora presentan tasas de crecimiento positivas, mientras que para los que adoptaron el modelo burgués estamos acorralados por los mercados.

          Hay que establecer un objetivo claro, que no se ha hecho. Y prometer que se irá a por él hasta conseguirlo. Si no, para no conseguir nada, normal que la gente no se quiera arriesgar y vaya a trabajar ese día. Se está mandando a la tropa a una carnicería por no avanzar ni un metro la línea del frente. Las cúpulas de los sindicatos están actuando como los generales ineptos de la 1GM, que mandaban tropas y tropas al matadero. Por la patria! Por la clase obrera! No existe ni un átomo de inteligencia en la concepción o dirección de esta huelga. Se está haciendo como quien saca a pasear a los santos de la parroquia, porque siempre se ha hecho así, es la costumbre.

          No es que no sean capaces de pensar un verdadero plan de combate que conduzca a la victoria. Es que ni tan siquiera se lo plantean. Al fin y al cabo, el alto mando nunca arriesga su pellejo…

          Comentarios por Mendigo — 15 marzo 2012 @ 1:41 | Responder

          • Una respuesta corta para análisis. (por favor análisis no confrontación que ahora mismo no tengo tiempo … os lo leo todo pero … es que nos están cerrando):
            Los sindicatos tienen un sentido, significado y misión … hasta desde el punto de vista marxista. No son partidos políticos … pueden ser «sociopolíticos de clase» pero no son movimientos políticos puros. Repasad otra vez las cartas de Lenin e iniciáis de nuevo el debate. La «fuerza del trabajo» (como se dice por aquí: dentro del sistema neoliberal o capitalista o del pragmatismo) tiene una realidad que hay que analizar antes de proponer el cambio; y después hay que buscar cómo se transforma de lo que hay a lo que queremos. Sin «saber» lo que «hay» (hasta el nivel sociológico y cultural) y sin saber con exactitud lo que «tiene que haber» difícilmente se puede plantear la transformación. El saber que «esto no me gusta» es el primer paso, pero no es la solución. Y, como decía Anguita: … «no se puede gobernar para todos, …. habrá que gobernar contra algunos».

            Comentarios por pedro — 15 marzo 2012 @ 11:31 | Responder

          • Y un apunte rápido: http://www.nodo50.org/cubasigloXXI/congreso08/conf4_puigs.pdf

            Y Gramsci: Para Gramsci el partido no es la clase y, precisamente por ello, la potencialidad de los Consejos de fábrica deriva de que pueden constituir el órgano unificador de la clase en el lugar de la producción, superando la escisión productor/ciudadano sobre la que la burguesía reproduce dominación. Sin embargo, frente a interpretaciones simplistas, que han pretendido que en esta etapa Gramsci subestima la función de partidos y sindicatos obreros, existe una sólida fundamentación científica para considerar que Gramsci les atribuía una función de orientación política y elaboración teórica (partidos) y de educación proletaria (sindicatos) de gran relieve. En ese sentido concepción gramsciana de la respectiva función de Consejos, partidos y sindicatos queda claramente delimitada finalizar el artículo publicado en L’Ordine Nuovo de 2 de Diciembre de 1919: «El Consejo, formación histórica de la sociedad, determinado por la necesidad de domina el aparato productivo, formación nacida de la conquista de la autoconciencia de los productores. El sindicato y partido, asociaciones voluntarias, instrumentos de propulsión del proceso revolucionario, agentes y gerentes de la revolución. El sindicato que coordina las fuerzas productivas e imprime al aparato industrial la forma comunista; Partido Socialista, modelo viviente y dinámico de una convivencia social que hace adherir la disciplina a la libertad y administra al espíritu humano toda la energía y entusiasmo de que es capaz». (http://www.wenceslaoroces.org/arc/laso/articulos/bas/6.htm)

            Y Lenin: El Estado y la Revolución (http://www.bvsst.org.ve/documentos/pnf/el_estado_y_%20revolucion.pdf)

            Comentarios por pedro — 15 marzo 2012 @ 22:24 | Responder

            • Hostia, se me había pasado tu comentario. Juder, con semejante andanada de información, me siento cohibido hasta de responder nada. Sólo he podido repasar por encima los enlaces…

              Muchas gracias, tronk, y mucha mucha suerte con el curro.

              Un fuerte abrazo!!!!

              Comentarios por Mendigo — 27 marzo 2012 @ 1:07 | Responder

  9. Buenas Mendi. Waterloo, Napoleón, esrategias militares… muy acertada introducción al tema. Ya esperaba tu reacción tras la fase depresiva en que parecías haber entrado después de tanto revés. Así me gusta, con renovado ánimo de batalla. Pero no hay nada nuevo, y no es un reproche, nadie sabe la estrategia, vamos, es que nisiquiera nadie sabe con que tropas se puede contar para esa batalla.
    Eso de irse dos siglos atrás está bien, pero ya puestos, déjame ir unos milenios más allá, hasta la extinción de los mamuts. Recuerdo un libro de historia natural con una magnífica ilustración de una escena en que un mamut atrapado en una ciénaga era abatido por las lanzas de la nueva especie dominante. Con estrategia aquellos humanos llevaron a esas impresionantes bestias hacia la trampa. Fue y sigue siendo la clave del éxito. Estrategia como la que usó Wellington para cazar al gran emperador. Estrategia como la que usa el sistema capitalista para atraer a la trampa a todo sistema alternativo.
    ¿Dónde está nuestra estrategia de defensa? No existe.
    Me puedo equivocar, pero creo que no existe porque antes debe existir un análisis correcto de la realidad. En tu opinión y en los comentarios veo como predominante el análisis marxista. Francamente, os veo como mamuts atrapados en un barrizal de marxismo.
    Ya sé que es muy pobre decir que estais equivocados y no aportar una visión alternativa, pero lo siento, no sé la solución. Pero estais desenfocados, hablais en términos de confrontación con un enemigo que no existe tal como lo representais. El capital no busca comerse a los trabajadores, no es un monstruo deseoso de aniquilar a las clases humildes. Cuando el capital prospera no lo hace como el vencedor en un campo de batalla. Al contrario, lo hace creando puestos de trabajo. No hay lucha entre opuestos sino una relación de colaboración necesaria. El problema actual es que en esa relación se está produciendo un desequilibrio exagerado entre el beneficio de unos y otros. Y que ambas partes tienen planteamientos desactualizados y con malas perspectivas. Y esos deberían ser los puntos de partida del análisis previo a la estrategia.

    No recuerdo quien lo dijo, pero me parece el mejor resumen:

    Lo viejo muere, lo nuevo está por nacer.

    Comentarios por Josep — 5 marzo 2012 @ 2:28 | Responder

    • Nas Josep, y perdona por el retraso en contestar.

      Cierto que el capital no busca devorar trabajadores: busca maximizar su tasa de beneficio. La cuestión es que, para ello, tiene que explotar a los trabajadores.

      Ciertamente, de esta forma está haciéndose a sí mismo daño porque está cerrando su mercado. Pero esto sólo es parcialmente verdad, ya que la globalización ha descubierto enormes mercados, con lo que el obrero occidental ha perdido valor en cuanto consumidor. Ahora es prescindible, y menos peligroso toda vez caída la URSS. Para las grandes empresas que cotizan en el IBEX, esta reforma laboral, las vueltas de tuerca, son verdadero maná caído del cielo (wind profit) que va a permitir engrosar su cuenta de resultados.

      Ya ves que, por ejemplo, Telefónica no planea crecer creando puestos de trabajo, como dices, sino suprimiéndolos por miles. Y en esas están todas las empresas. Crees que Telefónica tiene un planteamiento desactualizado y mala perspectiva¿? Más bien, me parece que está muy bien dirigida para conseguir el máximo lucro.

      Insisto, ya me gustaría que la clase obrera, que los sindicatos, estuvieran tan bien dirigidos como Telefónica, Repsol, BBVA…que defendieran tan bien nuestros intereses como estas compañías defienden a sus accionistas.

      Comentarios por Mendigo — 13 marzo 2012 @ 21:19 | Responder

      • Eso son teorías del «subconsumo», más viejas que el marxismo, pero persistentes, muy persistentes. Son hermanas del viejo «reformismo» (tergiversación antimarxista del marxismo) y del «keynesianismo», y base de toda la teoría socialdemócrata: precisamente es lo que explica el estrepitoso fracaso de la socialdemocracia en todos los frentes: lo erróneo de su base.
        Se ha demostrado por activa y por pasiva su falsedad, en lo teórico y en lo empírico, pero da igual: persisten.
        Y precisamente ahora me estoy leyendo este articulito que lo explica muy bien. Imprescindible, de verdad que vale la pena.

        Comentarios por escaiguolquer — 14 marzo 2012 @ 10:17 | Responder

        • Pasmado me quedo. ¿Puede haber algo más «estrepitosamente fracasado» que el marxismo?

          Comentarios por Josep — 14 marzo 2012 @ 23:59 | Responder

          • No sé de qué marxismo hablas (me pregunto si tu lo sabes)
            habida cuenta que el marxismo es un método de análisis de la sociedad capitalista, y que hasta la fecha es la explicación que mejor funciona, no veo donde está el fracaso. De hecho, son las explicaciones liberales y las progres-socialdemócratas las que fracasan continuamente en su explicación y en sus previsiones.
            Seguramente te estás confundiendo con las experiencias soviéticas y similares. Su fracaso hay que estudiarlo, explicarlo y matizarlo. Pero en todo caso no deberíamos equivocar unas cosas y otras.

            No quiero enfurecer a nadie con mi crítica a la socialdemocracia, pero solo desde esa furia se puede explicar este tipo de reacción confundiendo el análisis marxista de nuestra sociedad con el «fracaso» soviético.
            Y además, esa furia me indica que toco zona sensible. Probablemente porque en el fondo sabes que tengo razón.

            abrazos buenrrollistas

            Comentarios por escaiguolquer — 15 marzo 2012 @ 10:37 | Responder

            • ¿Furia? ¿experiencias soviéticas? ¿socialdemocracia? ¿? ¿?
              Dices que no sabes de qué hablo y a continuación te lo inventas para poderte responder a ti mismo. Eso en psiquiatria tiene un nombre.
              En algún comentario anterior recibí tus descalificaciones personales gratuitas y opté por el silencio. Te comenté el exceso de soberbia y lo aceptaste, aunque no veo el control que dijiste intentar. Tu norma cuando te diriges a mi es decir que no sé de lo que hablo, con lo cual me descalificas a mi pero también a ti mismo, pues conviertes en absurdo todo lo que me cuentas después ¿para qué pierdes el tiempo con alguien que no entiende nada? Quizá yo no sé de qué hablo, pero desde luego tú aún no sabes hablar, y menos escuchar.
              Sin embargo es indiscutible que imaginación no te falta, pues te animas tú solo hasta fantasear con que «me tocas zonas sensibles». Quizá por educación debería hacer como que me excito con tus tocamientos y acompañarte en tu paja mental… pero lo siento, más bien me da la risa. Pero tú tranquilo, puedes seguir intentándolo, pues ya sabes que «yo sé que en el fondo tienes razón». Pues ánimo, a ver si llegas a ese fondo, porque de momento la cosa se queda «muy corta».

              Comentarios por Josep — 16 marzo 2012 @ 1:00 | Responder

              • bueno, pues visto que me he equivocado completamente, y que en absoluto provoco la más mínima furia en tus comentarios, te pido disculpas.
                aunque he de reconocer que efectivamente seré yo el que no se de qué hablas, porque en tu no-furioso comentario no veo qué me quieres decir, aparte de que hago descalificaciones personales gratuitas debido a algún síndrome identificado por la siquiatría (aunque me quedo sin saber cual).

                Yo me empeño en citar concretamente cuando opino sobre algo o alguien, por lo que me extraña que haya alguna descalificación que sea «personal» y «gratuita», y no obstante te agradecería que (como trato de hacer yo siempre, insisto) me señalaras cual o cuales son concretamente esas descalificaciones. He releido mi comentario, y creo que argumento todo lo que digo: como creo que estas confundiendo marxismo con alguna otra cosa que no lo es, pues te lo digo Y TE LO ARGUMENTO.
                Puedes estar de acuerdo o no, faltaría más, pero no decirme que hago descalificaciones ni personales ni gratuitas.

                de nuevo, abrazos sinceros. Paz, tío

                Comentarios por escaiguolquer — 16 marzo 2012 @ 12:07 | Responder

  10. Joder mendi vaya post te has currado. Muy bueno. Veo o que viste el documental del Tal Sharp o bien has leído su libro, O bien estás de un moscatel de los gordos.
    Pero aunque estoy de acuerdo en las formas, en los porques y en las medidas a exigir. Sigo viendo en tus propuestas están dirigidas para seguir creciendo para seguir manteniendo un sistema que se basa en el crecimiento más ordenado y mejor distribuido con tus objetivos pero crecimiento al fin y al cabo.

    Como ya he comentado otras veces, yo considero crecer imposible, y totalmente nocivo a largo plazo. Estamos desde mi punto de vista en una espiral decrecentista. Por lo tanto si no es posible crecer, es más, si es perjudicial crecer estas medidas aunque interesantes no solucionan.

    En la fase en la que nos encotramos yo considero más importante explicar la situación real de pobreza, la imposibilidad de crecer y sobre todo lo que conlleva y hacia donde nos lleva y es a una vida con un 20% de energía actual y con la máxima integración con el medio para vivir, todo el rollo de permacultura y derivados. Ya se que suena a comeflores pero es como lo veo y me importa un cojón que te descojones jejeje.

    Como se consigue eso?. No lo se. Ciertamente no lo se.
    Está claro que nacionalizando todo lo primero, desde el suelo, agua a lo que tambien comentas, banca, energía, transporte y telecomunicaciones. Mantener esto será lo que más nos cueste. Con el agua empezamos a tener un gran problema por ejemplo.

    Repensando todo el sistema de bienestar. No vamos a poder consumir nada de ocio directamente, y veremos cuanto podremos consumir de sanidad(Debido al cambio climático empezamos a tener enfermedades tropicales) y de educación, esta claro que estos dos tendrán que transformarse a saco junto con el transporte base de nuestra sociedad.
    A nivel político tendremos que descentralizar aun más ya que los problemas se deberán solucionar a nivel local y deberá ser la gente quien se encargue de crear y de mantener su sociedad.
    Se va a tener que redistribuir a la gente por todo el pais y formarla para un montón de cosas que se van a tener que volver a hacer a mano.

    Si ya se que suena asqueroso pero es como yo lo veo. Tenemos un gran problema a medio largo plazo pero que se ha de actuar ya, nosotros seguimos pensando que esto se puede arreglar redistribuyendo el capital. Es cierto que se mejoraría, pero el problema es que seguiría siendo el mismo sistema. Ha empezado una guerra entre los que tienen y los que no tienen por tener. Pero el problema es que ya no hay donde mamar.

    Un saludo

    Comentarios por Karkos — 5 marzo 2012 @ 11:19 | Responder

    • Suprimiendo el interés. La tasa de beneficio en una parte del mundo supone la consiguiente tasa de perdidas en otro lugar, y todo el mundo busca una tasa de beneficio. Es una locura en la que no solemos reparar porque el principio y el fin del del capitalismo es ese, es su valor. La legislación está fabricada para promover y premiar eso. Cámbiese el valor y cambia el mundo. No en un plis plas claro; estas crisis se resuelven en muchas décadas. Creo que esto te podría interesar:
      http://www.berndsenf.de/

      Comentarios por HugoMM — 6 marzo 2012 @ 14:02 | Responder

      • Pues bastante de acuerdo con el interés 0. Porqune eso eliminaría las rentas financieras y se acabó el juego, eliminando el beneficio del capital y el crecimiento. Pero seguiríamos teniendo problemas de posibilidad de acumulacion y para poder llegar a esa medida primero hay que tener el control y eso solo se hace recuperando la tierra, el agua, los bancos, la energía…..
        Y cuando se tenga el control se ponen las nuevas reglas de juego y una es sin duda esa que comentas.

        Gracias por el enlace, se parecen mucho a lo que comenta este tipo http://www.chrismartenson.com/

        un saludo hugo

        Comentarios por karkos — 6 marzo 2012 @ 15:30 | Responder

        • No he leído los enlaces que proponéis. Ya veis con qué retraso me pongo a contestaros, os pido disculpas.

          No acabo de entender lo de suprimir el interés.

          Si pones el precio del dinero al 0%, lo que vas a lograr a medio plazo es una descomunal burbuja, pues todo el mundo pedirá prestado para obtener beneficios y el precio de los activos se disparará.

          Pero creo que te refieres a la prohibición de que el capital obtenga rendimientos, sea cual sea su naturaleza (una empresa, un depósito de un banco, la renta de una tierra…). Pero esto no es una medida, es una consecuencia de abolir la propiedad privada de los medios de producción. Es decir, si eliminas la retribución de las rentas del capital…automáticamente te estás cargando el capital ¿de qué sirve, si no? Nadie invierte en algo para obtener sólo el principal invertido.

          En cuanto al crecimiento que comenta Karkos…sigo insistiendo de que ahora no toca ese tema. Veamos: yo considero un fenómeno imparable, y en cierta forma deseable, la equiparación del valor del trabajo en todo el globo. Esto, necesariamente, nos hará perder poder adquisitivo, pero acepto el sacrificio gustoso si es para conseguir que otro trabajador viva mejor. Es lo justo, aunque no me convenga, lo apruebo. Ahora bien, evito hablar de ello porque de lo que se trata no es de ceder riqueza para que en otro lugar del mundo la disfruten. NO. Los trabajadores estamos cediendo riqueza QUE VA A PARAR A LA BURGUESÍA. No a los trabajadores del Sur global. La antítesis entre trabajador chino-trabajador occidental ha sido explotada por las oligarquías de ambos hemisferios para aumentar su tasa de beneficio.

          Por otra parte, a largo plazo se cumplirá la regla que propone Hugo. En un mundo limitado, al final el retorno del capital tenderá a cero (imposibilidad de ulteriores crecimientos). Y, como dije, esto será igual a la desaparición del capital. Pero para entonces, la película de Mad Max puede ser una tira cómica en comparación con la realidad…

          Un abrazo a ambos!

          Comentarios por Mendigo — 13 marzo 2012 @ 2:28 | Responder

  11. Vale muy bien. Supongamos que se consigue crear una lucha tan bien organizada como la que comentas, y que al final se gana y se consigue que el capital ceda y acepte todas las peticiones. Después de eso, ¿cuánto tiempo crees que tardarán las empresas/fábricas en salir pitando de España? Muchas veces se nos olvida que el capitalismo es un problema GLOBAL(IZADO) y que la lucha mundial conjunta es imposible. Aunque una viejecita china se entienda con una viejecita manchega, un joven chino, procedente del mundo rural, desgraciado y sin futuro va a aceptar SIEMPRE un puesto de trabajo en condiciones casi esclavizantes, mientras que el joven manchego está protestando por sus derechos. Es por esto que tengo una opinión muy muy negativa de como va a acabar todo. Aunque comparto el fondo de esta entrada, pienso que el final será siempre el mismo, acorde a la condición humana, y protestar sólo servirá para alargar la agonía.

    Comentarios por anakin1981 — 5 marzo 2012 @ 13:31 | Responder

    • ¿Crees que el médico que te atiende o el profesor que te enseña están ahí por arte de magia? Eso se ha peleado con sangre. Todos los derechos de los que disfrutas se han conseguido con esfuerzo, organización y lucha. Y es posible que la condición de la que hablas sea la de una minoría:
      http://politikon.es/materiasgrises/2012/03/05/%C2%BFson-los-ricos-malas-personas/

      Comentarios por HugoMM — 6 marzo 2012 @ 13:48 | Responder

      • Es cierto que se ha peleado, y mucho. Pero todo lo que se ha conseguido yo creo que va a desparecer, si o si, y nadie va a hacer nada decisivo por evitarlo. ¿Acaso alguien está haciendo algo por los derechos que nos están quitando justificándose en la situación económica (deuda, parados, etc)? ¿Acaso alguien está haciendo algo por el resto de los derechos que NO tenemos? ¿Acaso alguien está haciendo algo por el resto del mundo que no tienen ni siquiera nuestros derechos mínimos? ¿Acaso nuestra sociedad en su mayoría se ha preocupado alguna vez por otra cosa que no seamos nosotros mismos? ¿Acaso el ser humano no es egoísta por definición?
        Y es que las circunstancias de hoy son completamente distintas a las que había cuando se pelearon y se consiguieron todos esos derechos. Yo creo que la condición de la que hablo cada vez la tiene más gente (incluso pobres), pero bueno me da igual, aunque fuera como tu dices, si la minoría que tiene esa condición es la minoría poderosa.
        Salu2.

        Comentarios por anakin1981 — 6 marzo 2012 @ 18:22 | Responder

        • Hola Anakin.

          No te falta razón en lo que planteas. Sin embargo, creo que el miedo a la deslocalización es sólo relativo. Primero: toda la producción que pudiera ser trasladable, ya lo ha hecho. Da igual, con indemnización de 20 o 45 días, con SMI de 650 o de 500€. Da igual, no podemos competir con Asia en salarios. Pero yo te pregunto ¿queremos hacerlo? Porque yo veo las tasas de empleo en países con mucha más protección social y sueldos muchísimo más elevados y, coño, ya las quisiera para mí. Te hablo de Holanda, Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia. ¿Por qué no se van las empresas de esos países? Y sí, Nokia ha cerrado la última planta de producción en FInlandia para llevarla a China, pero la matriz sigue ahí. Y ya quisiera yo tener un Nokia en España, aunque ahora esté de capa caída.

          Y. sin embargo, a sólo unos pocos kilómetros de España tienes Marruecos. Tampoco veo yo que brillen por sus tasas de actividad, a pesar de tener sus salarios y derechos laborales por los suelos. No se trata de eso, no se trata de humillarnos, se trata de valorizar la mano de obra, de formar gente para que valga lo que gana.

          Por otra parte la deslocalización sirve (y ya se ha hecho) para ciertos procesos y muy pocos servicios. Pero la inmensa mayoría de la economía que produce y presta servicio en nuestro mercado debe estar aquí.

          Eso no quita para que ¡por supuesto! haya que plantear una lucha global. Los chinos hacen dumping sobre nuestros salarios, o los portugueses, pero también nosotros se lo hacemos a los franceses.

          Pues eso, quiero tener un Estado como el Sueco, país del cual no veo yo que las empresas se vayan pitando. Más bien llegan, atraídas porque es un mercado fuerte, rico, en el que se puede hacer negocio. Donde no veo que deseen las empresas asentarse es en países desestructurados. ¿Qué empresa quiere asentarse ahora en el Chad? Y no será porque los sueldos o los derechos de los trabajadores sean especialmente altos…

          Un saludo, compañero!

          Comentarios por Mendigo — 8 marzo 2012 @ 21:49 | Responder

  12. Gracias por el artículo! Más opciones a tener en cuenta:
    No comprar absolutamente nada en grandes superficies o multinacionales.
    Sólo en tiendas y pymes próximas a cada lugar de residencia.
    Plan de huelga sin perder ni un duro:
    1.- Avisando: 3 días de consumo 0. Todos a trabajar pero nadie compra nada de nada.
    Después se vuelve a comprar en tiendas locales, informando a los pequeños, medianos, y autónomos.
    2.- Esta medida se repite mensualmente y cada semana un día.
    3.- Por supuesto, durante el consumo 0, y mientras dure la lucha, toque de queda. A las 20:30 las calles vacías. Mucho más efectivo que una maní, silencio y nadie a quie aporrear, ni imágenes que distorsionar.
    4.- Nada de consumo de medios de información, ni prensa, ni informativos, ni tertulias ni radio. Que hablen al vacío y pierdan anunciantes.
    5.- Electricidad al mínimo. Cuando cada uno decida, el máximo tiempo posible solo conectada la fase de la que dependa el frigorífico. Necesariamente, aunque sea una hora al día, a partir del 24 que lo haga coincidimos.
    6.- No planificar nada masivo y puntual, al final se sabe y se preparan.
    7.- Pagar todo en efectivo. Ni pueden crear perfiles personales, ni damos dinero a la banca en comisiones, que pierden los sectores productivos.
    8.- Tfno. móvil apagado cuando no sea necesario. Aparecemos y desaparecemos cuando nos interesa. Sin batería mejor.
    9.- Nada del viejo juego de izad, dcha… son trampas para separarnos. Solo hay 2 bandos: Los que tienen y los que no.
    10.- Todas estas medidas sólo es necesario propagarlas NUNCA planificarlas, los periodos de tres días, de uno…. cada cual cuando quiera, sólo hace falta el compromiso. Al ser muchos coincidiremos necesariamente de forma uniforme. Esto es una guerra de guerrillas, en campo abierto somos carne de cañón.
    11.- No depender de ningún líder, organización… del signo que sea.
    …. lo que a cada cual se le ocurra.

    Nos atrevemos….

    Gracias!

    Comentarios por EsFacilSiQueremos — 5 marzo 2012 @ 17:47 | Responder

    • Gracias a ti, compañero.

      A ver, menos lo de las organizaciones, el resto son todo buenas ideas. Me explico: precisamente yo no pertenezco a ninguna asociación, por mi carácter siempre he preferido hacer la guerra por libre. Sin embargo, lo tomo como un défecto. Es necesario asociarse (no necesariamente hablo de partidos políticos, hay movimientos, asociaciones, plataformas…) según nuestras afinidades para potenciar nuestra voz. Esto es totalmente diferente a encerrarse en un grupo (partidismo) y reducir el bien común a la conveniencia de tal partido. Y, por supuesto, a todo leader hay que cortarle la cabeza, el caudillismo es de épocas pretéritas, ahora toda asociación debe ser horizontal, ya está bien de tropa y clase dirigente, reproducir las jerarquías sociales incluso en movimientos y partidos de izquierda.

      Efectivamente también, se trata de una guerra de guerrillas, pero sin olvidar que las guerrillas deben tener una coordinación y una planificación para hacer un daño efectivo al enemigo.

      En cuanto a los boikots de consumo, si sólo aplazamos a otro día, no avanzamos nada. Y reducir permanentemente nuestro consumo es algo positivo sea inscrito en una estrategia de protesta o no. Pero se trata más de cambiar de vida, sus coordenadas, para que ese cambio a una vida más frugal sea permanente y satisfactorio, no entendido como una renuncia.

      Un saludo!

      Comentarios por Mendigo — 8 marzo 2012 @ 16:07 | Responder

      • Tienes razón en lo que indicas sobre el consumo, pero dada la sociedad actual veo más práctico comenzar como renuncia, a lo superfluo no se renuncia, simplemente se ignora, pero si ese fuese el sentir de una gran mayoría no estaríamos como estamos. Puede que lo que se inicie como renuncia al final se adopte como forma coherente de entender la vida.
        Si las asociaciones son horizontales, sin líderes, con hombres libres e independientes que luchan y defienden un objetivo común, también de acuerdo.
        Gracias por las puntualizaciones.
        Un abrazo!

        Comentarios por EsFacilSiQueremos — 8 marzo 2012 @ 21:40 | Responder

        • Muy buenas, compañero.

          Sólo un apunte: lo que es superfluo para uno, es necesidad irrenunciable para otro.

          El haber hecho mucha montaña me sirve para reubicar mis necesidades. Yo necesito estar seco y caliente, tener comida y agua suficiente. Con lo anterior asegurado, ya puedo ser feliz.

          El resto…

          Eso sí, necesito el medio natural, unos ecosistemas íntegros, bien preservados. Eso sí que es una necesidad.

          Y alguien para compartir esa belleza. 😉

          Comentarios por Mendigo — 13 marzo 2012 @ 2:11 | Responder

  13. […] "CRITEO-300×250", 300, 250); 1 meneos Estrategias para una huelga general esmola.wordpress.com/2012/03/03/estrategia/  por Dr.Turbio hace […]

    Pingback por Estrategias para una huelga general — 6 marzo 2012 @ 13:53 | Responder

  14. Estimado Sr. .

    Veo que le gusta la estrategia militar pero creo que le falta evaluar las pérdidas y las consecuencias de perder o incluso de ganar.

    Ya lo dijo César, «Ay de los vencidos» o ya lo dijo Wellington «la historia la escribe el ganador».

    Así pues, permítame sólo dos incisos.

    Uno, que las empresas españolas con menos de 50 trabajadores en España, representan el 99´21% y

    Dos. ¿Dónde ha ido todo el dinero de nuestros impuestos? (porque seguimos pagando cada vez más tributos y que se han ido incrementado, hasta la indecencia, desde hace 8 años)

    Entonces, cabría pensar con que medios/efectivos contamos y después pensar en la logística y su mantenimiento.

    Está claro que algo falla. Pero de lo que sí que estoy seguro es que no es cuestión de estrategia.

    Muchas gracias por dejarme participar

    Comentarios por JOSE — 6 marzo 2012 @ 14:28 | Responder

    • Muy buenas, bienvenido.

      A decir verdad, no me interesa especialmente la historia militar, sólo como parte de la Historia.

      Es curioso que las pymes sean abrumadora mayoría, cuando en las políticas del gobierno (del pasado y de éste) no tienen ni la más mínima influencia. Tampoco los trabajadores asalariados la tenemos, a pesar de ser también la abrumadora mayoría de la sociedad. Como siempre, aquí han gobernado las élites.

      En cuando a los impuestos, es falso que se hayan incrementado. Antes bien, desde la primera legislatura de Zapatero han bajado para sólo volver a subir tímidamente el año pasado, y más notoriamente este. Lo que considero indecente es el bajo nivel impositivo en el Estado español y, sobre todo, su carácter regresivo (quien más tiene pagas proporcionalmente menos, la Hacienda española recauda la parte del león de las rentas del trabajo y de impuestos indirectos al consumo). España es uno de los Estados que menos recauda en relación a su PIB de Europa, y es la causa de los problemas de deuda pública que tenemos, al tener un Estado subfinanciado.

      Hay que recaudar más impuestos, y sobre todo hay que hacer que la buguesía contribuya en la medida de sus (grandes) posibilidades al sostenimiento del edificio del Estado.

      Gracias a usted por sus comentarios, por supuesto, esta en su casa.

      Comentarios por Mendigo — 8 marzo 2012 @ 15:46 | Responder

  15. Me gusta esta versión «guerrillera» del Mendigo ;). Lo que pasa que yo estoy bastante desesperanzado con su correcta ejecución, veo demasiado connivencia entre el grueso de la población con los poderes fácticos… Ya sea por abulia, indiferencia, ignorancia o miedo.

    De todos modos, te propongo dos ideas que creo que te has dejado en el tintero:

    – Insumisión fiscal: Los impuestos son necesarios, como comentas arriba, para mantener el Estado de derecho. Pero lo que no se puede consentir, es que estén siendo utilizados para pagar el chantaje capitalista, que algunos llaman «crisis». Esa creo que es otra arma.
    – Voy a acuñar un nuevo término para designar la segunda idea: «economía subversiva». Es decir, una nueva organización económica dentro del bando rebelde, paralela a la oficial. Así, se socava un poco más, si cabe, su poder: si nos negamos a participar en la economía oficial( que rige todos los ámbitos), creamos una medida de presión extraordinaria. Por ejemplo, podría ser una buena propuesta «Los bancos del tiempo» o incluso una moneda alternativa. Lógicamente, para que esta idea tenga cierta validez, deberíamos adueñarnos de varios sectores claves de la producción.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Banco_de_tiempo

    No sé como lo ves tú… Demasiado utópico supongo, lo sé :).

    Un saludo y fuerza!

    Comentarios por V — 8 marzo 2012 @ 16:43 | Responder

    • A mi también me gusta la «marcha guerrillera» 🙂

      Pero seamos un poco sensatos. La insumisión fiscal, entendida como negarse a pagar los impuestos que te tocan es una medida peligrosísima, lo normal es que Hacienda te llame y te obligue a pagar, encima con recargos.

      La forma menos insegura de hacerlo es no declarar, pero eso ya está inventado, se llama «economía sumergida » y no mola (es una componente del fraude fiscal, aunque no sea la mayor en términos cuantitativos). Además, puede ser considerado delito con consecuencias económicas e incluso penales.

      Lo de economía subversiva si me gusta, en sus múltiples variantes. Es economía sumergida también, pero orientada a la justicia económica (no así la economía sumergida actual, que hace que un dentista no declare ni la mitad de lo que gana). El sistema de los bancos de tiempo, o los de trueque directo de productos, sin facturas ni declaraciones de impuestos, está muy bien, pero requiere un gran número de participantes, con un grado de compromiso serio, y una organización importante. Esto es, la economía informal, formalizada de alguna manera. Le di vueltas a la cabeza un tiempo a esa idea, como vía para resolver la disparatada contradicción de nuestra economía formal: que haya gente «tocándose las bolas» en el paro (evidentemente, de forma involuntaria), mientras sigue habiendo necesidades que cubrir. Pensando en como poner en marcha algo así, fue como me encontré con el significado profundo de la naturaleza del dinero :).

      La economía informal ya existe y en grado importante: por ejemplo, un ama (o amo) de casa, que presta servicios a sus familiares, no los factura ni los declara, pero no deja de ser trabajo; en realidad, su remuneración es la participación en la renta y patrimonio familiares. ¿Os imaginais que se estableciera la obligación de considerar el trabajo de un ama de casa, como se ha planteado en algunas ocasiones? Sería asignarle un sueldo, a pagar por la unidad familiar, pero si se hace con todas las consecuencias, conllevaría también cotización a la seguridad social, pago de impuestos, etc. Eso sí, el PIB del país iba a pegar un subidón de la leche (coño, y el déficit bajaría en proporción, que idea para cumplir con Maastrich!!).

      De todas formas, voto por la economía subversiva. Hay que hacer propuestas (por ejemplo, pasar del sistema financiero, cobrar y pagar en metálico todo lo que se pueda y guardar la pasta en un calcetín, el que tenga mucha y le de miedo, que alquile una caja de seguridad, pero no dejarles que jueguen con nuestro dinero, que luego pasa lo que pasa).

      Comentarios por santi — 8 marzo 2012 @ 21:22 | Responder

    • Yo también estoy descorazonado, compi, yo también. Como creo que todo el mundo. Pero es que es normal, todo ejército estaría desanimado si no existe ninguna esperanza en la victoria. Y los sindicatos no proponen nada para confiar en ella, ni tan siquiera intentarlo.

      Todas las ideas son buenas, compañero. Lo que aportas, una me gusta más que la otra. Lo de crear una economía paralela, prescindiendo de su moneda, podría hacer mucho daño si se generalizara, además de protegernos contra un posible descalabro monetario.

      En cambio, la insumisión fiscal, me pasa un poco como el boikot de consumo: confío poco en él. Primero, la mayoría de los trabajadores pagan la mayoría de sus impuestos por retenciones en su salario o al comprar productos con el IVA. Por lo tanto, no es que se puedan negar a tributar, es que el Estado ya se lo ha cogido. Por otra parte, incluso aunque te negases a entregar la Renta, el Estado te la cogería con intereses. Y aún así, poca gente lo haría porque es algo que haces en la intimidad de tu hogar, y nadie se atreve a cagarla pensando que todo el mundo sí que estará rellenando su declaración. En cambio, con la huelga, si no va trabajar nadie, no va nadie. Y puedes ponerte a las puertas de la empresa para comprobarlo, y mirar quién es el que rompe con la unidad de lucha.

      Comentarios por Mendigo — 8 marzo 2012 @ 21:22 | Responder

      • Bueno. si os paráis a pensarlo, veréis que dentro de una economía subsersiva iría implícita la idea de insumisión fiscal. Todos los intercambios comerciales estarían exentos de gravámenes y al trabajo no se le aplicarían retenciones. De todos modos Santi, yo no abogo por una «economía sumergida» como tú la describes. Yo soy un férreo defensor de los impuestos como medio de sostenimiento principal de un Estado, lo que pasa es que, actualmente, no estamos sosteniendo ningún Estado del Bienestar, sino que estamos pagando las deudas contraídas de forma altamente censurable. Es decir, pagar impuestos sí, pero no así. En todo caso, es mi humilde opinión ;).

        PD: Mendi, si te interesa, en mi blog, escribí una entrada sobre los sindicatos y una solución necesaria…( Creo que ya he solucionado todos los problemas del feed, redireccionándolo a feedburner 🙂 )

        Un abrazo!

        Comentarios por V — 9 marzo 2012 @ 0:52 | Responder

        • Si, lo entiendo, sólo decía que la insumisión fiscal, como concepto, tiene muy poco recorrido.

          La economía informal justa, la economía subversiva, como la que planteas con los bancos de tiempo, o con cualquier otro sistema de trueque directo de bienes o servicios, también sería «insumisión» en tanto escapa del control de Hacienda, pero no es su fin principal. Su fin es dejar de pagar peajes (¿peajes?. más bien derechos de pernada) al capital.

          Ojo, igual que no paga impuestos, tampoco da derechos, a indemnizaciones, a pensiones o a otros «servicios sociales». Bueno, dado que estos servicios nos los están jibarizando, nos salimos del sistema y que les den 🙂

          Comentarios por santi — 9 marzo 2012 @ 15:01 | Responder

          • El trueque es un medio de comercio muy limitado, necesitas un tipo de moneda, de unidad de medida del valor. Sea la de curso legal, u otra alternativa. Pero para establecer una moneda, tiene que haber una autoridad que la respalde, con oro, con impuestos…por eso es tan difícil que otra moneda que no sea la de curso legal prospere (como mucho, se puede usar una divisa como el dólar, cuando la moneda local es débil).

            Suena bien la idea, pero es muy jodido salirse del sistema. Yo he optado por mantener un perfil bajo de trabajo/consumo, participo sólo en el sistema lo justo para ganarme la vida, consumiendo lo mínimo posible. Tampoco es ninguna solución, más bien la satisfacción individual de ser un poco menos esclavo que el vecino.

            Comentarios por Mendigo — 13 marzo 2012 @ 1:41 | Responder

  16. Jesús Gómez – Redes de apoyo mutuo

    Comentarios por Mendigo — 13 marzo 2012 @ 1:14 | Responder

  17. Félix Soria – Reforma laboral: Toda una lección de coherencia y rigor político

    Comentarios por Mendigo — 14 marzo 2012 @ 15:05 | Responder

  18. Quemen más contenedores, por favor
    http://www.lapaginadefinitiva.com/weblogs/club-pobrelberg/2012/03/03/quemen-mas-contenedores-%C2%A1por-favor/403

    Comentarios por santi — 17 marzo 2012 @ 20:58 | Responder

  19. Argumentario esquirol. Razones para no ir a una huelga

    Comentarios por Mendigo — 20 marzo 2012 @ 0:20 | Responder

  20. […] ya he comentado, no me gusta la estrategia con la que los sindicatos plantean las movilizaciones contra la reforma laboral. Esta no es mi […]

    Pingback por Porque fueron, somos. Porque somos, serán « La mirada del mendigo — 21 marzo 2012 @ 15:11 | Responder

  21. Aprovecando el comentario de Josep me ha recordado que tenía que contestarte a un post del 15 de marzo.
    Lo hago a este nivel porque en el otro es un coñazo.
    Que tengas canas y seas joven es un argumento que me ha llegado, casi me covences. Jejeje

    Te aclaro que yo no digo hay que apretarse el cinturón porque lo quieran los mercados, no, yo estoy hablando de que vamos a menos quieran o no los mercados. Que las desigualdades ya existían antes pero que ahora se hacen más evidentes.
    Yo estoy diciendo que vamos a menos por imposición física de recursos materiales y energéticos. Y que entender esto es lo principal. Que de nada nos sirve conseguir mejoras sociales si queremos mantener el mismo tipo de vida de aumento del bienestar como lo tenemos entendido ya que esto es un aumento constante de recursos y eso implica la gráfica del Pavo en la que el un eje es el tiempo y el otro el peso, pero cuado llega el 24, rascayú. Se acabó el peso.

    Que hay que ganar mejoras sociales y en igualdad es obvio para todos pero eso es imposible de realizar si no se entiende que cada día vamos a tener menos y que hay que empezar a “diseñar” nuestra sociedad y cultura a menos de todo.

    Imaginate que se hace huelga indefinida, cae el gobierno hay elecciones y pasa a gobernar IU con gente en economía como el pijus o con ideas sindicalistas de trabajo.
    Que crees que ocurriría? Mejoraría nuestro bienestar ??, te concedo que mejoraríamos en igualdad y tendríamos más protección social al principio, hasta te concedo la renta básica como la entiende Daniel reventós, pero como tenemos que competir con el resto de paises para crecer y no tenemos recursos energéticos ni materiales necesitamos inversión extranjera y deuda para mantener el ritmo. Cuanto tiempo tardaríamos en colapsar??? Cuanto tiempo podríamos mantenernos? Quien iba a invertir si a estos les das tratos justos, pues ni dios.
    Cuanto tardaría la gente en ver que vivimos aun peor que antes porque hay menos.
    Porque yo no veo discursos explicando el fin del consumismo, el fin del transporte privado y de los viajes de una semana al extranjero.
    No yo veo solo que es por las injusticias que estamos como estamos

    un saludo

    Comentarios por karkos — 29 marzo 2012 @ 7:56 | Responder

    • Nas Karkos.

      Si yo te había entendido. No es que tú pidas el decrecimiento porque así lo demandan los mercados, lo que te quiero decir es que, en este momento, tu discurso de la austeridad es coincidente con el de los mercados (ahora toca desapalancarse, cuando hace bien poco la recomendación era endeudarse hasta el extremo). Por eso, procuro ser cauto cuando hablo de austeridad: porque ahora mismo, la austeridad forzada de un trabajador no es una descarga para el planeta, sino que se convierte en una oportunidad de beneficio para el empleador. ¿Nivelar las condiciones de vida en el mundo? Nada más justo y de acuerdo a mis convicciones. Pero es que renunciar a parte de mi sueldo no implica que otro compañero trabajador lo reciba al otro lado del mundo, sino que se engrosará la cuenta de beneficios del cabrón que me emplea.

      Sobre el papel de la inversión extranjera, tengo muchas dudas (no deja de ser un flujo saliente de capital en el cómputo total de la vida de la inversión).

      Lo que hay que hacer es reducir la deuda, estabilizar la población y adecuar las estructuras de la sociedad (y no sólo hablo de las estructuras materiales, infraestructuras y demás, sino de los procesos e incluso de los hábitos culturales) adaptándolos a un escenario de escasez. Reprogramar la sociedad en «modo ahorro», ahora que aún la energía y las materias primas son relativamente «baratas». De hecho, Europa está muy avanzada en ese camino.

      Saludos, apocalíptico mesías. 😛

      Comentarios por Mendigo — 1 abril 2012 @ 13:12 | Responder

  22. Os respondo aquí porque no me deja anidar más comentarios.

    Yo creo que para ser estrictamente crítico con la realidad actual me he de aislar, mentalmente hablando, lo máximo posible del sistema, de ahí mi postura habitual. Evidentemente, no niego que, como parte del sistema, siempre me voy a ver influido por éste, por lo que se trata de minimizar lo máximo posible el impacto.

    Por otra parte, no me he explicado bien. No le quería restar relevancia a los mass-media. Lo que quería afirmar es que no se puede medir la idoneidad de un mensaje en base a la difusión que adquiere( pero SÍ su relevancia). Es decir, yo no me voy a decantar por consumir como un bestia porque así me lo hagan ver los medios de comunicación, frente al mensaje de sobriedad que me puede transmitir cualquier persona de a pie. Yo elijo lo que me parece más correcto sin importarme su difusión mediática. Eso sería el valor de su idoneidad. En cambio, su relevancia se mide a través de la propagación que adquiera y la repercusión masiva que conlleve. Y ésa es la tónica general, no lo niego. Una persona piensa de una determinada forma por la relevancia del mensaje y no por su idoneidad, veáse teoría «Espiral del silencio».

    Además, yo hago una distinción entre difusión y calado. Es decir, me refería a que una vez transmitido el mensaje ,de la forma que fuera, si éste fuera rechazado, me parecería de una estupidez redomada. Y es aquí donde difieren nuestras posturas, mientras yo infiero de vuestras palabras que consideráis a la población, en general, como mera receptora de información, yo apelo a la responsabilidad ciudadana, es decir, no sólo a la mera recepción de información como si de un buzón se tratara, sino a la búsqueda activa de información, a la crítica constante de la realidad, a la formación de un juicio propio y no impuesto…etc. Resumiéndolo a tu manera, Pedro: » si el mensaje no llega es por irresponsabilidad ciudadana»( o desidia, como lo quieras llamar). Y bueno pues sí, para mí esa irresponsabilidad es síntoma de estupidez, sin ser por ello clasista, sino más bien humanista( porque creo en el hombre y por ello soy tan crítico con él).

    Un saludo a los dos( y no me pidas perdón por discrepar que ninguno tiene la verdad absoluta, por suerte 🙂 ).

    Comentarios por V — 5 abril 2012 @ 13:56 | Responder

    • Compartiendo el punto de vista de que, de un modo u otro, cada uno es responsable de lo que hace, sigo diciéndote que es una teoría simplista y genérica … ¿Es responsable el trabajador que busca un medio para subsistir de las irregularidfades de la relación laboral que tiene?.
      Planteas de principio que todo el mundo es «libre», sin gradar la libertad o el conocimiento de la misma.
      Incluso culturalmente hay cierto (no estoy de acuerdo de manera absoluta pero lo hay) determinismo. Las circuinstancias que rodean al individuo no son totalmente controlables por el individuo. Menos si cabe cuando lo analizas como grupo (más o menos homogéneo).
      Nada de esto tiene que ver con que yo exija a cada uno la responsabilidad de sus actos (pero … ¿conforme a qué?) y no le admita, por tanto, que se justifique en su inmovilismo o su desidia para, acto seguido, plantear su queja sobre el todo …
      El control de los «medios de comunicación» (no sólo lo que llamamos «mass media») es algo que el sistema capitalista ha aprendido hace mucho tiempo. En una pequeña inversión (ahora digo por qué pequeña) destroza todo un trabajo de años de cultura, educación, … libertad. Es una pequeña inversión, porque el esfuerzo que tiene que hacer en transmitir su discurso, (mensaje o lo que sea) para que llegue limpio, quien esté en contra del sistema es titánico.Un mesaje claro … ¿qué es claro?¿para quién es claro?¿hay algún tipo de «codificaciíon» universal que realmente llegue a entender todo el mundo? … prueba con cualquier idea que quieras transmitir: ¿hacia quién va dirigida?¿quién es capaz de entender lo que quieres decir, en el sentido que lo dices y con el objetivo con que lo transmites? …
      No es imposible, … pero no es fácil … y, por eso, hacen falta «medios de comunicación» públicos, ciudadanos, libres ….(y ya ni siquiera lo es Internet).
      Puedes predicar en el desierto todo lo que quieras, la aceptación o el rexchazo del mensaje parte primero de que llegue y que sea comprendido … y ahí la tarea es tan ardua como la distribución del mismo (bueno, realmente más).
      Es más, alguien con avidez de información puede sufrir una verdadera fibrilación informativa (mucho por la camtidad, inútil por la calidad o credibilidad). Le presupones a «todos» algo que tú dices tener: conciencia, criterio, formación, …. Pero ¿es el tuyo el cierto y necesario?.

      De aquí mi expresión de que los sistemas de comunicación públicos son previos y más importantes y básicos que la propia educación o sanidad (pero sólo desde ese punto de vista). Y digo públicos desde el planteamiento teórico actual ya que en la práctica no lo conozco ….

      Salud

      Comentarios por pedro — 5 abril 2012 @ 16:10 | Responder

      • «¿Es responsable el trabajador que busca un medio para subsistir de las irregularidfades de la relación laboral que tiene?.»

        Una persona es sóla y unicamente responsable de sus actos. ¿Sus actos implican sumisión a los poderes establecidos, delegación de su cuota de responsabilidad política y/o laboral?

        «Planteas de principio que todo el mundo es “libre”, sin gradar la libertad o el conocimiento de la misma».

        En ningún momento he afirmado que todo el mundo sea libre. Pero si he decir que la verdadera libertad implica responsabilidad y que la falta de ésta puede ocasionar una merma en aquella. Por supuesto, si entendemos «libertad» como «hacer lo que me dé la gana», mientras vivamos en sociedad será imposible conseguirlo. Pero eso no es libertad, es libertinaje, libre albedrío o como quieras llamarlo. Libertad no es control, es responsabilidad, podríamos decir.

        «Nada de esto tiene que ver con que yo exija a cada uno la responsabilidad de sus actos (pero … ¿conforme a qué?) y no le admita, por tanto, que se justifique en su inmovilismo o su desidia para, acto seguido, plantear su queja sobre el todo …»

        ¿ Conforme a qué? Al gobierno de su vida, de manera individual y al gobierno social, de manera conjunta. Tú dices que es una teoría simplista y genérica y yo te digo que así es. Me explico, es simplista porque la realidad, en esencia, lo es. Y es genérica porque aludo al todo como la suma de responsabilidades individuales. Si sólo tu y yo nos oponemos activamente al poder establecido, evidentemente no cambiaremos nada, pero cuando todos compartimos idéntica actitud, cuando una mayoría arrima el hombre en busca de un mismo objetivo… entonces todo puede cambiar.

        Respecto a lo de los medios de comunicación… Ciertamente no es fácil transmitir un determinado mensaje( con los factores que con acierto indicas) al común de la población. Pero más difícil es si las personas se muestran totalmente pasivas. En este caso, sí que simplifique en exceso el procedimiento de la comunicación, pero sólo quería señalar la posibilidad de que, una vez desarrollado de manera satisfactoria el proceso de la elaboración, difusión y adquisición del mensaje, pueda ser desechado debido a una actitud acrítica con el sistema. Es decir, el éxito del mensaje tiene más que ver con la mentalidad de la persona y la difusión real que con las estructuras comunicativas y el mensaje en sí. Y eso puede suceder por abulia, por incercia, aborregamiento, irresponsabilidad…etc.

        Yo no me considero poseedor de nada, ni mucho menos de la verdad absoluta. Más que nada porque no existe: la verdad es relativa( y no es una frase bonita). Intento ser fiel a esos principios nada más.

        Una última precisión: hablando en sentido estricto, los medios de comunicación son una parte esencial de la educación actual( por desgracia, de manera negativa).

        Un saludo!

        Comentarios por V — 6 abril 2012 @ 1:21 | Responder

        • Bien. (lo siento, tardo en responderte pero es porque estoy demasiado sumido en otros menesteres que me quitan el sueño) …( pretendemos iniciar la transformación).

          Doy, para mí, por válido el final ya que es el principio: ¿qué fue primero, la gallina o el huevo? (eso ya tiene respuesta, es capcioso). Y con eso la respuesta a todas la serie de comentarios al respecto.

          La educación, que es la base del pensamiento de la sociedad (incluida su capacidad de respuesta, discernimiento o elección) viene, hoy en día, determina en gran medida por los Medios de Comunicación Social (con los «de masa» a la cabeza).

          De aquí que yo opine que el control de los mismos es el control del pensamiento y por tanto puede hacer a la «masa» impermeable a cualquier mensaje …. aunque «lo vistas de lagarterana».

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